La gran invasión argentina a Londres
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Por M. G. Desde Londres
Si Pinochet es liberado hoy y toma el avión que lo está esperando, se cruzarán en el cielo. Si el dictador sigue preso, coincidirán en Londres los dos, un ex presidente de facto y un presidente constitucional, un represor y un reprimido, un impune y el autor de un indulto, un amante del liberalismo sin límites y un cultor tardío del mercado todo terreno, un arrestado y quien reclamó su libertad. Con la ilusión de que nadie haya escuchado a Margaret Thatcher y compare un país con otro o los asocie, Carlos Menem llegará esta tarde al Reino Unido en la primera visita de un presidente argentino desde la derrota de las Malvinas en 1982, acompañado de la comitiva más grande que se recuerde y comprometido con una palabra: reconciliación. Los diplomáticos argentinos y británicos consultados por Página/12 insistían ayer por la tarde en que la cuestión de la soberanía de las Malvinas será una simple sucesión de monólogos, como adelantó en exclusiva este diario. O sea que el acuerdo supremo previo al viaje es la falta de diálogo sobre la mayor disputa territorial de la Argentina y la última guerra que el Reino Unido libró en el siglo XX por una posesión del XIX. En 1989 las discusiones para normalizar las relaciones rotas empezaron con un compromiso: hablar sólo de que se hablará. Hoy es otro: hablar sólo de que no se hablará. El Presidente llega con el desacuerdo de la oposición. Ningún político de la Alianza lo acompaña en la comitiva porque, como indicó el ex embajador en Washington Lucio García del Solar, creen que un presidente argentino sólo debía viajar con el compromiso inglés de discutir sobre la soberanía, retomando el diálogo que interrumpió Leopoldo Galtieri en 1982. Pero la oposición tampoco exige a Menem acelerar los tiempos, que por otra parte el mismo Presidente dio varias veces por acortados al profetizar la recuperación de las islas antes del 2000, y no parece dispuesta a meterse en una dinámica de nacionalismo territorial cuando acaba de dar la venia para arreglar el problema de los Hielos con Chile. Así, la Alianza se lo pierde y Menem disfrutará en soledad la visita que alguna vez sus amigos relacionaron con el Premio Nobel de la Paz. Mañana es el gran día en el programa que diseñó el embajador Rogelio Pfirter con sus colegas del Foreign Office. Temprano, el Presidente pondrá flores en la tumba a los muertos de la guerra de Malvinas, en la catedral de Saint Paul. Es la expresión máxima de la reconciliación, una palabra que el Gobierno utilizó para presentar los indultos contra los jefes de la guerra sucia y usa ahora para recordar la guerra "limpia" de Malvinas (una distinción que, de paso, quizás explique por qué la primera reconciliación irrita, y la segunda, más tranquilamente, sólo produce acuerdo o desacuerdo). Al mediodía almorzará en Buckingham con la reina Isabel II, que le hablará de sus dos pasiones, los perros y los caballos. El protocolo recomienda no tocar los temas políticos. El protocolo impedirá, también, tratar la comidilla de palacio más interesante de los últimos días: el libro de la periodista Penny Junor revelando que la fallecida princesa Diana inauguró la infidelidad en su matrimonio con el príncipe Carlos y que, además, amenazó de muerte a la amante de éste, Camilla Parker Bowles. Carlos y Camilla negaron haber sido la fuente informativa de Penny en Carlos, ¿víctima o villano? Por la tarde, en Canning House, Menem elogiará las relaciones entre los dos países y mencionará el reclamo de soberanía sobre las islas. El jueves la agenda incluirá un tramo que quizás la oposición envidie, la entrevista con Tony Blair y su tercera vía en Downing Street 10. Presidente y premier se darán tiempo de discutir con agenda abierta. Pero, incluso sin ayuda de Alistair Campbell, el vocero de Blair que escribe sus discursos y los de sus visitantes, un diálogo se puede anticipar desde ahora. Es éste: --Señor primer ministro (o por qué no Tony), la Argentina no renuncia a su deseo de que las Malvinas vuelvan pacíficamente a formar parte de su territorio --dirá Menem. --Señor Presidente (¿tal vez Carlos?) nuestro gobierno apoya el derecho de los habitantes de las islas a su autodeterminación, y ellos dicen que su deseo es seguir siendo británicos. Más allá de Isabel II, Blair y Saint Paul, la visita será una combinación de golf y negocios. En el primer punto Menem jugará sin testigos, el fin de semana en clubes de Birmingham y Escocia, quizás con Jackie Stewart. En el segundo tema no tiene ningún frente abierto. La city de Londres es conservadora y valora la desregulación, el pago del capital de la deuda externa mediante el intercambio de activos fijos por