Por Martín Granovsky
El presidente
Carlos Menem tiene una opinión sobre la guerra de las Malvinas para los británicos y
otra para los argentinos. A los británicos les dijo, a través de la carta al diario The
Sun, que lamenta profundamente la guerra de 1982. Pero en la Argentina la
Presidencia de la Nación distribuyó un texto oficial en el que no figura ninguna de esas
dos palabras. El dato es aún más asombroso que los famosos telegramas durante el
plebiscito chileno de 1989. Aquella vez, Menem felicitó a los pinochetistas, que habían
perdido, y a los triunfadores de la Concertación Democrática. Fueron dos textos
distintos. Esta vez, el tronco del texto es el mismo. Sólo que, como los bifes de
chorizo, unos quedan para el consumo interno y otros se destinan a la exportación.
El párrafo cambiado figura en la carta que Menem envió a The Sun, una suerte de Crónica
de Londres, de esta manera: Sí, 1982 fue una mancha triste y traumática en la
historia de nuestras relaciones. Algunos jóvenes y valientes soldados argentinos y
británicos perdieron sus vidas en un conflicto que nunca debió tener lugar y que
nosotros lamentamos profundamente.
El párrafo distribuido por la Presidencia dice lo siguiente: Sí, 1982 fue una
mancha triste y traumática en la historia de nuestras relaciones. Algunos jóvenes y
valientes soldados argentinos y británicos perdieron sus vidas en un conflicto que nunca
debió tener lugar.
The Sun publicó el texto completo de la carta de Menem y en su tapa informó que
Menem pidió disculpas. El título principal decía: Sorry for the
Falklands.
La presunta diferencia entre la tapa y la carta quedó durante los últimos dos días como
el gran tema de discusión entre argentinos y británicos.
El propio Menem participó del debate lingüístico. No es un pedido de
disculpas, dijo ayer en La Carlota, donde inauguró la primera ciudad inteligente de
la Argentina. Simplemente estamos haciendo referencia a una situación lamentable:
hay muchas muertes, se derrama sangre, pero yo no pedí disculpas en ningún
momento, quiso aclarar. El secretario general de la Presidencia, Alberto Ko-han,
dijo que eso de sacar de contexto alguna cosa pasa en todos lados, pero yo creo que
no hay otro espíritu que no sea informar. El senador Eduardo Menem atribuyó todo
al sensacionalismo. Y el embajador argentino en Londres, Rogelio Pfirter,
explicó que la carta quiso rescatar la dimensión humana más allá de los
problemas políticos.
Pero las declaraciones son distintas a lo que el Gobierno escribió. En la carta, Carlos
Menem lamentó la guerra, no las víctimas. Si quiso subrayar su pesar por las víctimas
debió haber redactado el texto de otra manera.
De todas maneras, el análisis del epistolario presidencial y su reflejo por The Sun
disimuló ayer el verdadero dato político: el Presidente tiene una cara para el público
británica y otra distinta para los lectores argentinos.
Página/12 recurrió ayer a todos los medios habituales de chequeo de información para
comprobar las diferencias. Buscó el texto enviado por la Presidencia a todos los medios
el jueves por la noche. Y luego, para detectar posibles cambios, pidió nuevamente a
Presidencia un texto oficial de la carta de Menem. Un funcionario atendió personalmente
el pedido y la Secretaría de Medios envió ayer por la tarde al diario la nueva copia.
Era igual a la versión anterior. Ambas en castellano. Ambas, sin ningún lamento. Ambas,
distintas a la carta que publicó The Sun.
El cotejo descartó que pudiera haberse tratado de un problema de traducción. Faltaba una
frase completa.
Una averiguación posterior con altas fuentes del Gobierno, a prueba de cualquier
desmentida, permitió averiguar, además, estos datos importantes para reconstruir la
historia de la carta de dos caras:
u La iniciativa de la carta a The Sun fue coordinada por la Secretaría General de la
Presidencia, a cargo de Alberto Kohan, y la Secretaría de Medios. * El diario británico
no tradujo la carta. Fue traducida al inglés por el propio gobierno argentino y enviada
en inglés a The Sun.
u El texto en inglés definitivo, tal como fue mandado al diario, ya estaba escrito el
miércoles 21. Los faxes recibidos por Página/12 de la Presidencia de la Nación tienen
fechas jueves 22 y viernes 23. Si se tratara de un simple error, las dos secretarías de
la Presidencia pudieron haber cotejado ambos textos, en inglés y en castellano, y
enmendar el segundo siguiendo al primero, o viceversa.
u El único párrafo que registra un cambio entre su versión inglesa y su versión para
consumo interno es el que tiene que ver con la guerra, es decir, el párrafo más
importante para producir un efecto de lamento por la guerra en el Reino Unido y evitarlo
en la Argentina.
