La reducción
de la cantidad de personas que buscan trabajo permitió que la tasa de desocupación se
mantuviera en agosto al mismo nivel que en mayo: 13,2 por ciento. El dato sorprendió a
los propios funcionarios. La semana pasada, el viceministro de Trabajo, José Alberto
Uriburu, y su par de Economía, Pablo Guidotti, dieron por sentado que el desempleo
aumentaría en la última medición. En rigor, cayó el número de personas empleadas,
pero la menor tasa de actividad hizo posible que, en el balance, la tasa de desocupación
no sufriera cambios con respecto a la encuesta anterior. En cambio, la subocupación
trepó al 13,7 por ciento, frente al 13,2 registrado en mayo.
El informe del INdEC presentado ayer no incluyó la planilla habitual que especifica
cuántas personas tienen problemas de trabajo, debido a que el organismo no llegó a
procesar la información. De acuerdo a estimaciones elaboradas por este diario, en agosto
hubo algo más de 2 millones de desocupados y otro tanto de subempleados . Entre la
encuesta de mayo y la última de agosto, 100 mil personas quedaron sin ocupación. No
engrosaron la estadística de desempleo, porque abandonaron el mercado laboral. De todos
modos, quedaron reflejados en la caída registrada en la tasa de empleo (calculada como
porcentaje entre la población ocupada y la población total), que se ubicó en 36,5 por
ciento, frente al 36,9 de la medición anterior.
El ministro de Trabajo, Antonio Erman González, había señalado la semana pasada,
previendo un aumento de la desocupación, que los coletazos de la crisis financiera
se están haciendo sentir. Se refería a la destrucción de puestos de trabajo, que
su cartera detectó en un sondeo realizado en agosto. En esa oportunidad, también
consideró que la tendencia se mantendrá si la crisis continúa afectando el ritmo de
crecimiento económico.
De todos modos, en esta oportunidad la desocupación se mantuvo invariable porque la tasa
de actividad (porcentaje de la Población Económicamente Activa sobre la población
total) se redujo del 42,4 por ciento en mayo, al 42,0 en agosto. Es decir que hubo menos
personas que salieron a buscar trabajo.
Del análisis por regiones surge que en el conurbano bonaerense la desocupación trepó al
16 por ciento, contra el 15,8 de mayo. El subempleo, en tanto, creció aún más: del 14,1
al 15,2 por ciento. Es decir que casi un tercio de los habitantes del Gran Buenos Aires
tiene problemas de trabajo. Ningún otro centro urbano revelado por el INdEC alcanza esa
proporción. Además, como en el total nacional, los datos hubieran sido peores de no
haber caído la tasa de actividad, del 44,1 al 43,7 por ciento. En el conurbano, la tasa
de empleo descendió del 37,2 al 36,7 por ciento.
Algo similar ocurrió en la Capital Federal. Si bien el desempleo bajó del 9,5 al 9,2 por
ciento, y la subocupación mermó de 6,1 a 6,0 puntos, esto fue porque la proporción de
personas que demandan trabajo disminuyó de 49,7 a 49,2 por ciento. Pero la tasa de empleo
también retrocedió hasta el 44,7 por ciento, frente al 45,0 por ciento de mayo.
En los aglomerados del interior del país revelados por el INdEC, la suba de la
desocupación más pronunciada correspondió al Alto Valle de Río Negro, al pasar del 6,8
al 13,6 por ciento. El segundo lugar de ese ranking lo ocupó el Gran Catamarca, dado que
el desempleo creció de 11,4 a 15,2 puntos. En tanto, el mayor nivel de desocupación
correspondió a los distritos de Santa Fe y Santo Tomé (15,4 por ciento), San Salvador de
Jujuy (15,4), Gran Catamarca (15,2), Bahía Blanca (15), San Martín de Tucumán (14,8),
Neuquén (14,2), Salta (14) y Corrientes (13,5).
En el subempleo, el porcentaje más alto se dio en Posadas: 16,9. Le siguieron San Martín
de Tucumán (16), Salta (15,1), Gran Mendoza (15,1), La Rioja (15), Gran Resistencia
(14,6), Gran San Juan (14,2), San Salvador de Jujuy (14,1), Concordia (14,1), Gran
Catamarca (14) y Gran Córdoba (14).
