Ninguno sabe nada de hebreo pero igual compraron todos los diarios y, pacientemente, recorrieron las páginas llenas de jeroglíficos en busca de las siete letras que forman la palabra mágica. Después, recurrieron a traductores para descubrir si el apellido Duhalde aparecía en su versión local. Pero no tuvieron suerte. Entretenidos en otras cosas, como el nuevo acuerdo de paz firmado el viernes, los medios israelíes todavía no se dieron cuenta de la llegada del gobernador. Lejos de desalentarse, sus hombres buscaron la solución: ya convocaron para el martes a una conferencia de prensa y sueñan que, entonces sí, aparezca la palabra mágica entre los jeroglíficos.
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