La increíble historia de la carta resultó aún más asombrosa cuando The Sun informó
que Alastair Campbell, portavoz del primer ministro británico Tony Blair, había sido el
vehículo para publicar la carta de Menem.
Después trascendió que el propio Campbell había participado en el diseño del contenido
de la carta. De la redacción, fue el primer indicio. De la
edición, fue el segundo.
Página/12 consultó a la embajada británica en Buenos Aires.
¿Su gobierno participó de la redacción o la edición de la carta de Menem a los
británicos que se publicó el jueves en The Sun?
La embajada no opinará sobre ese tema. Por favor, remítase a Londres -fue la
respuesta de un diplomático.
En Londres, un portavoz oficial entregó al corresponsal del diario esta respuesta:
No participamos ni de la redacción ni de la edición, pero sí dimos un consejo
sobre el estilo conveniente de acuerdo al medio al que iba dirigida la carta.
REPORTAJE A TREVOR KAVANAGH, EDITOR POLITICO
DEL DIARIO INGLES THE SUN
Su mensaje fue pedir disculpas
Por Marcelo Justo desde Londres
La idea de que el
presidente Menem publicara una carta previa a su visita a Gran Bretaña
surgió del editor político de The Sun. Trevor Kavanagh tiene un aire mefistofélico, un
impecable acento de clase media alta inglesa, y no abriga dudas sobre el significado del
mensaje de Menem. Más allá de lo que el presidente argentino diga para consumo
interno, su mensaje fue, sin lugar a dudas, un pedido de disculpas, indicó a
Página/12.
¿Cuál es el impacto que a su juicio tendrá el mensaje que publicó Menem en The
Sun?
Creo que será básicamente positivo. Puede ser que le cree algunas dificultades en
Argentina, pero va a ser muy bien recibido acá. Por supuesto que es diferente al pedido
de disculpas que el primer ministro japonés Ryutaro Hashimoto realizó en The Sun por el
tratamiento japonés de los miles de prisioneros de guerra británicos en la segunda
guerra mundial. En el caso argentino no se está hablando de atrocidades y la naturaleza
misma del conflicto fue totalmente diferente. Lo que sí fue similar en ambos casos es el
proceso por el que se lograron los artículos. Ante la inminencia de la visita de Menem,
el Sun lo sugirió a la oficina del primer ministro Blair, que a su vez transmitió la
idea a las autoridades argentinas que le dieron el visto bueno. Es el mismo proceso que
seguimos con Hashimoto.
El mensaje ha generado un gran debate sobre lo que realmente dijo el presidente
Menem. En su carta Menem habla de que lamenta [en inglés regret]. El Sun
titula que Menem está sorry [utilizado coloquialmente para pedir perdón: si
uno pisa a alguien o comete un error], que es la interpretación que ha predominado entre
los medios británicos.
Es una cuestión de lenguaje diplomático. Siempre en estos casos se utiliza una
palabra de menor peso para expresar algo de mayor valor, que en este caso es un pedido de
disculpas. El no usó la palabra sorry pero es perfectamente válido
interpretar que la expresión deep regrets [lamentar profundamente] quiere
decir sorry, es decir pedir disculpas. No creo que pueda tener otro sentido,
más si se tiene en cuenta el contexto en que dijo esas palabras y el hecho de que el
mensaje está dirigido a los británicos.
¿Cree que todo este debate y el tema Pinochet están empañando la visita de Menem?
Creo que entre los británicos no hay rencor contra Argentina. La guerra de las
Falklands está suficientemente en el pasado como para que siga siendo un tema de peso. El
tema Pinochet es distinto. Es un asunto más complicado porque está por un lado el tema
de los derechos humanos y por el otro el de las repercusiones
políticodiplomáticas.
