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HOY VARIOS ESTADOS DE BRASIL ELEGIRAN GOBERNADOR

La segunda es la vencida

Las elecciones estaduales completarán el mapa político luego de la reelección de Cardoso. El gobierno ganaría en Sao Paulo.

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Por Darío Pignotti
Desde San Pablo

Página/12

en Brasil


t.gif (67 bytes)  Hoy Brasil vota otra vez. Dos de cada tres ciudadanos vuelven a las urnas para elegir los 12 gobernadores estaduales --más el del Distrito Federal-- que completarán el mapa político pendiente desde el 4 de octubre, cuando el presidente Fernando Henrique Cardoso fue electo en la primera vuelta. La llave de este ballottage está en los cuatro distritos más importantes (Sao Paulo, Minas Gerais, Río de Janeiro y Rio Grande do Sul), que concentran 43 de los 65 millones de electores. Según las últimas encuestas, en Sao Paulo el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Mario Covas, le lleva de 4 a 7 puntos de ventaja a Paulo Maluf, otro candidato oficialista pero de menos agrado para Cardoso. La izquierda podría quedarse con Río de Janeiro y Rio Grande do Sul.

Por peso poblacional y económico, San Pablo es la estrella de estos comicios. Concentra el 23 por ciento del electorado nacional y el gobernador que hoy resulte electo tendrá un poder inigualado por cualquiera de sus colegas: administrará poco menos que el 40 por ciento de la novena economía mundial. El PBI de Sao Paulo equipara al argentino. Estos datos también están presentes para Cardoso, quien luego de un tibio apoyo antes de las elecciones del 4 de octubre se volcó decididamente por su correligionario Mario Covas.

El contrincante de Covas es otro candidato oficialista, pero con una historia política propia y unas aspiraciones presidenciales que no se preocupa por disimular: Paulo Maluf. El malufismo tiene en contra a la ex candidata del Partido de los Trabajadores (PT) a la gobernación, Marta Suplicy; al arzobispo emérito de San Pablo, don Paulo Evaristo Arms, y al líder estadual de los "sem terra" Jose Rainha. Todos ellos se pronunciaron por Covas.

Maluf ya fue gobernador de Sao Paulo en los 70, en plena época de la dictadura brasileña, y tiene un estilo populista que lo llevó a regalar Fuscas (Volkswagen Escarabajo) a los futbolistas campeones del mundo de 1970, a encabezar la oposición a las elecciones directas en 1984 o a proponer un plan de salud "como en Cuba (y) contra los intereses de los laboratorios medicinales transnacionales", como promete en estos días. El miércoles, durante un acto de campaña, se desplomó el palco de Mario Covas en Osasco, una localidad del interior paulista. Al día siguiente, cebado por la caza de votos, Maluf aseguró que Nossa Senhora de Osasco había castigado así a los socialdemócratas. Por la tarde la Arquidiócesis de San Pablo informaba que esa santa no existe.

En Río de Janeiro, Anthony Garotinho, del Partido Democrático de los Trabajadores, cuenta con posibilidades serias de quedarse con el triunfo. En Rio Grande do Sul, Olivio Dutra, del PT, estaría obteniendo según Ibope una ventaja de sólo dos puntos. El resto de los sondeos llegan a darle un siete por ciento más que el candidato oficialista. Pero lo importante en el caso de Dutra es su pretensión de erigirse como franco opositor al modelo neoliberal sostenido por Cardoso. Si logra el triunfo, podrá enviar una señal a la opinión pública brasileña y otra a la interna partidaria del PT, dividida entre duros y moderados, en lo que significaría el triunfo de los primeros. En el estado de Minas Gerais, si los pronósticos se confirman, el ex presidente brasileño Itamar Franco será el nuevo gobernador. Franco pertenece al ala anticardosista del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), y desde los tiempos en que Cardoso era su ministro de Economía.

Cristovam Buarque, candidato a la reelección en el Distrito Federal de Brasilia, tiene el apoyo reservado del presidente, con quien mantiene una relación cordial. Sin embargo, Cardoso respaldó formalmente a Joaquim Roriz, ex hombre de Collor de Mello. Roriz y Buarque empatan según las mediciones, pero puede esperarse cualquier sorpresa. Tanto para este caso como para los anteriores, toda especulación fundada en encuestas adolece de un margen de error estadístico demasiado importante (2,5 por ciento) como para tenerle plena confianza. De hecho, tanto la izquierda (PT) como la derecha (PFL) han reclamado comisiones investigadoras por fraude contra las empresas encuestadoras.

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