QUEDAN SIETE

Por Horacio Verbitsky

 
Doce de los diecinueve legisladores del Frepaso, con el respaldo de los bloques de la Unión Cívica Radical, el Partido Justicialista y Nueva Dirigencia, están dispuestos a elegir como Defensor del Pueblo de la Ciudad Autónoma de la Ciudad de Buenos Aires a uno de los candidatos de la Multisectorial de Organizaciones Sociales, destrabando un proceso que se arrastra en forma penosa desde marzo y que ha colocado a las instituciones políticas de la Ciudad de espaldas a la sociedad.

La Multisectorial es amplia y pluralista. Incluye asociaciones vecinales, sociedades de fomento, de ciclistas y de artesanos, organizaciones ecologistas (como Greenpeace), organismos sectoriales como la Federación Universitaria, Poder Ciudadano, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios, la Central de los Trabajadores Argentinos; organismos de derechos humanos como las Madres de Plaza de Mayo y el Servicio de Paz y Justicia; diversas entidades femeninas, asociaciones de inventores y de usuarios de servicios públicos. También apoyan su propuesta el decano de la facultad de Ciencias Sociales, Fortunato Malimacci, y el asesor letrado del Movimiento de los Trabajadores Argentinos, Héctor Recalde. La movilización de tanta energía social sustrajo el cargo del reparto y el regateo político al que, como tantos otros, parecía condenado.

Luego de la impasse producida cuando el Frepaso no consiguió los votos necesarios para consagrar al dirigente socialista Norberto Laporta, la Multisectorial propuso a la Legislatura la creación de una mesa de consenso que, antes que nombres, debía definir el perfil de la Defensoría y de los candidatos. En ese ámbito presentó un Acta de Compromiso: el Defensor sería acompañado por un Consejo Multisectorial de organizaciones sociales y se crearía un voluntariado ciudadano integrado por vecinos, ambos ad honorem. Como órgano de control, la Defensoría no podría ser ejercida por miembros de la conducción de los partidos que gobiernan la Ciudad, ser utilizada por los partidos de la oposición ni quedar sujeta a la competencia partidaria. Los candidatos no deberían pertenecer a la conducción de ningún partido ni estar vinculados con empresas proveedoras y contratistas del Estado y se abstendrían de participar en competencias político-electorales hasta dos años después de concluido su mandato. Deberían acreditar un notorio compromiso en organizaciones de la sociedad civil.

Luego de varias reuniones de la Mesa de Consenso, la semana pasada se acordó terminar con la situación de acefalía e ilegitimidad en un plazo de dos a cuatro semanas, la primera de las cuales se cumple hoy. También se estableció jerarquizar la presencia de las organizaciones sociales, asignando a sus representantes no menos de tres pero tal vez las cinco Defensorías. La Multisectorial insistió en su aspiración de ocupar la Defensoría Titular. La disposición de radicales, justicialistas y neodirigentes para designar a uno de los candidatos de la Multisectorial permitiría consagrarlo como Defensor titular. Sin embargo, esos partidos esperan que la propuesta provenga del Frepaso.

El candidato a titular es el economista Claudio Lozano. Pero si el sector minoritario del Frepaso que lo objeta fundamentara sus razones, la Multisectorial estaría dispuesta a proponer a otro de sus miembros. Pese a que Laporta quedó en el camino, el subbloque socialista sostendría para titular a la abogada del CELS Alicia Oliveira, postulada como adjunta por la Multisectorial. Aunque Oliveira fue convencional constituyente por el Frepaso y se desempeña como secretaria legislativa de su bloque en la Legislatura, la conducción nacional partidaria también se opondría a su candidatura y procuraría postergar la decisión hasta después de la contienda de noviembre de la que surgirá la candidatura presidencial de la Alianza. Esta posición es tan caprichosa que parece parte de la trabajosa construcción de una minoría ¿Advertirá un dirigente tan atento como Chacho Alvarez qué significa que apenas siete legisladores sigan cerrando la ventana de la Defensoría para que la sociedad no pueda observar y controlar las decisiones del sistema político?

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