Clinton a juicio
La Cámara de Representantes del Congreso norteamericano aprobó el jueves la moción de
iniciar las investigaciones para el juicio de destitución del presidente Bill Clinton. La
iniciativa de llevar adelante el impeachment por tiempo ilimitado sigue entusiasmando a la
oposición republicana. Pero las encuestas revelan que sólo el 11 por ciento de la
población cree que deben continuar las investigaciones del Congreso contra el presidente.
The Washington Post
La Cámara de Representantes hizo lo correcto el jueves al autorizar una investigación
sin límite de tiempo acerca de si el presidente Clinton debe ser destituido. Los
demócratas intentaron limitar la investigación, argumentando que de otro modo los
republicanos se abusarían. Nuestro instinto nos invita a dudar de esto. Si los
republicanos se zambullen en una investigación de la conducta del presidente, como
algunos de ellos han amenazado, serán ellos los que justificadamente tendrán que pagar
el precio en términos de opinión pública. Es evidente que los republicanos buscan
obtener el máximo beneficio político de la conducta presidencial. Tal como harían los
demócratas, si estuvieran en su situación.
(Editorial)
Le Monde
Por la tercera vez en su historia, el Congreso de Estados Unidos ha tomado la más grave
de las decisiones en su poder: abrir los procedimientos que pueden conducir a la
destitución del presidente. Los republicanos juzgan que lo que ha hecho el presidente es
suficientemente grave como para que el Congreso pueda invalidar la decisión del sufragio
universal. Resulta difícil coincidir, y juzgar que un flirteo de 15 meses entre dos
adultos que prestan su consentimiento Monica y el presidente merece el
desencadenamiento del procedimiento más excepcional con que cuenta la Constitución
norteamericana para asegurar un sano equilibrio de poderes. Hay una falta inquietante del
sentido de las proporciones en un momento en que la energía de la clase política
norteamericana debería aplicarse en otro lugar, y no en un asunto de alcoba, aunque ésta
se encuentre en un rincón de la Oficina Oval de la Casa Blanca.
(Editorial)
The New Republic
En su apuro por destituir a Clinton, los republicanos están sacrificando las garantías
procesales. Los resultados a los que pueden llevar las investigaciones del impeachment son
muchos: una censura pactada entre los dos partidos, una renuncia forzada, la destitución,
o un juicio coronado con la absolución. Es un hecho incontrovertible que los republicanos
están enjuiciando a Clinton en contra de una fuerte opinión pública. Y en estas
condiciones, deberían ser sobrios y serios. No lo son.
(Editorial)Italia descabezada
El gobierno de centroizquierda que lideraba en Italia Romano Prodi fue depuesto el viernes
cuando el Parlamento le negó su voto de confianza,después de la defección del apoyo
comunista. En la Unión Europea hay preocupación. Temen que la formación de un nuevo
gobierno retrase el lanzamiento la moneda única europea, previsto para enero de 1999.
Gracias al gobierno de Prodi, Italia entró en el primer pelotón del euro.
La Repubblica
Todo hace pensar que a más tardar el jueves, el presidente italiano Oscar Luigi Scalfaro
ya podrá pedirle, a la persona que considere idónea, que forme gobierno. Entretanto,
sigue el análisis del voto de desconfianza que mandó a casa al gobierno de Prodi.
¿Quién es el responsable de que se disolvieran de un golpe los resultados de la victoria
electoral del 21 de abril de 1996, que llevó a la centroizquierda al gobierno? ¿Quién
es el asesino? Pero la búsqueda del asesino y el identikit del futuro jefe de gobierno
son dos caras de la misma moneda. Y es claro a todos que el responsable principal del voto
de desconfianza que castigó al gobierno no es otro que Fausto Bertinotti, el líder de
los neocomunistas. Avanza la posibilidad de un gobierno técnico, para aprobar la ley de
presupuesto y consolidar la credibilidad italiana frente a Europa. Y Dios sabe que es
necesario, después de todo lo que ocurrió.