Cien mil menos Estimando
una población total de 36,5 millones de personas en agosto de este año, el total de los
desocupados del país ascendería a 2.023.560 habitantes (proyectando la tasa de desempleo
tanto a la población activa urbana como rural), mientras que los subocupados rondarían
los 2,1 millones. Tan sólo 11,22 millones de trabajadores mantendrían un nivel de
ocupación plena, contra 11,38 millones que gozaban de esa situación en mayo de este año
(con una población estimada, para esa fecha, de 36,4 millones de habitantes). La
economía argentina habría destruido algo más de 100 mil puestos de trabajo en los tres
meses transcurridos entre una y otra encuesta, en tanto que otros 50 mil trabajadores
pasaron de la situación de ocupados plenos a subocupados. La población económicamente
activa mide la cantidad de personas que participan en el mercado de trabajo, ofreciéndose
como mano de obra. Lo normal es que en cada período haya un aumento neto del número de
participantes, al menos acompañando el crecimiento vegetativo. No fue lo que ocurrió
entre mayo y octubre. La cantidad de gente que ofreció su trabajó disminuyó (100 mil
personas) y aun así, el número de desocupados habría caído en menos de 15 mil y los
subocupados aumentaron en casi 50 mil personas. |
TRABAJO CRITICO LA PROPUESTA LABORAL DE LA UIA
Precarizar más es un disparate
Por David Cufré
Aunque la tasa de
desocupación esquivó el aumento que descontaban en Trabajo, el propio ministro, Antonio
Erman González, reconoció que la crisis está destruyendo empleos, y que las
perspectivas distan de ser alentadoras. Ante ello, el secretario de la cartera laboral,
José Alberto Uriburu, señaló en un reportaje con Página/12 que, a pesar de la negativa
tajante de Roque Fernández, se insistirá con la propuesta de reducir en un 50% las
cargas patronales. Además, reveló que ese beneficio alcanzaría a los empresarios que
efectivicen empleados a prueba.
La UIA sostiene que la derogación de los contratos promovidos aumentará el
desempleo. ¿Se estudia reestablecerlos?
De ninguna manera. Escuché que algún miembro de la UIA (Daniel Funes de Rioja)
pidió que se declarara una emergencia laboral. Lo que hay que reclamar son medidas que
fomenten el empleo, pero que a la vez reestablezcan el equilibrio entre trabajadores y
empresarios. Si la emergencia laboral que quiere la UIA es para seguir precarizando el
empleo, me parece un disparate.
La rebaja en los aportes para las nuevas contrataciones ¿incluye a los empresarios
que efectivicen a quienes estaban con contrato promovido?
Estamos preparando un proyecto de decreto que avanza en esa dirección. La idea es
mantener hasta diciembre de 1999 las rebajas en las cargas patronales que había en
algunos contratos promovidos, a condición de que los trabajadores sean efectivizados.
Esto alcanzaría a los contratos de Práctica Laboral para Jóvenes y Trabajos en
Formación, con una reducción de los aportes del 100 por ciento. Y a las modalidades de
Lanzamiento de Nueva Actividad y Fomento del Empleo, con una merma del 50 por ciento.
También gozarían de una disminución del 50 por ciento los empresarios que tomen por
tiempo indeterminado a aquellos trabajadores que están a prueba.
¿Esta propuesta puede avanzar pese a la oposición rotunda de Economía?
No necesitamos la aprobación de Economía para avanzar con el proyecto. El que
decidirá sobre el tema es el Presidente. Hace 20 días mantuvimos una reunión con él,
de la que participó la CGT, y en principio le pareció interesante.
El secretario de Programación Económica, Rogelio Frigerio, dijo que en el Palacio
de Hacienda se prepara una nueva reforma.
La reforma laboral es un tema terminado. El objetivo de esa ley fue eliminar las
distorsiones que desjerarquizaron el empleo, y en eso no habrá marcha atrás.
¿El Fondo Monetario pidió cambios en la reforma laboral?
No, ellos quieren que avancemos con las reformas de segunda generación. Les dijimos
que estamos en ese camino. En los próximos días se reglamentará la ley Pyme, y
ennoviembre se licitará la contratación de una consultora que diseñe un nuevo fondo de
despido. También vamos a trabajar en la modernización de los estatutos especiales.
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