La facultad de la UBA quiere reformar su plan de
estudios para funcionar como clínica y sumarse a los hospitales universitarios. |
La Facultad de Odontología (UBA) quiere su lugar en el mundo. Y dice que no lo tiene. A pesar de que sus docentes y alumnos reciben a 300 pacientes cada día, y de que realizan 150 mil prestaciones y atienden 47 mil urgencias por año, todavía no se reconoce a la facultad como Hospital Odontológico Universitario. "Si haciendo todas estas cosas, esto no es un hospital, entonces ya no sé qué es un hospital", se indignó el decano Máximo Giglio. Hasta hoy, la atención odontológica brilla por su ausencia en la red porteña de hospitales universitarios: "Llegamos al extremo del grotesco al tener que traer a un paciente, en camilla y a lo largo de dos cuadras, desde el Hospital de Clínicas para que lo atendieran en la facultad", aseguró Giglio. Las autoridades de la unidad académica presentaron ante el Consejo Superior de la UBA un proyecto para sumarse a la red hospitalaria mientras, junto a profesores y estudiantes, trabajan en una reforma curricular interna para atender a los pacientes con un sistema de clínicas integradas. "La Organización Mundial de la Salud ya expresó la necesidad de atender la salud total de una persona: lo físico, lo psíquico y lo social. Y esto implica no separar la cavidad bucal del resto del cuerpo", enfatizó Giglio, en vistas al debate que se iniciará mañana en la comisión de enseñanza del Consejo Superior. De aprobarse el proyecto de reforma, los futuros dentistas podrán complementar sus clases teóricas con asistencia en las salas de internación del Hospital de Clínicas; y los graduados, atender afecciones que hasta ahora no pueden atender. "Además de funcionar como un hospital, la facultad quiere responder a la función social del odontólogo. Muchas veces ingresan en nuestra guardia pacientes traumatizados o accidentados. Y, si necesitan anestesia general, no contamos con infraestructura para atenderlos", justificó. Hasta el momento, estas afecciones sólo se atienden en los hospitales que dependen del gobierno porteño. "Lo ideal sería armar un sistema rotativo. Los pacientes del Clínicas podrían atenderse en la facultad. Y nuestros graduados, atender en ese hospital los casos más graves", precisó. Con todo, el decano tampoco dejó pasar la oportunidad para desmitificar la tarea odontológica. "Es totalmente anacrónico entender a la odontología como la ciencia que arregla dientes y pone prótesis", subrayó. "El odontólogo se ocupa de la medicina interna de la cavidad bucal y de las estructuras conexas (articulaciones, ganglios y glándulas salivales). Y además --dijo-- debe saber actuar muy rápidamente en casos de emergencias médicas, como paros respiratorios, reacciones alérgicas u obstrucciones de las vías respiratorias. Todo esto se enseña en esta facultad." La turbina reformista empezó a girar también puertas adentro del edificio de Marcelo T. de Alvear 2142. Por un lado, a partir del '99, la carrera compartirá el CBC con Medicina y las distintas carreras que opten por el nuevo ciclo para el área de la salud. Y por otro, se modificará el plan de estudios para que la facultad funcione como un sistema de clínicas integradas. Para esto, ya está aprobado un subsidio del Fondo para el Mejoramiento de la Calidad de la Enseñanza (Fomec). "En lugar de enseñar los procedimientos técnicos de manera segmentada, se educará para realizar un tratamiento integral del paciente", apuntó Ricardo Macchi, profesor titular y coordinador académico del proyecto Fomec. "Esto se inició en el '79, pero ahora se va a profundizar hasta alcanzar a toda la carrera. Los pacientes empezarán a circular dentro de la facultad de acuerdo con la magnitud de su problema. Si presentan un cuadro general complejo, los recibirá un alumno avanzado o uno del posgrado, con mayor capacidad resolutiva. Así, en vez de que el paciente tenga que amoldarse a las necesidades docentes, la enseñanza se amoldará a sus necesidades", detalló. Además, una comisión integrada por profesores, estudiantes y graduados se empeña en ajustar la currícula para que a partir del año próximo funcione el nuevo sistema. Pablo Brioschi, presidente del centro de estudiantes, festejó: "Esperamos la reforma con muchas ganas. El plan de estudios actual tiene muchas falencias y se impone la necesidad de mirar al paciente como un todo y no concentrarse únicamente en algunas patologías específicas".
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