¿No cree sin embargo que la polémica sobre la guerra podría reavivar la memoria
colectiva del conflicto?
No. Yo creo que todo este tema ha avanzado. Los generales ya no están en el poder,
Argentina tiene un gobierno democrático, hay relaciones comerciales y diplomáticas que
también han progresado enormemente. Estoy seguro que el mismo tema de las islas será
abordado en la visita de Menem.
¿De qué manera podría haber un avance en este tema?
Es una pregunta muy difícil. En política siempre se encuentra un medio de
progresar en las discusiones. Es obvio que dado el gran nivel de inversión británica en
defensa y la complicación que podría acarrear el descubrimiento de petróleo, hay serias
dificultades para progresar en el tema.
Los británicos pueden haberse olvidado de la guerra pero si el tema de la
soberanía volviera a la palestra, ¿no habría una reacción adversa?
Es difícil de juzgar. Hay una nueva generación de jóvenes que desconocen la
guerra y a los que habría que explicarles qué pasó. Pero enla generación que sí
recuerda el conflicto habrá una reticencia a ceder control de las islas precisamente por
el recuerdo de la guerra.
¿Cómo reaccionará un periódico como The Sun a cambios en el tema de la
soberanía?
La posición sería la misma de siempre. Nosotros diremos que hay que mantener las
islas en manos británicas. A menos de que haya un argumento que no haya aparecido hasta
ahora y nos haga cambiar de opinión, ésta será nuestra posición.
Confirman en Chile la versión de
Thatcher
El ex miembro de la junta militar
chilena general (del aire) Fernando Matthei confirmó la ayuda de su país a los
británicos durante la guerra de Malvinas. Nosotros tenemos que defendernos,
le dijo a Lami Dozo en 1982.
El general Fernando Matthei
confirmó que Chile ayudó a Gran Bretaña.
Fue el primer militar que transformó los rumores en versión oficial. |
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Lo siento mi amigo, ustedes están locos y nosotros tenemos que defendernos.
Con estas palabras, el entonces jefe de la Fuerza Aérea chilena y miembro de la junta
militar de Chile, Fernando Matthei, le anunció en 1982 a su colega argentino, Basilio
Lami Dozo, que su país colaboraría con Gran Bretaña en la guerra de Malvinas. Pese a
que la mayoría de sus ex compañeros insisten en que Chile se mantuvo neutral durante el
conflicto, Matthei admitió que las declaraciones de la ex primera ministra británica,
Margaret Thatcher, quien aseguró que su país recibió ayuda chilena durante la guerra,
son ciertas. Por su parte, el presidente Carlos Menem descartó pedir explicaciones al
gobierno chileno por este tema.
El enemigo de mi enemigo es mi amigo. Ese es el viejo dicho y yo actué así,
señaló el ex general, quien ratificó las declaraciones de Thatcher al diario londinense
The Times. Pinochet fue un buen amigo de este país durante la guerra de las
Falklands. Por sus acciones la guerra fue corta y muchas vidas británicas fueron
salvadas, escribió la ex primera ministro británica en una carta en la que pedía
la libertad del dictador.
Matthei justificó la cooperación chilena con los ingleses aludiendo a las conflictivas
relaciones pese a que colaboraban en la aplicación del terrorismo de Estado
entre la dictadura argentina y la de Pinochet. En este sentido, se refirió a la ordenada
pero no efectuada invasión argentina a Chile en 1978: Hay que situarse en la
realidad del momento -declaró a la emisora Radio Cooperativa de Santiago de Chile,
estábamos bajo una clara amenaza de invasión argentina e incluso en una fecha anterior
se había decretado una movilización contra Chile. Finalmente no hubo ataque, pero es
historia, no es especulación.
El ex general, que fue el primero en reconocer en 1988 el triunfo de la oposición
democrática en el plebiscito en el que fue derrocado Pinochet, puntualizó que la
colaboración se produjo fundamentalmente en dos áreas: en la austral ciudad de Punta
Arena, en cuyas cercanías se estrelló un helicóptero Sea King inglés, y en la Isla de
Pascua, en el océano Pacífico. Según narró, la aviación chilena recibió aviones y
otros materiales, no para atacar a Argentina, porque eso hubiera sido absolutamente
insensato, sino para defendernos. El militar afirmó que estas acciones no fueron
secretas, sino que se comunicaron al gobierno argentino.
