El sexo de la diplomacia
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Por Julian Borger Desde Washington
La nominación de Hormel fue aprobada por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado el año pasado, pero el nombramiento estuvo detenido desde que cuatro senadores de derecha lo bloquearon en octubre pasado. Su remoción de la agenda del Senado hace pensar que fue postergado indefinidamente. Aunque los partidarios de Hormel creen que él tiene una mayoría de apoyo bipartidario en el Senado, es difícil reunir los 60 votos necesarios para superar las tácticas de demora. La decisión sugiere que la ola de compasión popular generada por el asesinato este mes de Matthew Shepard, el estudiante gay de Wyoming, todavía no se ha hecho sentir entre los conservadores de la línea dura en el Congreso. La oposición al nombramiento de Hormel fue conducida por el líder de la mayoría del senado, Trent Lott, de Mississippi. A comienzos de este año Lott describió la homosexualidad como una enfermedad comparable al alcoholismo y la cleptomanía. Se ha opuesto consistentemente a una serie de leyes federales que prohíben la discriminación contra trabajadores gays y lesbianas porque dice que son "parte de un esfuerzo mayor y más audaz para que el público acepte conductas que la mayoría de los norteamericanos consideran peligrosas, insalubres o simplemente incorrectas". La postergación indefinida del nombramiento de Hormel marca la culminación de una larga campaña del grupo religioso de derecha llamado Coalición de Valores Tradicionales. Ese grupo distribuyó copias de material sexualmente explícito tomadas de un departamento de investigación gay en la biblioteca pública de San Francisco que lleva el nombre de Hormel. Heredero de una fortuna de la empresa familiar de carne envasada, Hormel es un importante donante para el Partido Demócrata. La embajada de Luxemburgo era una forma de que el presidente lo recompensara sin correr riesgos con la diplomacia de los Estados Unidos. Barry Toiv, vocero presidencial, dijo que es "extraordinario que el liderazgo republicano se niegue a impulsar una nominación que una fuerte mayoría de senadores apoya sólo porque el nominado es gay". Dijo que el presidente se reservaba el derecho a volver a nominar a Hormel el año que viene, pero si las elecciones de noviembre les son adversas a los demócratas como secuela del escándalo Lewinsky, es improbable que Clinton esté en una posición lo suficientemente fuerte como para salir a defender a sus amigos. Clinton es el primer presidente que buscó abiertamente el apoyo entre los homosexuales. En noviembre pasado se convirtió en el primero en hacer un discurso en un evento de derechos civiles patrocinado por un grupo gay y lesbiano e hizo 150 nombramientos de gays y lesbianas. Lanzó su presidencia con una propuesta revolucionaria para terminar con la discriminación contra los soldados gays y lesbianas en las fuerzas armadas, pero la propuesta se encontró con fuerte oposición del Congreso y desde entonces el presidente bajó el tono de su apoyo. Dos meses antes de su reelección, firmó una ley negando el reconocimiento federal a los matrimonios gays y lesbianos. La ambivalencia del presidente Clinton dejó una amarga desilusión entre sus antiguos partidarios gays. Elizabeth Birch, la directora ejecutiva de la organización por los derechos gay, la Campaña de Derechos Humanos, dijo: "Es muy frustrante que el presidente haya elegido un curso de acción políticamente conveniente en lugar de responder a los ataques gratuitos anti gay. Traducción: Celita Doyhambéhère
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