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Por Fernando Cibeira Carlos Chacho Alvarez dice que no está preocupado por los recurrentes parates en las negociaciones por la ingeniería política de la Alianza. Adoptó la postura del Buda: muestra paciencia y asegura que en una semana estará todo arreglado. Pero aclara que la discusión no es sólo por la fórmula o por las candidaturas. Las cavilaciones de Chacho por estas horas pasan por encontrar la manera de asegurarse que el Frepaso no quede marginado del poder si pierde en las internas del 29 de noviembre. Para eso quiere obligar al radicalismo a firmar un estatuto o carta orgánica que contenga las bases de cómo se mantendrá el equilibrio institucional dentro de la coalición pase lo que pase en las elecciones, tanto internas como generales. Ortega ya hizo su lanzamiento con vente mil personas, después Duhalde llenó la Plaza de Mayo y, mientras tanto, en la Alianza parecen estar en una traba de la que no pueden salir. ¿No están dando mucha ventaja? Nosotros también vamos a hacer nuestro acto este fin de semana, una caravana con Graciela para festejar el triunfo del 26 de octubre pasado. En general, la Alianza se está consolidando, falta avanzar en la estabilidad institucional de largo plazo. En no más de una semana vamos a acordar las cosas que nos faltan. En cuanto a los actos que están haciendo Duhalde y Ortega son de interna. El PJ está en su proceso interno, con una importante movilización de estructuras. El estilo nuestro es muy distinto. Pero falta un mes para las internas y no se sabe qué se va a elegir. Sí, se sabe. Va a haber dos boletas. En una dirá Graciela Fernández Meijide y en otra Fernando de la Rúa. Si gana Graciela, De la Rúa irá como candidato a vice. Y si De la Rúa es el ganador, Graciela decidirá qué hace. Acompañará a De la Rúa o será candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires según sea más conveniente. El problema sobre si se elige la fórmula o el candidato a presidente no está. Porque hay un acuerdo sobre cuál va a ser la situación de cada candidato para después. ¿Lo ven sencillo electoralmente hablando eso de que si Fernández Meijide pierde la interna sea candidata a gobernadora? Que quede claro que esto no es un capricho ni una cuestión partidaria. El conjunto de la Alianza sabe que aún perdiendo la interna, Graciela va a conservar un grado de representatividad tal que la sigue colocando como la mejor candidata de la Alianza en la provincia. Los radicales plantean que si no es Graciela, el único que puede ser candidato a vicepresidente es usted. Eso hay que descartarlo. Las decisiones hay que tomarlas después de la interna. No van a faltar buenos hombres o mujeres para acompañar, pero no vamos a abrir ahora un carnaval de nombres. ¿Cómo fue que salieron de la reunión con De la Rúa diciendo cosas distintas? El problema es cómo se lo presenta. Que de un tema absolutamente menor haya intención de sacar ventajas, de decir que alguien convenció a otro. No hay que trabarse en un tema tan menor. ¿Pero de hecho no lo está trabando? No estamos discutiendo esto nada más. El tema de la estabilidad institucional no es únicamente qué se elige, eso es menor. Lo que se está planteando es qué posición van a ocupar los dos partidos si queremos construir una coalición de mediano plazo, no solamente cómo se distribuyen las representatividades en esta coyuntura sino cómo se garantiza un equilibrio en la Alianza. Estamos haciendo un borrador de texto acerca de cómo se fundamenta esto. Y qué significa el equilibrio de fuerzas cuando por primera vez la Argentina sea gobernada por una coalición. ¿Y cómo se garantiza ese equilibrio? No es un problema de distribución de cargos. Hay tres elementos centrales: una fuerte unidad programática, proceso de elección decandidatura a presidente y confeccionar un estatuto de esta fuerza. Los primeros dos puntos están, nos falta el tercero. ¿Las candidaturas no entran en ese equilibrio? Sí, las candidaturas entran, pero también cómo se va a expresar esta fuerza en la estructura del Estado en caso de llegar al Gobierno. ¿Con los ministerios? No es distribución de ministerios, pero sí qué perfil de ministros y cómo se va a garantizar un gobierno equilibrado en la representación. Es una discusión política que hay que hacer antes de la interna. Si no, la fuerza que gana la candidatura a presidente puede plantearse la idea del toma todo. Estas cuestiones tienen que estar saldadas, así el 29 de noviembre a la noche hay un ganador de la interna que puede hacer campaña sin tener ninguna cuestión metodológica ni de distribución de espacios que resolver. Así estamos un año antes de cara a la sociedad, mientras que el PJ recién en abril va a tener su interna. ¿Cómo se establece en lo concreto ese equilibrio? Hay siete, ocho, nueve criterios. De forma que la Alianza tenga capacidad de planear estratégicamente su desarrollo y anticiparse a los problemas que sabemos que trae aparejada la política. Sobre todo porque Argentina no tiene historia de gobiernos de coalición. Con un partido solo es fácil. El que gana la interna arma y el que pierde queda relegado. El candidato ganador es omnipotente por un tiempo y arma su estructura a gusto. La coalición necesita una cultura más concertativa. ¿Su temor es que si gana De la Rúa el radicalismo se quede con todo? El temor es que la Alianza no se construya, que termine siendo inviable. Invertimos mucho en compromiso en esta coalición, por eso queremos construirla con bases muy sólidas. ¿No están sumando un problema encima del otro? Esto se va a acordar. Hay una rutina de discusión y no hay contradicciones insalvables. Tiene los conflictos de una política de acuerdos y en la búsqueda del consenso. Es normal. ¿No hay cosas insalvables? Por ejemplo, ustedes plantean tener una determinada cantidad de diputados después de las elecciones y el radicalismo no quiere ni hablar del tema. Lo que pasa es que si uno sigue día tras día lo que va ocurriendo se confunde. Hay que mirarlo de manera global, como una película. Estoy seguro de que en una semana esto está solucionado. La Alianza tiene que tener equilibrio en las Cámaras. Si no hay equilibrio razonable entre las fuerzas, no hay Alianza. Una alianza no es un partido que sateliza al otro. Y eso hay que ponerlo en un estatuto, que en un partido se llamaría carta orgánica. ¿Los problemas internos no están perjudicando la imagen de la Alianza? No, la gente sabe que una fuerza política tiene que producir una serie de acuerdos. Cuanto más acuerdos logres más grado de solidez tiene esta fuerza. El tema de las negociaciones y el de las internas es el peor momento de la política. Es de desgaste, siempre.
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