Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


CUALES FUERON LOS ARGUMENTOS DEL JUEZ PARA CERRAR LA CAUSA DE MENEM JR.
Un expediente con demasiadas falsedades

En la resolución de 425 carillas firmada por Villafuerte Ruzo se exponen increíbles testimonios, pruebas falsas y otras rarezas.

Zulema Yoma ya anunció que lanzará una contraofensiva para que la causa no sea archivada.
El próximo capítulo serán las apelaciones y después la Cámara decidirá si la investigación se da por cerrada.

na08fo01.jpg (6116 bytes)

Por Raúl Kollmann

t.gif (67 bytes) “Los elementos tenidos en cuenta no indican que la muerte de Carlos Saúl Menem (h) y de Silvio Héctor Oltra hayan sido originadas en una convergencia intencional por parte de terceros.” Con estas palabras, el juez Carlos Villafuerte Ruzo corona 425 páginas de una sentencia en la que desestima la hipótesis del atentado contra Junior y concluye que el hijo del Presidente murió en un accidente producido porque venía volando muy bajito, coqueteando con alguien que viajaba en un Fiat Uno, y se llevó por delante los cables. La resolución del juez –a la que Página/12 tuvo acceso– archiva la causa, pero muestra circunstancias increíbles del caso: testigos que mienten descaradamente –incluyendo uno que le adjudica la muerte de Junior al radicalismo–, pruebas falsas, una autopsia en la que participan 49 médicos y la desaparición de los restos del helicóptero.
La parte más sólida de la resolución de Villafuerte Ruzo está referida a los testigos que vieron el vuelo final del helicóptero. El aparato cae en el kilómetro 211, pero los primeros testimonios de que viene bajo están en el kilómetro 154. Desde ese lugar en adelante hay 36 testigos coincidentes en que Junior venía a alturas insólitas: algunos –el testigo Osvaldo López, por ejemplo– dice que estaba a 12 metros, otros –Ascensión Guerrina– señala que volaba a la altura de los cables, pero lo concreto es que todos lo ven muy bajo, volando recto sin que se percibiera alguna rotura, sin que se viera humo o algún ruido raro del motor. En lo que hay algunas discrepancias es respecto del auto con el que Junior venía haciendo juegos: algunos dicen que era un Fiat Uno negro y otros sostienen que era blanco. Lo que sí afirman todos los que lo vieron es que en el vehículo iba una mujer.
Villafuerte Ruzo refleja en el fallo la opinión de distintos técnicos que manifiestan que los cables no se veían bien y que posiblemente Carlitos venía distraído por su juego con la dama del Fiat. Por esa razón –explican– Junior se llevó los cables por delante.
Ninguno de los testigos, que estaban al borde de la ruta en los últimos kilómetros, manifiesta haber visto francotiradores o haber escuchado detonaciones de armas de fuego. Se hicieron mediciones respecto de los bosques de los alrededores, desde los cuales alguien podía haber disparado sin que se lo viera. Esos lugares están a unos 2200 metros del lugar por el que pasó el helicóptero, una distancia desde la cual no se pudo haber abatido al aparato.
En la autopsia de Junior participaron 49 médicos. La conclusión fue que el hijo del Presidente murió por fracturas múltiples que le provocaron lesiones cerebrales letales. Según el dictamen, no hay rastros de esquirlas ni explosivos ni drogas. Tampoco se verificó mala praxis en la atención de Junior en el hospital. En algún momento Zulema sugirió que alguien abrió el féretro y cambió el cráneo de su hijo. No se comprobó nada semejante.
Sin duda el punto más polémico de la resolución está referido a las pericias. El juez acepta como válidos los estudios de la Fuerza Aérea y el técnico de la empresa fabricante, Jack Suttle Junior, ambos realizados inmediatamente después de la muerte de Carlitos. Estos peritajes dicen que el aparato chocó con los cables y que funcionaba perfectamente. El gran argumento de Zulema Yoma es la pericia realizada por la Gendarmería, en la que se afirma que hay rastros de proyectiles de armas de fuego. Villafuerte Ruzo no rechaza categóricamente las conclusiones pero argumenta que los restos analizados por la Gendarmería estuvieron sin ninguna custodia durante un año y medio y ni siquiera existe la seguridad de que hayan sido parte del helicóptero de Junior. El juez dice que tienen más peso los testigos y las dos pericias hechas después de la caída. Para el magistrado la conclusión se cae de madura: no hay disparos, no hubo un tercer pasajero terrorista (ver aparte), no hay evidencia de francotiradores y existen muchos testigos que vieron el vuelo rasante contra los cables. “Archívese”, resuelve el juez. El próximo capítulo serán las apelaciones y después la Cámara Federal decidirá si la investigación se da por cerrada. En cualquier caso es evidente que Zulema no se dará por vencida.

 

Los testigos increíbles
Por R. K.

