|
Por Pablo Vignone Las recientes victorias de Luis Rubén Di Palma (53 años) y Miguel Angel Etchegaray (44 años) en Turismo de Carretera, y de Juan María Traverso (47 años) y Luis Belloso (38 años) en Turismo Competición 2000 (que hoy corre en Mar del Plata, ver recuadro) abre el interrogante y la polémica, porque la realidad supone que el automovilismo argentino es un deporte de veteranos. De acuerdo al cuadro que acompaña la nota, el promedio de edad de los 22 pilotos de la F-1 es de 28,3 años: el más veterano es Damon Hill, con 38 años; el más joven, el argentino Esteban Tuero, con 20. Un promedio diez años menor que el de los años 50, cuando Juan Manuel Fangio ganó sus cinco títulos mundiales entre 1951 (a los 40) y 1957 (a los 46). El TC 2000 muestra un promedio de edad de 34,2 años --más de cinco años respecto a la F-1-- entre los 22 primeros pilotos del campeonato 1998, con picos como Juan María Traverso (47) y Gabriel Ponce de León (19). Fue ésta la categoría que sintió el choque generacional en 1994, cuando a la camada de Traverso/Bessone/Guerra/Maldonado, cercana a los 40, se opuso la generación surgente de Martínez/Silva/Ortelli, de un poco más de 20. "Los problemas se superaron --dijo Silva a este diario en un reportaje publicado hace un mes-- cuando todos entendimos cuál era nuestro lugar." Históricamente una categoría de veteranos --Dante Emiliozzi fue cuatro veces campeón entre 1962 (a los 46) y 1965 (a los 49)-- el TC se va arriba: los 22 primeros del torneo actual promedian 35,8 años --7,5 años más que la Fórmula 1--, siendo que la tercera parte supera los 40 años. Luis Di Palma es el más veterano del grupo líder, con 53 años, pero durante 1998 se han registrado participaciones de otros gerontes como Eduardo Nicotra (52), Carly Cura (53), Juan Occhionero (54), Carlos Luaces (56), Luis Delconte (56), Pedro Doumic (54) y Héctor Pacchialat (51). Sin embargo, éstos están muy lejos del éxito. Cuando se comparan los promedios de los 10 primeros de cada torneo se ve que, tanto en Fórmula 1 como en TC 2000, permanece ligeramente similar, mientras que en TC crece de 35,8 a 37,6 años. La conclusión es evidente: el TC es más permeable a las grandes edades. "En la Argentina, es muy difícil que un chico pueda disponer de un coche ganador antes de los 30 años --reflexionó una vez ante este cronista Oscar Aventín, bicampeón del TC y ahora dirigente de la categoría-- por eso aumenta el promedio de edad: yo fui campeón a los 45 años, cuando me consolidé económicamente y pude armar un equipo con capacidad." En TC 2000 imperan los equipos oficiales de fábrica: ellos toman pilotos de más de 30 años, porque son más experimentados que los jóvenes de 20 que salen de las categorías promocionales, y porque son más rentables desde el punto de vista de los sponsors. El automovilismo exige un esfuerzo físico muy brusco en categorías de monoplazas --como la Fórmula 1-- por las exigencias que plantea la fuerza G, en aceleración, frenado y tránsito en curvas. Sin embargo, los autos con techo --como el TC y el TC 2000 en la Argentina, pero también en categorías similares en el resto del mundo-- plantean dificultades más leves: menor velocidad en curva, aceleradas y frenadas menos bruscas, duración menor de las carreras. Desde ese punto de vista, el mejor atributo de los pilotos jóvenes --su condición física-- no reviste tanta trascendencia, y sí lo hace la mayor experiencia de los corredores más veteranos, que en carreras de 40 a 45 minutos --como son las de TC o TC 2000-- no se agotan en extremo. De todas maneras, la cuestión no está resuelta: los corredores arrancan cada vez más a edades tempranas (a los cuatro ya están corriendo en karting, a los 15 alcanzan las fórmulas promocionales menores, a los 18/20 están en condiciones hipotéticas de llegar a la F-1), pero la brecha entre los 20 y los 30 --cuando los corredores fracasan en sus intentos en Europa o no encuentran manera de seguir adelante por cuestiones promocionales-- no logra ser absorbida por las categorías más grandes de la Argentina.
|