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En la autopista informática también corre el castellano

Quienes gustan navegar por Internet tienen acceso a numerosos buscadores en español, algunos recomendables y otros no tanto.

Los navegantes que sólo entienden español no están perdidos.
Los buscadores ofrecen servicios de noticias y directorios temáticos.

Elección: Se dice que Yahoo! y Altavista son los buscadores más completos que existen. Responden a las palabras claves ingresadas por el navegante.

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Por Angel Berlanga

t.gif (67 bytes) En Internet hay de todo pero no es tan sencillo encontrar lo que se busca, especialmente si el navegante tiene poca experiencia y no entiende inglés. El usuario teclea las claves de acceso y se encuentra ante un enorme galpón planetario en el que se amontonan biblias, calefones, Samantha Farjat, el Vaticano, diarios y revistas de cualquier ciudad del mundo, publicidades surtidas, pornografía, recetas de cocina y un listado de rubros que alcanzaría para llenar varias ediciones de diarios. Para guiarse hasta el lugar deseado del galpón están los buscadores. Y para los navegantes que sólo entienden el español están los buscadores en castellano.

En la puerta de Internet ya hay variantes para abrirse camino en la búsqueda: puede iniciársela por el icono de la lupa sobre el mundo, por el apartado Buscar en la Web desde el cabezal Ir a..., o por el apartado Abrir desde Archivo. En los dos primeros casos se derivará en los principales buscadores internacionales, y en el tercero se requiere la dirección exacta del sitio pretendido. Se dice que Yahoo! y Altavista son los buscadores más populares y completos que existen. De hecho son los que suelen responder más exhaustiva y largamente a las palabras claves ingresadas por el navegante en su búsqueda. Altavista, por ejemplo y según anuncia, tiene capacidad para acumular y clasificar seis millones de páginas. Ambos tienen su versión en español (entre una veintena de idiomas) y esquemas claros de movimiento ofrecidos en la ayuda. También ofrecen distintos grados de complejidad para búsquedas, con lo cual resulta interesante.

Infoseek y Lycos son otros dos buscadores poderosos, de rastreo por todo el mundo, versión en castellano y alta utilidad. Los dos tienen índices temáticos que facilitan las búsquedas y servicios de noticias. A favor de Lycos hay tres factores útiles: permanente actualización de datos, búsqueda específica para formatos de imágenes y audio y un sistema práctico de opciones para dirigir la búsqueda.

Para orientarse en el rubro hay una joya: se llama Buscopio. Es un buscador de buscadores de origen español, está en castellano y tiene una organización impecable. Desde él se puede acceder a 2134 sitios de búsqueda, según la última de sus constantes actualizaciones. Se divide en dos subgrupos principales: Genéricos y Temáticos. En el primero hay buscadores de España (generales y autonómicos), internacionales (generales e hispánicos), regionales (Africa, América, Asia, Europa, Oceanía, Países árabes) y multibuscadores. Algunos de los rubros del segundo, a su vez subdivididos en distintas áreas, son ciencias, deportes, humanidades, informática, noticias, ocio, etc. Antes de ingresar a cada uno de los buscadores puede verse el o los idiomas en los que se maneja. Buscopio no rastrea sitios en Internet, pero da un panorama y accesos excelentes acerca de los buscadores que sí pueden hacerlo.

El tipo de clasificación que aparece en Buscopio es clave para determinar el territorio de alcance del buscador. Sirvan como ejemplo cuatro buscadores argentinos de distintas características: La Brújula incluye sitios de España, Brasil y Latinoamérica en general; CarayGaray! rastrea páginas originadas en los países del Mercosur; Gauchonet sólo ofrece información sobre sitios de Internet de Argentina; y ¡Ahijuna! tiene como campo de búsqueda páginas creadas en Bahía Blanca y buena parte del sur del país.

Hay varios buscadores en castellano de origen español que tienen un gran poder de rastreo sobre radios de alcance muy extensos. Además, cada uno de los tres ejemplos citados a continuación dispone de prolijas indicaciones para orientar la búsqueda del usuario. ¡Olé! es uno de los más efectivos y consultados e incorpora toda página escrita en español en su base de datos. Metabusca fue creado este año y tiene criterios estéticos y formales que ayudan a identificar rápidamente el título y el país de origen de cada página ofrecida como respuesta a la búsqueda. Yupi también rastrea páginas de Internet en castellano de todo el mundo e incluye un servicio gratuito e internacional de avisos clasificados.

Los buscadores ofrecen, además y entre otras cosas, servicios de noticias, correo electrónico y directorios temáticos; al cliquear en alguno de los principales rubros (medios, deportes, espectáculos, etc.) el usuario accede a sitios específicos vinculados a la elección.

 

Mentiras informáticas

La utilidad de un buscador depende también de las variantes en la introducción de palabras claves. La mayoría de ellos disponen de ayudas explicativas para obtener mejores resultados. Entre un par de palabras claves, gato siamés, por ejemplo, pueden ofrecerse distintos criterios de búsqueda: que figuren ambas (gato y siamés), o una de las dos (gato o siamés), o las dos seguidas, o que se priorice a una por sobre la otra, etc.

En contrapartida, muchos buscadores son decepcionantes y responden a demandas simples con pocos sitios. Es bastante común que los rastreadores apelen a autodefiniciones del tipo "esta es una de las herramientas de búsqueda más potentes del mundo" o "este es el buscador más completo de sitios en castellano". Mentiras informáticas. En el gran galpón de Internet todo el tiempo aparecen trastos indeseables, pero en su viaje el navegante debe ser paciente y tomar seña de dónde hallar lo útil.

Para quienes necesiten agilizar y agudizar el tránsito por Internet hay un sitio recomendable llamado, elementalmente, ¿Cómo buscar? Es una guía completa de recomendaciones para encontrar sin demasiados tropiezos lo que se busca en el galpón. Los buscadores están para eso: para no andar a los tropezones. Y aunque algunos lleven insistentemente a pilas de escombros y a marquesinas de ventas, otros abren el camino hasta la joya que el navegante soñó encontrar.

 

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