títulos, la concentración financiera y el apoyo caluroso de sus colegas argentinos. Setenta de éstos completarán la delegación en vuelos de línea y por lo menos una llegará en su avión particular: Amalia Lacroze de Fortabat, la empresaria insignia de Carlos Menem para tratar con el establishment. El sector privado completará una invasión argentina que el editorial de The Times de ayer sintetizó de este modo: "Trae consigo medio gabinete, todos sus jefes de Estado Mayor, decenas de empresarios, veteranos de la guerra de las Falklands y la Segunda Guerra y periodistas de casi todos los diarios del país". El editorial del diario conservador contiene frases que preocuparán al Gobierno, una mayoría de conceptos que hará saltar de emoción por lo menos a la parte oficial del huracán argentino y, como mínimo, una definición histórica apta para lectores del viejo revisionismo. El párrafo molesto dice así: * "El apoyo de Menem a los pedidos de liberación de Pinochet no es ni sorprendente ni criticable, pero es un problema para Blair y recuerda a Occidente que la Argentina también tuvo su guerra sucia." Los mayores elogios son éstos: * "Menem y su canciller Guido Di Tella han tratado, dentro del marco político de la Argentina, de dejar a un costado la búsqueda activa del reclamo de soberanía y eliminar para siempre la amenaza de otra invasión." * "Pese a la corrupción, la economía del país es saludable y su democracia está libre de extremismo ideológico. Menem llega a Gran Bretaña buscando aprobación para su performance y apoyo para el reacercamiento por el que hizo mucho. Merece encontrar los dos." Y este es el mensaje para que discutan los historiadores: * "Sus objetivos principales en este viaje son reforzar la economía argentina y los lazos políticos con Gran Bretaña, aumentar el comercio, y estimular a la inversión para que regrese a un país virtualmente creado por el capital británico." PARLAMENTARIO FOMENTA LAS RELACIONES BILATERALES Pero de soberanía ni hablar
--¿Qué opina de la visita de Menem? --Estoy encantado de que el Presidente venga al Reino Unido y espero que su visita sirva para reforzar los lazos comerciales bilaterales. Creo que es también fundamental que sirva para acelerar el proceso de reconciliación entre Argentina y el Reino Unido. Estoy seguro de que se alcanzarán muy importantes acuerdos tanto en comercio como en relaciones culturales.
--¿Qué impacto tendrá el hecho de que Menem mencione el tema de la soberanía en su reunión con el primer ministro Tony Blair? --El tema de la soberanía no se va a tocar formalmente. No está en la agenda de las reuniones que mantendrá el Presidente con el gobierno del Reino Unido. Todos sabemos que el presidente Menem reiterará la posición de su país sobre el tema de la soberanía y que nuestro gobierno hará lo mismo. Esperemos que después podamos progresar sobre otros temas. --El tema de la soberanía es circular. El gobierno argentino plantea el asunto, el del Reino Unido dice que hay que dialogar con los isleños porque depende de ellos, y los isleños dicen que no dialogarán con Argentina hasta que ésta no abandone el reclamo de soberanía. --Usted conoce la posición del gobierno británico. Este es un tema que está en las manos de los isleños. Mientras ellos deseen ser parte del Reino Unido, nuestro gobierno respetará su posición. --¿No hace peligrar esta posición las relaciones bilaterales a largo plazo? --Espero que no. Quiero repetir que el tema de la soberanía no será parte de esta visita de Menem. No hay negociaciones entre ambos gobiernos sobre el asunto. No tengo nada que agregar sobre la cuestión de la soberanía. Como el resto de los británicos espero que la visita sirva a la causa de la reconciliación. La posición del gobierno es que depende de los deseos de los isleños y esa posición no va a cambiar. Espero que podamos continuar manteniendo relaciones positivas por más difícil que sea a veces, ya que serán beneficiosas para ambos países.
--En relación con la reconciliación, ha habido una gran polémica acá por el hecho de que Thatcher no fue invitada a la ceremonia religiosa en Saint Paul, ¿cree usted que debería haber sido invitada? --Es una pregunta muy difícil. Para serle honesto preferiría no responder a esa pregunta directamente porque creo que detenerse tanto en el pasado no nos va a permitir mirar positivamente al futuro. Ese es el sentido de la reconciliación. Es tratar de consignar el tema que divide a la gente al pasado y construir una relación para el futuro. Me resultó muy alentador que el vicecanciller Tony Lloyd depositara una ofrenda floral por los argentinos caídos durante la guerra durante su última visita a Buenos Aires. De modo que prefiero no comentar sobre quién fue y quién no fue invitado al servicio religioso.
