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AVAL DEL FONDO A LA GESTION DE POU
“Mejor que en Japón”

Claudio Loser, director del FMI, elogió la política de concentración bancaria del titular del Banco Central. Sobre la crisis del Banco Mayo dice: “Es natural que caigan bancos”.

Claudio Loser, el funcionario de mayor rango para la región.
“El Banco Central en Argentina actúa mejor que en Japón”.

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Por Maximiliano Montenegro

t.gif (67 bytes) “Hablo con usted a condición de que no escriba más que en el Fondo usamos ropa pasada de moda, porque Teresa (Ter Minassian) después se enoja”, se quejó, sonriendo, ante este periodista, Claudio Loser, director del FMI para el Hemisferio Occidente y jefe de la implacable economista italiana que encabeza las misiones a la Argentina. En este reportaje, concedido en un aparte del congreso de economistas organizado por la Universidad Di Tella, Loser brindó un aval total a Pedro Pou, que en los últimos días ha visto cuestionada su gestión al frente del Banco Central. Pou y Loser son viejos amigos: ambos son mendocinos y estudiaron en la ortodoxa Universidad de Chicago.
–El FMI muestra a Argentina como un caso exitoso de reforma del sistema bancario. Pero en los últimos días cayó el Banco Mayo, y volvieron a generarse tensiones importantes en el sistema.
–Está en la naturaleza de un sistema financiero que haya bancos que caigan. Este (por el Mayo) era un banco relativamente pequeño, es penoso lo ocurrido, pero el hecho de que caiga no indica un problema en el sistema. Lo importante es la capacidad de la autoridad monetaria y de supervisión bancaria para intervenir apenas identifica un problema.
–En este caso, el propio Banco Mayo había sido autorizado hace algunos meses a absorber al Banco Patricios, otro que también había tenido problemas.
–No conozco los detalles, no quisiera opinar sin conocerlos.
–El FMI ve con agrado la extranjerización del sistema bancario. ¿Qué opinan de que el Citibank, un banco extranjero que supuestamente tiene mucho respaldo financiero, necesite subsidios del Banco Central para comprar el Banco Mayo?
–Lamentablemente, a veces, para poder hacer una adquisición de este tipo hay una pérdida pública. Los accionistas de los bancos privados que fueron mal manejados deben pagar las consecuencias, pero a veces la autoridad debe intervenir y puede costarle algo de plata, aunque el comprador sea un banco internacional. La pregunta es: ¿si no lo comprara este banco extranjero, desaparecería el banco? Yo no estoy de acuerdo con dar dulces siempre, pero...cerrar un banco puede ser más costoso que dar una línea de crédito para que siga operando con una gerencia diferente.
–Desde 1995, el Banco Central otorgó más de 1000 millones de dólares de recursos públicos para facilitar la concentración bancaria. Suena un poco costoso.
–Este tema es muy controversial. Pero creo que en esto el Banco Central de Argentina ha trabajado mejor que en países como Japón, por ejemplo.
–Justo menciona un caso paradigmático de corrupción financiera.
–Japón es la segunda economía del mundo. Se lo menciono como un elogio. Nuestra evaluación es que (Pedro) Pou ha hecho hasta hoy un muy buen trabajo, muy cuidadoso, y lo mismo sucede con la supervisión bancaria.
–Otro tema. Ultimamente, desde el Banco Mundial apareció un discurso que toma distancia de las políticas de ajuste tradicional del Fondo Monetario, que no tienen en cuenta el costo social.
–Creo que hay una interpretación equivocada de lo que viene diciendo el Banco Mundial. Ellos dijeron que no puede olvidarse que debe haber una estabilidad social y proteger a los sectores menos favorecidos. Sin embargo, esto también está dentro de nuestra concepción. Hemos colaborado con el Banco y con el BID para implementar en países como Argentina o en México, en su momento, sistemas de protección a los sectores pobres. En el Fondo tenemos muy en claro que no puede haber estabilidad macroeconómica si no hay estabilidad social y política.
–¿No le parece injusto que Argentina tenga que hacer un nuevo ajuste fiscal, cuando la economía está entrando en recesión?
–Acá hay un tema complicado. Una cosa es la justicia y otra es la realidad. Si la realidad se pone difícil, para todo el mundo, todostenemos que prepararnos y ajustarnos. Cuando viene un huracán pasan cosas muy injustas, pero hay que prepararse para protegernos, aunque no lo hayamos generado nosotros. Argentina, como México y otros países Latinoamericanos, han tenido que ajustarse a una realidad más difícil.
–Pero los países centrales no hacen ajustes justo cuando viene una recesión sino que, al contrario, aplican una política expansiva.
–Ellos están en una situación en que no tienen problemas de financiamiento.
–El Fondo con sus exigencias convalida lo que quieren ver los inversores.
–El Fondo, el Banco Mundial y el BID actúan en forma contracíclica al proveer financiamiento en momentos de fuga de capitales. Pero siempre tiene que haber una combinación de ajuste y préstamos.
–El gobierno redujo el gasto en mil millones de dólares, y el 60 por ciento fueron gastos sociales mientras no se tocaron fondos reservados oficiales. ¿Por qué al FMI no le interesa la racionalidad del ajuste?
–Los ajustes tienen que hacerse en forma cuidadosa, no a tabla rasa. Dentro de la arquitectura de los programas que firmamos está la filosofía de proteger lo más posible los gastos sociales, pero efectivos. Porque muchas veces hay gastos que se llaman sociales, pero en realidad, son una excusa para gastos indiscriminados.
–Ahora el FMI cita a Argentina como ejemplo para América Latina, ¿quiere decir que ya se resolvieron todos los problemas?
–El gobierno está trabajando bien. Argentina cumplió con los objetivos cuantitativos del programa (acordado con el Fondo), mientras que en algunas de las medidas estructurales (reforma laboral) no se ha avanzado en la manera en que habíamos planteado inicialmente. Sin embargo, entendemos que hay un contexto político sobre el cual hay que ajustar un poco los tiempos. Lo que no se puede evitar es un contexto externo que presenta menor disponibilidad de financiamiento y en consecuencia habrá un menor crecimiento.

