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A Tyson le devolvieron su licencia para que pueda pagar los impuestos

Por cuatro votos a uno, la Comisión de Boxeo de Nevada aprobó el regreso de Iron Mike, que pelearía por 25 millones de dólares en diciembre para saldar su deuda con el fisco de Estados Unidos.

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Por Daniel Guiñazú


t.gif (67 bytes)  Cuatro a uno. Ese fue el veredicto de la Comisión Atlética del estado de Nevada que le permitió a Mike Tyson recobrar la licencia de boxeador que el mismo organismo le suspendiera por su célebre mordiscón a las orejas de Evander Holyfield. Luego de tres horas y media de deliberaciones en las que Tyson fue tratado con guante de seda, el dos veces campeón mundial de todos los pesados respiró aliviado: podrá reaparecer el 5 de diciembre en Las Vegas ante el alemán Axel Schultz y, lo que es más importante, con los 25 millones de dólares que se supone habrá de cobrar, estará en condiciones de saldar los 12 millones de dólares de impuestos que le debe al fisco de los Estados Unidos.

Con Muhammad Alí y Magic Johnson como privilegiados declarantes en su favor y con cinco psiquiatras dictaminando su aptitud para volver a pelear, hubiera sido imposible que la Comisión decidiera lo contrario de lo que finalmente decidió. Tyson no respondió ninguna pregunta comprometida sobre su comportamiento dentro y fuera de los rings, se limitó a pedir perdón y a declarar su arrepentimiento y eso le fue suficiente. Ni siquiera la advertencia de Elías Ghanem, el presidente de la Comisión, en el sentido de que ésta es la última oportunidad que el boxeo le da para hacer buena letra, alteró su talante sombrío y ausente. Mientras Ghanem leía el fallo de la Comisión y algunos de sus amigos más cercanos soltaban un cálido aplauso, Tyson se tocaba la oreja derecha y esbozaba una sonrisa burlona como si poco y nada le importara lo que le estaban diciendo.

A la hora de justificar su reacción aquella noche del 28 de junio de 1997 en el MGM Hotel de Las Vegas, Tyson repitió ante el Tribunal argumentos gastados. Dijo: "Aquella noche ante Holyfield no tuve conocimiento de lo que estaba haciendo. Yo no tenía guantes ni estaba peleando por un cinturón; estaba peleando por sobrevivir. Hubiera sido muy interesante ver lo que ustedes hubieran hecho en esa situación particular", desafió. Y redondeó su alegato con un fiel retrato de sí mismo: "Yo sé quién soy. No soy un esquizofrénico ni un maníaco depresivo. Soy quien soy".

Con la licencia en su poder y un entrenamiento de dos semanas en Phoenix, Arizona, donde alterna el rudo trabajo de la puesta a punto en el gimnasio con escapadas nocturnas a los bares de topless, lo único que podría impedir el retorno de Tyson a los cuadriláteros sería un fallo en su contra en el proceso que le sigue en Massachusetts por supuestas agresiones a dos hombres, luego de que le chocaran por detrás el auto a su esposa Mónica. Si eso sucediera el 1º de diciembre, fecha en que el Tribunal dará su veredicto y le fuera imposible llegar antes a un arreglo extrajudicial, Tyson regresará a la cárcel por haber violado los términos de su libertad condicional. Pero pocos creen que eso sea posible. Con Tyson rehabilitado, la máquina comercial del boxeo se pondrá a funcionar a pleno y ya hay una superpelea en ciernes. Evander Holyfield y Lennox Lewis unificarán la corona de los pesados entre febrero y marzo de 1999. El ganador seguramente irá con Iron Mike. Más que la gloria, los espera mucho dinero. Cincuenta millones para cada uno. Y más también.

 


En este rincón, Don King

Por D.G.

t.gif (862 bytes) El otro frente que a Tyson le queda por cerrar es el de su relación con Don King. Ante una corte federal del estado de Nueva York, Iron Mike culpó al manager y promotor de los pelos parados de haberle birlado 100 millones de dólares con diversos pretextos: de acuerdo a su testimonio, King le hizo pagar, de su bolsillo, la remodelación de su mansión y de sus oficinas en Miami y Nueva York y puso a su cargo a miembros de su familia con sueldos astronómicos. Joseph Maffia, un ex contador de la Don King Productions y testigo clave en el proceso, dijo haber visto comprobantes según los cuales una de las hijas de King cobraba 52 mil dólares anuales por figurar como la presidente del Club de Admiradores de Mike Tyson.

Y no sólo eso. En otro proceso que se sustancia en California, Tyson acusa a King de haber sobornado a sus ex amigos y managers, John Horne y Rory Holloway. El mismo Maffia dijo que él firmó en 1988 un cheque de 5000 dólares para Horne, que aunque se registró como un arancel por asesoramiento, en realidad fue el adelanto de un soborno mayor destinado a convencer a Horne de que, a su vez, convenciera a Tyson de que firmara para Don King a su salida de la cárcel, lo que finalmente sucedió. Todo muy turbio.

 

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