The New York Times
En 1996, Prodi ganó la elección parlamentaria gracias a un mosaico de facciones de
centroizquierda, compuesto fundamentalmente por católicos moderados e izquierdistas. Pero
se apoyó en la Refundación Comunista para conseguir la mayoría en la Cámara baja del
Parlamento. Esta alianza, frágil desde un comienzo, alcanzó su punto de quiebre el
viernes pasado. El líder comunista de línea dura Fausto Bertinotti había anunciado que
su partido votaría contra el presupuesto 1999, y terminaría su pacto de 28 meses con la
coalición de centroizquierda.
Le Monde
Los comunistas italianos parecen divididos para siempre. El presidente de Rifondazione
Comunista, Armando Cossutta, tuvo que renunciar al triunfar el secretario general del
Partido, Fausto Bertinotti, con su moción de oposición cerrada a la Ley de Presupuesto
que fue apoyada por la fracción trotskista (en definitiva la última responsable
del descalabro de Prodi). Y el ortodoxo Cossutta, antiguo devoto de la Unión
Soviética, opositor al eurocomunismo de Enrico Berlinguer, adversario de la disolución
del Partido Comunista Italiano después de la caída del Muro de Berlín, es hoy el
moderado. Pero la presión de los militantes que quisieron preservar la vida del gobierno
y evitar la crisis no fue suficiente.
El ajuste brasileño
La victoria reelectoral en primera vuelta del candidato socialdemócrata Fernando Henrique
Cardoso concentró las expectativas en el anuncio de un prometido pacote de
medidas de ajuste económico para sanear el déficit fiscal y quedar presentables ante el
FMI en los pedidos de líneas de crédito. En su primera declaración después del
resultado de las elecciones, Cardoso dijo que para el ajuste hay que esperar hasta el 20
de octubre.
Folha de S. Paulo
Es evidente que en un contexto de crisis como el actual, sumado a la circunstancia de la
reelección, Cardoso no puede contar con un período de gracia, como es común
cuando nuevos gobernantes asumen el poder. Pero el presidente se dirigió al público para
pedir aunque sea algunos días. Hay posiblemente razones objetivas para la espera. Los
estados de mayor peso político pasarán a una segunda vuelta. Como el ajuste fiscal
incluye medidas que dependen del apoyo de gobiernos estaduales, Cardoso prefirió ganar
algún tiempo. En lo concreto, Cardoso anuncia apenas la creación de un nuevo ministerio,
dirigido a la coordinación de políticas sectoriales. Parece reincidir en la vieja manía
de pensar que la creación de órganos, comisiones y ministerios facilita la coordinación
de políticas.
The Economist
Cardoso sugirió que va a impulsar lo que le demandan los mercados y las matemáticas: un
shock fiscal, para reducir el déficit a un 3 por ciento del Producto Bruto Interno en un
año en vez de hacerlo en tres. Esto es porque las tasas de interés no pueden ser
conservadas tan altas como ahora por más de dos o tres meses: la consecuencia no sólo
sería una recesión masiva, sino también una alza en los costos de los servicios de la
deuda que irían mucho más allá de lo que el gobierno podría ahorrar en otros rubros. Y
un drástico ajuste fiscal en cualquier paquete de ayuda del FMI (que Brasil prefiere
llamar fondo de contingencia).
The New York Times
El FMI debería calmar a los inversores con un préstamo que detenga la hemorragia de las
reservas de Brasil. Pero esto debe depender de las propias reformas brasileñas. Es poco
probable, sin embargo, que la comunidad internacional encuentre suficiente dinero para
apoyar de manera permanente al sobrevaluado real. La moneda brasileña tendrá que ser
finalmente devaluada, pero es comprensible que los brasileños, que recuerdan la
hiperinflación, teman una devaluación inmediata, y quizás incontrolada. Cunde ahora la
noción de que Latinoamérica puede seguir el camino de Asia si Brasil se hunde. Y las
nociones pueden crear problemas por sí solas.
(Editorial) |