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Por Susana Viau y Eduardo Tagliaferro La llegada del fiscal Carlos Stornelli al edificio Libertador, al caer la tarde y con una orden de allanamiento en la mano, fue la culminación de un día agitado en la comandancia del Ejército. El fiscal de la causa instruida por la venta de armas a Ecuador y Croacia buscaba allí el original del documento publicado ayer y en el que se demuestra que el general Martín Balza conocía desde 1992 la existencia de armas argentinas en poder de las tropas croatas. La otra información que había producido movimientos en el interior de la sede del Estado Mayor era el artículo de este diario informando de lo ocurrido con el teniente coronel Domingo Antonio Gordillo durante la presentación de Balza en la cámara de Diputados con el teniente coronel retirado Domingo Antonio Gordillo. Gordillo, había sido citado a Tucumán, desde Buenos Aires para acompañar la exposición del jefe del Ejército pero, sin embargo, fue mantenido en el freezer, en una habitación contigua a la que se desarrollaba el encuentro con los legisladores. El tema, según trascendió, fue motivo de una queja formal a sus superiores por parte del oficial quien, por cierto, ratificó a Página/12 el contenido de la nota periodística. El fiscal Stornelli permaneció varias horas en el interior del comando. Estaba tras el original de un informe publicado por La Nación de ayer y donde el Ejército (Balza) informaba al Estado Mayor Conjunto (dirigido por el brigadier Andrés Antonietti) que se habían detectado armas argentinas en Croacia y Bosnia a partir de septiembre y octubre de 1991. Balza, por entonces, según el documento, atribuía el hallazgo a la acción del mercado negro internacional. Este documento favorecería la situación procesal de Balza pues, de ser auténtico, salvaría la responsabilidad formal del jefe de la fuerza remitiéndola a Antonietti y al ex ministro de Defensa Erman González. Desde otro ángulo podría complicarla dado que Balza había negado hasta ahora que por esas fechas hubiera estado al tanto de la cuestión. Es más, en agosto de este año ante los diputados sostuvo: Yo estuve nueve veces en Croacia. No vi ningún armamento argentino. Estoy diciendo que yo estuve y no vi. Stornelli salió altamente satisfecho del procedimiento sobre el que se decretó el secreto del sumario. La orden fue firmada por el juez Juan José Galeano, juez subrogante debido a la licencia solicitada por el juez natural Jorge Urso. El accionar de los funcionarios judiciales había comenzado en el ministerio de Defensa en el que sólo se consiguió localizar la certificación de entrada de un documento supuestamente suscripto por Balza pero no el original ni copia alguna del publicado ayer. Al parecer, la búsqueda dio sus frutos en el edificio Libertador, en dependencias del Estado Mayor. Allí funciona asimismo la oficina de la asesoría jurídica de la cartera de Defensa. Un motivo de preocupación no menor de la jornada había sido el tema que ocupó ayer la tapa de este diario. Según se relató, desde el Estado Mayor se había citado telefónicamente al jefe de base de apoyo logístico de la V Brigada con asiento en Tucumán, teniente coronel retirado Domingo Gordillo. Se le requirió su presencia en Buenos Aires para acompañar al general Balza en su testimonio ante el Congreso. No obstante, Gordillo fue invitado a abandonar el recinto y aguardar en una sala contigua. El incidente podría resultar escasamente importante si no fuera porque Gordillo no estaba en condiciones de confirmar lo que Balza aseguró sin fisuras a sus interrogadores respecto a que toda la munición recolectada de las unidades y entregada a Fabricaciones Militares se encontraba vencida, entre ellas, dijo, la procedente de Tucumán. Eso mismo ratificó ayer Gordillo en conversación con Página/12. ¿Es verdad que usted fue invitado a salir de la reunión y aguardar fuera? Es verdad. Lo que salió en el diario es verdad. ¿Puede asegurar que la munición que se le ordenó entregar a Fabricaciones Militares estaba vencida? Al día de hoy no puedo asegurar si era munición vencida o en uso. No tengo los elementos de juicio. No podría afirmar ninguna de las dos cosas. ¿Por qué cree que fue primero citado y luego marginado del debate? No tengo explicación para eso y tampoco nadie me dio explicaciones. Directamente se me dijo: Espere ahí, en una sala contigua. Yo me siento afectado porque haberme hecho viajar para estar afuera.... Si hubiera sabido que eso iba a pasar no hubiera viajado. ¿Qué razón se le dio al citarlo? Cuando me invitaron a ir me dijeron que era para acompañar al jefe de Estado Mayor y responder alguna de las preguntas de los legisladores, si hacía falta. Así fui. Si yo hubiera estado dentro y no hubiera sido necesaria mi explicación yo no me sentiría tocado. Lo que no entiendo es por qué me dejaron fuera.
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