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Por Laura Vales Para Ricardo Sáenz, uno de los fiscales que investiga la muerte de Marcelo Cattáneo, es difícil creer que el empresario se haya suicidado por una estafa de 300 mil dólares a la firma donde trabajaba, cuando en la causa IBM-Banco Nación estaba acusado de ofrecer sobornos por 21 millones. Los funcionarios judiciales intentan descifrar en estas horas cuál es el mensaje oculto en el recorte que Cattáneo tenía en la boca, y en las extrañas ropas con las que apareció ahorcado. Y dicen que la respuesta puede estar en lo que se encontró dentro del maletín del empresario. El attaché, que fue abierto ayer, tenía papeles en los que se leen detalles sobre cifras millonarias. Esos números pueden referirse a los sobornos pagados en el caso IBM dijo a Página/12 una de las personas que vio los documentos; la segunda hipótesis es que se vinculen a operaciones realizadas en Baxxor, la operadora turística de la que Cattáneo era contador. Como reveló este diario el lunes pasado, el empresario muerto entregó al diputado cavallista Guillermo Francos documentación sobre las cuentas donde se depositaron las coimas por el contrato ente IBM y el Banco Nación. En aquellos textos mencionó a un tal Alfredo; se sospecha que hablaba de Alfredo Aldaco, uno de los directores del banco. También incluyó un listado de cuentas cuyas denominaciones coinciden con las que investiga el juez federal Adolfo Bagnasco. Marcelo Cattáneo había sido acusado por Aldaco de ser quien ofreció las coimas; ayer el hermano de Marcelo Cattáneo dijo que esta acusación tiene que haber sido la razón directa o indirecta de su muerte. Además de abrir el maletín, los peritos trabajaron sobre el interior de la camioneta Fiorino. Encontraron bandejas con restos de comida rápida y una pajita de la cadena de hamburgueserías Burger King. También se tomaron muestras de manchas recientes del tapizado, se buscaron pelos, restos de ropa, y se recolectó la tierra depositada en la cabina para compararla con la del lugar donde apareció ahorcado, y con el polvo adherido a su calzado. Por otra parte, cada vez hay más presunciones de que Cattáneo se llevó dinero de su último lugar de trabajo. Ayer declaró ante el juez Enrique Velázquez un empleado de Baxxor que está sospechado de ser el cómplice de Cattáneo en la maniobra por la que se retiraron de la empresa 360 mil dólares. Carlos Asensio, el presidente de la firma, le dijo al juez que tras la desaparición de Cattáneo aquel empleado le confesó que había cometido la estafa junto a él. También pasó por el juzgado de Velázquez el forense Osvaldo Curci, quien estuvo a cargo de la autopsia, y declaró una de las personas que vieron a Cattáneo dos días antes de su muerte, vagando cerca de Ciudad Universitaria. Ayer, después de 11 días de espera, los restos del empresario fueron entregados a sus familiares. La medida se concretó por una orden de la jueza María Gabriela Lanz; el cuerpo fue retirado de la morgue judicial a media tarde. El abogado Luis Dobniewski, representante legal de Silvina De la Rúa de Cattáneo, no descartó que se iniciaran acciones contra el juez Enrique Velázquez. La familia le reprocha que no haya distribuido las fotos de Marcelo cuando aún estaba vivo, con lo que creen que hubieran podido salvarlo. Incluso sabíamos, a través de dos personas que se lo cruzaron, que él estaba en la zona de Ciudad Universitaria dijo Dobniewski, pero a pesar de nuestra denuncia nadie lo buscó. El abogado dio nuevos datos que refuerzan la hipótesis de un suicido, al contar que el perito de parte les aseguró que la expresión en la cara de Cattáneo no era la de alguien crispado o aterrorizado, sino más bien la de una gran tristeza. El forense también coincide con los peritos judiciales en que el recorte fue introducido en la boca de Cattáneo mientras estaba vivo, y comentó que por su experiencia, de alguna manera, directa o indirecta,quienes viven esta situación dejan una pista, un mensaje sobre algunas de las razones que han tenido. Ayer comenzó a funcionar el equipo de especialistas designado por el procurador general Nicolás Becerra. Se trata del médico legista Alberto Brailovski, el psiquiatra forense Roberto Godoy y un especialista en homicidios. El grupo recibió la orden de colaborar por igual en las dos causas abiertas sobre la muerte de Cattáneo, hasta tanto se defina si corresponde que la jueza María Gabriela Lanz continúe investigando o si por el contrario el expediente debe quedar a cargo del juez Enrique Velázquez. La decisión estará a cargo de la Sala VII de la Cámara del Crimen, y podría ser conocida en las próximas horas.
INSPECCION JUDICIAL EN EL LUGAR DE LA MUERTE Por Romina Calderaro
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