En una
escalada que parece agravar aún más la crisis sin precedentes por la que atraviesa el
cine argentino, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales difundió ayer un
comunicado que provocó un inmediato repudio generalizado por parte de las entidades
vinculadas con el sector. En la tarde de ayer, el INCAA emitió un comunicado de prensa,
sin firma, titulado Créditos y subsidios para el cine argentino, en el que se
decía haber encontrado una fórmula económica que permite seguir respaldando la
actividad cinematográfica, de acuerdo con las directivas del Sr. Presidente
de la Nación. El informe, que aludía a la conocida emergencia
internacional, mencionaba como solución compensar las deudas que tienen los
productores por los años 1997 y 1998 con subsidios devengados a su favor tal como lo
prevé la Ley de Cine. El comunicado no mencionaba el inminente recorte
presupuestario de más del 40 por ciento que sufriría el organismo para el
ejercicio 1999 y tenía un final abierto, no exento de cierta demagogia:
Próximamente, el Instituto Nacional de Cine dará a conocer las pautas de la
política crediticia, destinada, como es de rigor, a toda la actividad en general, pero
orientada especialmente a promover las realizaciones de productores-directores
independientes y jóvenes realizadores.
Apenas horas después de conocido el texto, las agrupaciones del sector, reunidas de
urgencia en la sede del Sindicato de la Industria Cinematográfica (SICA), emitieron a su
vez una durísima respuesta, que habla ya de una guerra abierta entre el Instituto, por un
lado, y la gente de cine por el otro. Las entidades abajo firmantes, representativas
de la totalidad de las ramas de la industria cinematográfica argentina, repudian en todos
y en cada uno de sus términos el Comunicado de Prensa del Instituto Nacional de Cine y
Artes Audiovisuales del día de la fecha, comienza el texto. Y luego puntualiza:
La solución propuesta por el director nacional del INCAA para lo adeudado a los
productores en el período 1997/98 no sólo no da solución alguna, sino que compromete
gravemente el futuro de dicho organismo y aumenta la inseguridad jurídica y económica
del cine, que derivará en una avalancha de juicios al Estado por el enorme perjuicio
causado a los productores. La actual crisis que atraviesa la industria cinematográfica no
tiene ninguna relación con la emergencia financiera internacional, sino que
se debe pura y exclusivamente a la pésima administración del INCAA y al sistemático
incumplimiento de la Ley de Cine.
El texto concluye con una acusación concreta: El comunicado del señor Julio
Mahárbiz pretende dañar el fructífero diálogo que las entidades firmantes mantienen
con el Poder Ejecutivo Nacional y con el Honorable Congreso de la Nación. Estas entidades
continuarán manifestando y dialogando en la búsqueda de soluciones reales al
problema. Entre las ocho entidades firmantes, están la Asociación Argentina de
Actores, la Asociación General de Productores de la Argentina y Directores Argentinos
Cinematográficos.
DESPIDOS Y ASAMBLEA EN TELEFE
Conflicto detrás de cámara
Aunque la
edición de anoche de Telefé Noticias fue presentada como es habitual por
Rosario Lufrano y Carlos Asnaghi, detrás de cámaras nada era igual. Un conflicto entre
la empresa y su personal hizo peligrar la salida al aire del noticiero, que se emitió
desde un estudio diferente del habitual, en un clima caldeado. Desde el mediodía, el
personal del noticiero y Red de Noticias se encontraba ayer en asamblea permanente,
reclamando la reincorporación de tres empleados: un camarógrafo, un periodista y un
asistente. Los despidos se desencadenaron por un conflicto iniciado hace diez días, tras
la iniciativa del canal de modificar el régimen de viáticos para viajes al interior y
exterior del país. Esa acción rompería con el Convenio Colectivo de Trabajo y el
Estatuto del Periodista y, según la UTPBA, responde al ingreso del CEI en el
negocio de los medios masivos en la Argentina, a través de firmas como Telefé, Canal 9 y
América. Los trabajadores del noticiero sostienen que se trata de un
conflicto inventado por la empresa, ya que durante dos años tuvimos una modalidad de pago
en los viajes que ahora quieren cambiar, modificando usos y costumbres, aduciendo que
tienen un problema fiscal. Comenzamos a conversar sobre estos cambios, pero no nos pusimos
de acuerdo. Entonces, en lugar de seguir conversando y ante un inminente viaje a Mendoza,
llamaron a tres empleados y, ante un escribano, les pidieron que notificaran si viajaban o
no bajo las nuevas condiciones. La gente dijo que no se negaba a viajar siempre y cuando
se respetaran los usos y costumbres, y que no pensaba seguir hablando con el escribano
presente. De allí surgieron los despidos y la asamblea que impulsó al Ministerio
de Trabajo a una audiencia conciliatoria a las 16. Al cierre de esta edición, una
conciliación obligatoria imponía al canal a reincorporar a los despedidos, fijando un
lapso de quince días para renegociar la cuestión de los viáticos. El personal del canal
se mantenía en asamblea.
|