Por Daniel Goldman *
Se relata en la Biblia que cuando se encontraba el cadáver de una persona desconocida en medio de una ciudad, los sabios de esa generación debían acercarse hasta el lugar y declarar: "Nuestras manos no derramaron esta sangre". Este tipo de manifestación tenía como intención indicar que al muerto ni siquiera se lo había visto golpeando las puertas de las casas solicitando algún tipo de ayuda sin darle auxilio. La declaración de los sabios era necesaria en la medida en que bregaban por la construcción de una sociedad más equitativa en la distribución de la riqueza. Pero, en caso de que alguno de sus miembros quedara excluido de sus posibilidades de sustento, debía prevalecer el sentido solidario a partir del ideal de justicia social. Actualmente, la neutralidad ante el modelo neoliberal que de manera constitutiva veda a una parte significativa de la población ser protagonista de su propia vida, quitándole la posibilidad de encontrar trabajo digno, o sin lograr que un padre pueda dar alimento suficiente a su hijo para poder saciar el hambre, o ante la impotencia de poder ofrecerle un remedio al doliente, ¿nos permite declarar tranquilamente que "nuestras manos no derramaron esta sangre"? Viendo estos casos cotidianos nos cabe, como sociedad, ser los responsables de la exclusión al ser contemplativos frente a un modelo que es el causante de la inseguridad, ante esta violencia estructural que estamos viviendo. * Rabino de la comunidad Bet El. |
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