--Cree que esta visita es el resultado de la llamada "charm offensive" (política de seducción) de Guido Di Tella? --Creo que es el resultado de la fuerte voluntad del gobierno británico para desarrollar relaciones positivas y profundas con toda América latina. Obviamente Argentina es un país inmensamente importante en esa familia de naciones. Queremos mejorar lo que siempre fueron excelentes lazos históricos y que en el caso de Argentina sufrieron un duro retroceso debido a la guerra. El gobierno británico quiere restaurar estas relaciones excelentes no sólo con el gobierno sino con el pueblo argentino. Se van a necesitar gestos e iniciativas de ambas partes para avanzar en este sentido.
--¿Qué gestos e iniciativas espera de Argentina? --Obviamente no estamos hablando del tema de la soberanía. Hablo de la voluntad de profundizar las relaciones comerciales y culturales que pueden ser fundamentales para crear las bases para mejorar las relaciones en el futuro. LABORISTA INGLES DEFIENDE A RAJATABLA LA SOBERANIA DE LAS ISLAS "El proyecto de pesca es piratería"
Por Marcelo Justo El diputado laborista John Austin representa el ala dura parlamentaria. Vicedirector del Grupo Parlamentario de las Islas Malvinas, que agrupa a más de 30 diputados de distintos partidos que defienden a rajatabla la soberanía británica de las islas, Austin despliega un lenguaje nacionalista, cargado de términos fuertes y casi temerarios. Entre las sorpresas de su pirotecnia verbal está el uso de la palabra "pirata", siempre asombrosa en boca de un británico, para calificar a la política petrolera y pesquera argentina. En un largo diálogo con Página/12, el diputado del Nuevo Laborismo no dudó en usar este y otros epítetos para referirse a la política argentina.--¿Qué espera el Grupo Parlamentario de las Islas Malvinas de la visita del presidente Menem? --Estoy a favor de la posibilidad de incrementar las relaciones bilaterales. Argentina y Gran Bretaña tienen una larga relación histórica y cualquier cosa que mejore los lazos económicos y diplomáticos será beneficiosa. --¿Cree que el arresto de Pinochet está afectando la visita? --Creo que lo que está eclipsando la visita es el hecho de que Menem continúa reclamando la soberanía de las islas. El tema Pinochet es un asunto exclusivamente judicial. Es un problema para la gente que no es inglesa reconocer que hay un sistema judicial independiente que no está subordinado al control político.
--No parece ser un problema de los extranjeros solamente. El hecho generó mucho debate acá en Gran Bretaña. Margaret Thatcher fue una de las voces más prominentes pero también el editorial de The Times del jueves se pronunció a favor de la libertad de Pinochet diciendo que su caso demandaba una "solución política". --Es cierto (se ríe). Pero creo que es un intento de los políticos de acá para interferir con la independencia del proceso judicial. --De todas maneras, este hecho tiene un impacto político. ¿Cree que va a afectar las relaciones entre Chile y Gran Bretaña que fueron tan importantes para Gran Bretaña durante la guerra del '82? --Espero que no. Gran Bretaña tiene muy buenas relaciones con Chile. Creo que los comentarios que hace el gobierno chileno están dirigidos a su mercado interno más que a la opinión pública internacional. --Usted dijo que el reclamo de soberanía de las islas es el principal obstáculo a la visita del presidente Menem. ¿Le parece prematura? --Mientras que el gobierno británico deje en claro que no está dispuesto a ningún tipo de compromisos en el tema de la soberanía, no tengo problemas con la visita. Los otros temas que son preocupantes en este momento y que espero que el gobierno británico aborde con el presidente Menem son pesca y petróleo. Hay un proyecto de ley que está siendo debatido en el Senado argentino en el que se amenaza a las compañías que pesquen en aguas de las Falklands. Esto debería ser visto como un acto de pirataje, porque Argentina no tiene ningún derecho a la soberanía de las islas y por lo tanto no tiene derecho a aprobar leyes que gobiernen lo que pase en las aguas de las Falklands. --El reclamo argentino de soberanía tiene más de un siglo y medio. --No tiene ninguna legitimidad. Aunque el presidente Menem sacó del medio la amenaza de la fuerza militar, acá tenemos al gobierno argentino usando sanciones económicas. --Lo de la legitimidad del reclamo argentino corre por su cuenta. ¿Qué espera en el tema petrolero? --Claramente se necesita llegar a un acuerdo en zonas que están afuera de las aguas territoriales de ambas partes. Está claro que los "royalties" deben dividirse de acuerdo a dónde se encuentre el petróleo, sea en territorio argentino o británico. Creo que es lamentable que el senador Eduardo Menem intente seguir con el petróleo la misma política de amenaza que sigue con la pesca. --¿Cómo piensa que recibirán los isleños la visita? --Creo que los isleños verán con beneplácito la profundización de los lazos bilaterales siempre y cuando esto no comprometa de ninguna manera su derecho a la autodeterminación.
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