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Los franceses se apuran para extraditar a Pinocho

El Ministerio de Justicia francés anunció ayer que el gobierno daría lugar a los  pedidos de extradición del ex dictador.

Primeros: El premier socialista francés
Lionel Jospin fue el primer mandatario que calificó la detención de Pinochet como “feliz
y justa”.

Roberto Pesle con la foto de su padre, desaparecido en 1973.
Es uno de los 9 casos que motivaron el reclamo a la Justicia.

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Por Eduardo Febbro  desde París

t.gif (67 bytes) “Pinochet ya está juzgado. Pase lo que pase todo el mundo sabe que es un genocida. Todas las querellas que presentamos en Chile fueron amnistiadas o sobreseídas. Hoy tenemos esperanzas de que se haga justicia.” La hermana de uno de los 9 franceses asesinados o desaparecidos en Chile habla con emoción y se pierde en la madeja judicial que empieza a desovillarse en Francia luego del pedido de extradición presentado en París. Son las familias de René Chanfreau, desaparecido en el centro de detención Colonia Dignidad 1973, de Enrique Andrés María Ropert Contreras, asesinado en 1973, y de Etienne Pesle –otro francés desaparecido durante el mismo año luego de ser detenido por un destacamento de la aviación militar chilena– las que presentaron el pedido. El abogado de estas familias, William Bourdon, reclamó ante el fiscal de la República la extradición de Pinochet. La ministra francesa de Justicia, Elisabeth Guigou, confirmó ayer en la Asamblea Nacional que su gobierno seguiría la demanda del abogado.
La demanda de extradición no es sin embargo automática ya que, como lo aclaró la titular de la cartera, primero hay que esperar que el fiscal de la República determine si ésta es o no posible. En caso de respuesta afirmativa los aspectos jurídicos de la extradición están amparados en la Convención del año 1957, que rige las reglas de extradición entre países europeos, pero la “última” responsabilidad recae siempre en las autoridades británicas. Londres debe “analizar” si la extradición “es coherente con su derecho interno”. En todo caso, como lo reconoció a Página/12 el abogado de las familias francesas, “las trabas son numerosas antes de llegar a buen puerto”. Nadie se oculta en París las dificultades que se deben vencer antes de lograr que se juzgue a Pinochet. Con todo, como ocurrió con el caso Astiz, las familias sienten una suerte de “alivio” por la “condena simbólica” que implica la vergüenza de ver al dictador detenido en Londres y acosado por una lluvia de demandas judiciales. Además, al igual que el nuevo caso abierto en Francia contra militares argentinos por “crímenes contra la humanidad”, la acusación francesa que sustenta el pedido de extradición toca los delitos más graves que puedan cometerse: detención y secuestro, crímenes contra la humanidad y genocidio, según los términos de la acusación de otra abogada, la doctora Sophie Thonon, quien también representa la defensa de las familias de desaparecidos franceses en la Argentina.
La acción emprendida por los abogados no es ajena a la manera “positiva” con que el gobierno francés reaccionó luego del arresto de Pinochet. Cabe recordar que el jefe del gobierno francés, Lionel Jospin, fue el primer dirigente occidental en manifestarse luego de la detención del dictador diciendo que se trataba de una noticia “feliz y justa”. Con las distancias del caso, es el sentimiento de las familias de las víctimas que buscan desde hace años obtener un “puñado de justicia que la democracia chilena no está dispuesta conceder”. Roberto Pesle, hijo de Etienne Pesle, reconoce que “un intocable fue alcanzado y todos sentimos como una esperanza que se quedaba en el olvido, que dejábamos de lado para no sufrir tanto”.
El aspecto más espinoso de la extradición es su base legal. El análisis del abogado francés William Bourdon, revela posibilidades de acción concretas. Bourdon explica que “como el secuestro y la detención son continuas, la infracción goza de la prescripción sólo cuando ésta deja de tener efecto. Pero el cuerpo de los parientes de los querellantes nunca fueron encontrados, y en teoría estarían detenidos en un lugar secreto”. En concreto, sin una fecha precisa del deceso de las víctimas, la prescripción es inaplicable. Con todo, otros abogados expertos en derecho internacional señalan que, por lo general, “se sabe que la muerte se sitúa no lejos del día del secuestro”, tal como asegura el profesor Bernard Bouloc. La batalla judicial está abierta en Francia y se suma a la española, aunque con menos intereses en juego. La suerte del ex dictador Pinochet podría depender de un simple “sistema de interpretación” del derecho. Como reconocen en el anonimato muchos magistrados de París, “a veces, con una presa así vale la pena forzar un poco el sentido de las leyes”.

 


 

LA COMPETENCIA DEL JUEZ GARZON
Territorios del crimen

Por Ernesto Ekaizer  desde Madrid

t.gif (862 bytes) Once magistrados de las cuatro secciones de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional resolverán a partir del hoy si existe o no base para que la jurisdicción española enjuicie los crímenes cometidos contra ciudadanos españoles, argentinos, chilenos y de otras nacionalidades durante las operaciones represivas que se desarrollaron con anterioridad y posterioridad a los golpes militares de 1973 y 1976 en Chile y Argentina. Aunque la detención del general Pinochet en Londres no es el tema, la decisión jurisdiccional, de hecho, justificará o no la captura por iniciativa del juez Baltasar Garzón.
El orden del día del pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional prevé el debate de los recursos de apelación presentados, el 24 de mayo y el 6 de octubre pasados, por los fiscales Pedro Rubira e Ignacio Peláez ante la Sala de lo Penal. Dichos recursos fueron dirigidos contra las decisiones de los jueces Baltasar Garzón y Manuel García–Castellón de continuar adelante con sus respectivos sumarios sobre los crímenes cometidos en Argentina y Chile.
Según los jueces, existen bases jurídicas para defender la competencia de la jurisdicción española para investigar y juzgar, llegado el momento, dichos crímenes, calificados como genocidio y cometidos a través de asesinatos múltiples, detenciones, secuestros, desapariciones, sustracción de menores, torturas, violaciones y apoderamiento de bienes.
Los fiscales, en línea con la Fiscalía de la Audiencia Nacional y la Fiscalía General del Estado, cuestionan la jurisdicción con el argumento de que dichos delitos no han sido cometidos en España (presupuesto de territorialidad).
Como la resolución de estos recursos ya estaba prevista desde hace tiempo, el pleno no podrá considerar el recurso del fiscal contra la orden de detención del general Augusto Pinochet, cursada el viernes 16 de octubre pasado y cumplida por la justicia británica esa misma noche. Sin embargo, es obvio que si los magistrados dicen que sí a la jurisdicción española estarán dando por buena y legítima dicha orden, que fue el resultado de una fase de la instrucción sumarial. Los plenos de la Sala de lo Penal no constituyen, contra lo que pueda parecer, un acontecimiento extraordinario en su funcionamiento, y ocurren cada semana. El cónclave a puerta cerrada podría extenderse hasta el viernes.

 

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