Mientras se sustanció la causa por la muerte del hijo del Presidente aparecieron y dieron testimonio una serie de testigos de diversa credibilidad. Estos son algunos de los testigos más increíbles del caso Menem Junior:
u Juan Imbesi: declaró que la muerte de Junior fue una venganza por los atentados contra la AMIA y la Embajada de Israel y que fue ejecutado por “el Mosar” (sic). La forma en la que supuestamente mataron a Carlitos fue variando el altímetro y la operación corrió a cargo de un grupo integrado por el publicista David Ratto y los dirigentes radicales Enrique “Coti” Nosiglia y Mario Negri. Los expertos en navegación aérea precisaron que Carlitos Menem no usaba el altímetro, ya que el helicóptero nunca volaba muy alto, de manera que el funcionamiento del altímetro no tenía la menor incidencia. Imbesi fue procesado por falso testimonio.
u Erich Chuzón Zárate afirma ser peruano y del Cartel de Medellín. Declara en Telefé que fue contratado para asesinar a Junior disparándole desde una moto. Ante el juez termina quebrándose y reconoce que mintió, pero acusa a Telefé de haberlo preparado durante meses. Las pericias telefónicas demuestran que no hay comunicaciones entre Chuzón y Telefé y que el peruano sigue mintiendo. Fue procesado por falso testimonio.
u La funcionaria menemista Yolanda Guzmán sostuvo que la víspera de la muerte, Junior le dijo en la Casa Rosada que tenía miedo y que lo iban a matar. Hay siete testimonios concluyentes que indican que Junior no estuvo en la Casa Rosada ese día. Guzmán fue procesada por falso testimonio.


OPINION
Por Zulema Fátima Yoma

En este Día de la Madre me imagino el momento de infinito amor que sienten los millones de madres argentinas que pueden abrazar a sus hijos. Para mí, por el contrario, es una fecha que vuelve más doloroso el desgarro de mi corazón. Desde hace más de tres años, hago lo que haría cualquier madre: pregunto quiénes y por qué lo mataron a Carlitos.
Como si las múltiples y deliberadas obstrucciones que sufrió la investigación judicial durante este tiempo no fueran suficientes, en forma sorpresiva y cuando quedaban pendientes medidas procesales y estaban citados importantes testigos, se me informa que el juez decidió archivar la causa. Una mente perversa no habría encontrado mejor regalo para mí en el Día de la Madre.
Nadie podría creer que una decisión de esta magnitud pueda provenir de la mera decisión del juez Villafuerte Ruzo. La investigación de la muerte del hijo del Presidente de la Nación –cuando existen elementos que avalan la hipótesis de asesinato– es un asunto de Estado, y por lo tanto el cierre de la causa tiene necesariamente que contar con el guiño o la orden del nivel más alto del poder político.
Me resisto a pensar que el padre de Carlos Menem (h) haya autorizado esa medida, pero también que haya sido adoptada sin consultarlo.


Sin tercer pasajero

Desde un principio, el entorno de Zulema Yoma instaló la hipótesis del tercer pasajero. Estos son los resultados de la investigación:
u Osvaldo Alvarez, el que cargó el combustible; Jorge Medina y Jorge Bolla, que estaban cuando despegó el helicóptero, Alejandro Servidio y Martín López, técnicos aeronáuticos, testimonian que sólo viajaban Junior y Oltra en el helicóptero y hay 27 testigos que llegan después de la caída y también declaran que sólo estaban Oltra, muerto, y Carlitos, agonizando.
u El chofer de micros Jorge Brasseur afirmó que paró su unidad cuando cayó el helicóptero y vio dentro del aparato tres cuerpos, incluyendo el de una mujer. Los pasajeros del micro negaron que haya parado y el tacógrafo de la unidad indica que no hubo detención.
u El ex agente de inteligencia Mario Aguilar Rizi declaró que hubo una mujer iraní en el helicóptero. La terrorista supuestamente fue infiltrada en el círculo de Junior un mes antes y se la presentó un tal Oscar. No hay un solo testigo del entorno de Junior que haya visto a esa mujer. En el fallo, el juez señala que existe un informe de la Policía Federal en el que se advierte que Aguilar trabaja para Zulema.


Apunten al entorno

Todo indica que el juez Villafuerte Ruzo inició un durísimo contraataque apuntando al entorno de Zulema Yoma.
u Abrió una causa contra uno de los abogados de la señora, Alejandro Vázquez, por inducir testimonios. En concreto, el testigo Ernesto Soria declaró que fue visitado por Vázquez para inducir su testimonio en favor de la hipótesis del atentado. El juez dice que el mismo letrado “interrogó” a otros testigos y recién después los llevó ante el juez.
u El juez también abre una causa contra Mario Rotundo. Dice que hubo varios testigos que fueron llevados al domicilio de Zulema y que incluso los hicieron declarar ante escribano público sin conocimiento del juez.
u Hay un testigo procesado por falso testimonio, Jorge Brasseur, al que se le intervinieron los teléfonos. El magistrado dice que se registraron conversaciones llamativas con Mario Rotundo.
u Villafuerte Ruzo apunta también a los peritos de Zulema, Roberto Locles y Enrique Prueguer. Al primero le abre una causa por separado y todo indica que está haciendo un análisis del estudio entregado por Prueguer. Un perito de la Fuerza Aérea, Horacio Larrosa, le dio al juez un trabajo en el que supuestamente demuestra “insuficiente fiabilidad” del estudio de digitalización de imágenes de Prueguer.

 

PRINCIPAL