 


 

ESTANCAMIENTO EN LAS MANUFACTURAS Y LA CONSTRUCCION
La industria se va frenando

t.gif (862 bytes) La producción industrial retrocedió en setiembre un 0,1 por ciento con respecto de igual mes de 1997. En lo que va del año, la actividad manufacturera creció un 4,1 por ciento, en comparación con igual período del año anterior, reflejando todavía el impulso observado hasta el primer trimestre de 1998.
La crisis financiera ha ido degradando el desempeño de la industria, que a partir de marzo muestra un incremento acumulado en continua desaceleración. La construcción, en tanto, avanzó en setiembre un 0,7 por ciento, aunque para octubre el 40,2 por ciento de los empresarios estimó un achicamiento en sus planteles de personal. En la encuesta que el INdEC realiza entre los productores industriales, se advierte mayor cautela en comparación con trimestres anteriores. Para los últimos tres meses del año, el 37,3 por ciento de los empresarios prevé una caída en la demanda interna, frente al 13,3 por ciento que vaticina un aumento. En especial, se manifestaron preocupados los productores de vehículos y autopartes quienes, por consiguiente, afirman que sus stocks son “excesivos” para afrontar el tramo final del año. En cuanto a las exportaciones, las opiniones están divididas entre quienes consideran que serán inferiores a las actuales (32,4 por ciento), y quienes creen que ascenderán (31).
Por sectores, el relevamiento oficial detectó en setiembre importantes descensos –respecto de setiembre del ‘97– en la actividad de hilados de algodón (-16,6 por ciento), carnes rojas (-14,6), productos químicos básicos (-14,2), tejidos (-14,1) y cerveza (-13,3). Otros rubros que tienen fuerte incidencia sobre el empleo también sufrieron retrocesos el mes pasado: metalmecánica (-9,3), cemento (-5,8) y otros materiales para la construcción (-5,7). Estos dos últimos sectores reflejan la caída que se produjo el mes pasado en la construcción, del 3,8 por ciento –en términos desestacionalizados– con respecto de agosto, aunque en la comparación con setiembre del año anterior la actividad creció un 0,7 por ciento. Al igual que en la industria, el ritmo de crecimiento de la construcción se viene frenando desde junio. En lo que va del año, la expansión es del 10 por ciento, en relación con igual lapso del año pasado. La encuesta del INdEC entre los empresarios del sector arrojó un dato inquietante: el 40,2 por ciento estimó que este mes reducirá su plantel de trabajadores, contra el 13 por ciento que prevé un incremento.

 

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