|
Por Facundo Martínez Primero, Carlos Bilardo lo llevó a Boca, después lo echó, acusándolo de traidor. Estuvo un tiempo en Deportivo Español hasta que se fue a España. Allí jugó en el Extremadura y el Jaén. Y finalmente volvió. Decían que no iba a jugar más en Boca, pero cuando Carlos Bianchi agarró el equipo, José Basualdo le pidió al presidente Mauricio Macri una oportunidad. Hoy es uno de los titulares. A los 35 años, dice que todavía tiene hambre de gloria. Antes del partido con Vélez habló con Página/12 del presente y de su receta: Sólo ganas de seguir jugando al fútbol. Antes de volver, ¿habló con Bianchi para saber si lo quería? Sí, pero primero hablé con Mauricio Macri para suavizar un poco las asperezas por el tema de Bilardo. Le pedí que me diera otra oportunidad y decidimos que yo participara de la pretemporada. Ahí arrancó otra historia. Tuvo que volver a ganarse un lugar, ¿lo logró? Yo quiero estar al nivel de las pretensiones de Boca y estoy conforme con todo lo que está pasando. Para meterlo en el equipo Bianchi tuvo que mandar a Cagna a jugar por izquierda pese a que él se siente mejor por la derecha. ¿Eso es apoyo? El me dice que es mérito propio pero yo creo que Bianchi tiene mucho que ver en cuanto al apoyo, en cuanto a respetarme ciertas posiciones, y yo sólo trato de rendir lo más posible. Igual, con Cagna, podemos invertir la posición. ¿Qué es lo que le pasa a Boca, que ahora juega bien? Aparte de la confianza que tiene cada jugador, es importante la parte táctica. Por ejemplo, no es lo mismo Riquelme con la pelota que sin ella y en esto Román ha evolucionado mucho. Ahora va a cortar, y corta. ¿Es importante en este equipo el hambre de títulos de los más chicos? Siempre es importante, pero yo también tengo esa hambre. No podés decir: Yo ya gané, y quedarte sólo con ese recuerdo. A medida que ganás el hambre cada vez es mayor. ¿Se siente una alternativa más en el ataque de Boca? Boca no juega como antes, al pelotazo a Palermo. Ahora también hacen goles los volantes. Mirá a Navas, a Cagna, a Riquelme. Después sí tenemos a Palermo, que cuando no hace goles se lleva dos defensores con él. Y además está Guillermo. ¿Se entiende bien con Guillermo? El siempre juega un partido aparte. Vos le das la pelota y no sabés qué es lo que va a hacer. Ni él lo sabe. La puede perder o se puede gambetear a dos jugadores, o te sirve una pelota como la que me puso a mí contra Colón. Es un jugador que siempre te exige que lo acompañes, que lo sigas. Vos le das la pelota y no hay problema. ¿Siente que el calendario de Boca es difícil? Creo que si Boca sigue así, con lo que está haciendo dentro de la cancha, nos van a hacer menos goles de los que vamos hacer. ¿Le sacó el lugar a Navas? No, para nada. Todos estamos al mismo nivel y es importante saber que ésta es una competencia sana. Yo siempre hablo con él y lo aconsejo. Y bueno, ahora me toca jugar a mí pero después puede ser al revés. En Boca hay un gran grupo y un gran conductor. ¿Cómo ve el partido contra Vélez? Ellos van a tratar de cortarnos el juego y nosotros vamos a tratar de anticiparnos y de estar bien concentrados. El mayor problema de Vélez es la ubicación de la defensa. Ellos juegan con tres y dejan muchos huecos. Y Boca, a su vez, todavía se desconcentra. Tiene esos 10 o 15 minutos en los que se pierde y eso el rival lo aprovecha. Supongamos que le dan un papel y le dicen que firme el empate... En este momento lo firmaría, porque seguiríamos manteniendo la ventaja.
Por Adrián De Benedictis
|