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Por Pablo Ferreira La lentitud en las negociaciones del Citibank con el Banco Central para la compra del Banco Mayo tiene algunas causas que se han mantenido ocultas. Uno de los puntos más complicados es la elevada concentración de créditos en empresas vinculadas de la entidad suspendida. Esta anomalía fue verificada no sólo por los veedores del Banco Central sino también por los propios auditores del Citi. El monto de esos préstamos es millonario. Pero uno de los casos más escandalosos que constataron fue el del fuerte crecimiento de los créditos a favor de Icatur, una empresa dedicada a tiempos compartidos, y de Viviendas Mayo, que dirige José Naftalí. Una cuestión adicional es que esos favores se aceleraron en las últimas semanas, mientras el Central asistía financieramente con redescuentos (326 millones de pesos hasta el viernes pasado) para sostener al banco de Rubén Beraja. Los saldos deudores de esas dos empresas crecieron significativamente hasta alcanzar los 14 y 24 millones de pesos, respectivamente. Icatur, comprometida también en otras cuestionadas operaciones, esta comandada por Rafael Charur e Isaac Duek (vocal titular del Mayo). Maneja dos complejos de tiempo compartido, Esturión de Montoya y Bahía Manzano en Neuquén. La comercializadora de este último es International Resort, otra compañía vinculada al Mayo. Además, Página/12 accedió a otro punto ignorado hasta ahora del origen de la caída del Mayo. Más allá de las explicaciones de sus autoridades, la corrida se habría acelerado en el preciso momento en que Víctor Liniado, su vicepresidente y mano derecha de Beraja, decidió tomar, a comienzos de agosto, licencia extraordinaria por razones de salud. Su alejamiento fue el indicio de que algo malo estaba por suceder. De hecho disparó el retiro de los fondos de las offshore del Mayo (Mayflower y Trust Investment), que rápidamente se extendió a los demás ahorristas. Para evitar escándalos, el banco trasladó su mesa de dinero desde Paso 640 a la calle San Luis entre Boulogne Sur Mer y Pueyrredón, y quien la manejaba, Jaime Hasbani, se fue del país. Por otra parte, ayer la entidad suspendida empezó a pagar los haberes de los cerca de 30 mil jubilados que cobran por el Mayo. La tregua parcial adoptada por los empleados en huelga no alcanzó, en cambio, a los planes sueldo y los adelantos para los ahorristas de hasta 100O pesos autorizado por el Seguro de Depósitos (Sedesa). De todos modos, la autoridad monetaria ya ha señalado que los depósitos en caja de ahorro, plazo fijo y cuenta corriente serán devueltos en su totalidad. El pedido de conciliación obligatoria no dio aún resultados. En tanto, las negociaciones del Citibank para quedarse con el banco avanzan pese a las observaciones de sus auditores. Bill Rhodes, vicepresidente del Citicorp, que se reunió ayer al mediodía con Pedro Pou, titular del Central, dio las puntadas finales a la propuesta. La reunión fue muy positiva aseguró a Página/12 unos de los participantes de ese encuentro. De hecho, el número dos del Citicorp habría dado por cerrados ayer casi todos los puntos centrales de la oferta. Entre ellos, como anticipó este diario, que se quedarían con unas 50 sucursales y poco más de 1100 empleados (incluyendo los 650 de Provencred) de los 3000 que ocupa el grupo Mayo. La idea de la entidad estadounidense es quedarse también con la tarjeta de crédito, activo que el Galicia ya había acordado comprar. Por su parte la posibilidad de que se concrete una oferta del Banco de la Provincia de Buenos Aires está fría. Pese a la prórroga para presentar mejoras hasta el 26 de este mes, en la entidad provincial negaron a este diario que se haya avanzado en ese sentido. Carlos Sánchez, mandamás del Provincia, y Rodolfo Frigeri, titular del grupo Bapro, estarían esperando una señal favorable del BC. Algunos ejecutivos del Mayo abrigan esperanzas de un reflotamiento de esa iniciativa impulsada por el gobernador Duhalde.
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