El canciller chileno, José Miguel Insulza, descartó que las declaraciones de Thatcher
provoquen tensiones en los vínculos entre Argentina y Chile y reiteró que a las
autoridades actuales no les corresponde pronunciarse sobre el tema. En el mismo sentido el
gobierno argentino aseguró que no pedirá explicaciones por la colaboración chilena con
los ingleses en la guerra de Malvinas. ¿A Chile? No. Estamos trabajando para el
futuro, respondió Menem, sorprendido, cuando un periodista le preguntó si pensaba
solicitar una aclaración diplomática a Chile a raíz de las declaraciones de la ex
primera ministra británica.
Insulza, que durante la dictadura pinochetista estuvo exiliado en México, subrayó que
las relaciones de su país con Argentina son excelentes y dijo que quienes
tienen que dar explicaciones son las autoridades de entonces, sobre todo el
canciller y el ministro de Defensa. Pero tanto René Rojas Galdames como Patricio
Carvajal, respectivamente canciller y ministro de Defensa chilenos durante la guerra de
Malvinas, están muertos.
A pesar de las afirmaciones de Thatcher y del reconocimiento de Matthei, antiguos
funcionarios y militares retirados insisten con la neutralidad. El ex jefe de la Marina
chilena y actual senador Jorge Martínez Busch aseguró que su país se mantuvo
neutral y que eso ayudó a que el conflicto no se extendiera por el Cono
Sur.
LA APARICION DE HOY FUE EN EL DAILY
TELEGRAPH
Ni parece que vaya a disculparse
Por M.J. desde Londres
En una entrevista
publicada hoy por el matutino Daily Telegraph, el presidente Menem reafirmó el reclamo de
la soberanía argentina sobre las Malvinas. Según el matutino, el presidente Menem no
pidió disculpas por la guerra, ni parece que vaya a hacerlo en la próxima semana
en Gran Bretaña. Menem eligió términos humanitarios para referirse al conflicto
diciendo que cuando hay pérdidas de vida no se puede hacer ningún tipo de
diferencias.
El Daily Telegraph, el matutino más vendido de la prensa seria en Gran
Bretaña, tituló la nota El presidente reafirma el reclamo de soberanía.
Según el matutino, el presidente argentino expresó su deseo de ver el día en que
Argentina recupere la soberanía de las islas, pero subrayó que esto debería ser logrado
por medios pacíficos. Por favor no volvamos a pelear. Nunca más, señaló
Menem al diario.
El Presidente criticó la ocupación de las islas del 82 señalando que ésta se
debía a la actitud errada de Galtieri. Menem se enorgulleció ante el
periodista del Daily Telegraph sobre la restauración de plenas relaciones diplomáticas
con Gran Bretaña. Yo soy el creador, el artífice de esta nueva relación,
dijo al matutino británico. El Daily Telegraph puntualizó que el Presidente es famoso
por su éxito con las mujeres y que le gusta exhibir el éxito de su política económica.
Según el diario, el señor Menem puede perfectamente arrogarse el derecho a ser
considerado el hombre que recuperó el lugar que tenía Argentina en el mundo y que
consolidó la democracia en un país sacudido por horrendas dictaduras. Sobre el
tema Pinochet, el presidente Menem indicó que se trataba de un tema puramente británico.
Cuando el corresponsal le pregunta si va a elevarse por encima del nacionalismo y realizar
un gesto a los parientes de las víctimas británicas, aceptando la voluntad de los 1800
isleños de seguir siendo británicos y por lo tanto de garantizarse una calurosa
bienvenida, el Presidente niega con la cabeza. La verdad es que esto ha
durado mucho tiempo. Es un reclamo que no vamos a abandonar, responde Menem al
diario, añadiendo que la semana próxima no va a estar de paseo por Londres formulando
reclamos sobre este tema. Dejemos las cosas como están. Nosotros expandiremos y
haremos más fluida la relación entre el Reino Unido y Argentina.
El corresponsal concluye: Cuando le pregunté si verdaderamente pensaba que iba a
ver la bandera argentina flameando sobre las Malvinas, el Presidente dijo con firmeza
Eso espero. Después de lo cual se rió e hizo notar que sus abuelos paternos
habían llegado a los 102 y 104 años.
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