Mientras el presidente Carlos Menem se encuentra en un Londres convulsionado por el conflicto desatado tras la detención del ex dictador Augusto Pinochet, desde Tel Aviv el precandidato Eduardo Duhalde señaló, en una posición cercana a la opinión del oficialismo, que "un juez de un país cualquiera, por más poder que tenga, y aunque sea del Primer Mundo, no puede tomar resoluciones sobre acontecimientos que ocurren en otros sitios". Por otro lado, reiteró una vez más que no puede negar la alegría que le causó la noticia sobre el senador chileno por "lo que significa este sangriento dictador".

Duhalde advirtió, en una reducida conferencia de prensa con periodistas israelíes, que él "no defiende la posición de Pinochet" y recordó que "hay que tener cuidado a partir de ahora, porque se podrá llegar a detener a un dirigente que perjudique los intereses económicos de otro país". El gobernador destacó que es preciso que se constituyan, para evitar estos conflictos, los Tribunales Internacionales. Reconoció sí que los Estados Unidos se oponen a su formación por temor a que muchos de sus militares sean acusados en esos estrados. En ese momento, un cronista israelí que trabaja como corresponsal de un medio argentino, le recordó los juicios a jerarcas nazis. Esto provocó que el precandidato, prácticamente interrumpiendo al periodista, dijera que "cuando eso ocurrió eran otros tiempos y lo hicieron tribunales internacionales".

Lo que sí llamó la atención, y que fue comentado por los periodistas israelíes, es que ante una consulta sobre la vez que el presidente Menem se reunió con Pinochet y las alabanzas que hizo el riojano al ex dictador chileno, Duhalde contestó con un seco "no recuerdo que Menem lo haya alabado". Esta frase reavivó las sospechas sobre la decidida determinación de no confrontar con Menem, por lo menos hasta que se conozcan los resultados de la interna peronista programada para el 11 de abril de 1999.

Horas antes de este encuentro con el periodismo local, el precandidato y su esposa llegaron hasta el Parque de la Amistad Argentina-Israel y en el "Bosque en Memoria de las Víctimas de la AMIA" plantaron un árbol de olivo en homenaje a los muertos en el atentado.

En el frondoso bosque, ubicado a la vera de la principal autopista israelí y a unos 15 minutos de Tel Aviv, el gobernador de Buenos Aires recordó la conmoción que el atentado causó en toda la sociedad argentina "porque somos un pueblo joven que se alimentó de las corrientes inmigratorias que llegaron desde Italia, España y Medio Oriente y donde cristianos, judíos y de otras religiones constituyeron nuestra nacionalidad. Y por ello este atentado fue un ataque directo a nuestra nación".

Más adelante precisó que "la globalización de la lucha contra el terrorismo debe concretarse y para ello es necesario adecuar la legislación vigente para evitar que estos crímenes queden impunes". Una vez más volvió a recordar que su aporte al esclarecimiento de este atentado y su consciente alineación con la lucha contra el terrorismo internacional se plasmó en el fracasado proyecto de ley del arrepentido: "Al menos lo intenté", dijo.

Duhalde, continuando con su política de seducción a la importante comunidad judía en la Argentina, jamás nombró a los árabes o la religión musulmana durante el discurso pronunciado en el Bosque AMIA. Pero es necesario destacar que durante la tarde de ayer, cuando se reunió con el intendente de la ciudad de Nazareth, Ramiz Jaraizy, con el objetivo de adelantar las conversaciones para la firma de un hermanamiento entre esta intendencia y la de Luján, la comitiva de Duhalde quedó prácticamente sorprendida cuando Jaraizy, un árabe cristiano, hizo una crítica descripción de la política israelí con las ciudades que tienen mayoría árabe entre sus integrantes. El gobernador, que escuchó con atención la exposición, prefirió no opinar y sólo atinó a despedirse rápidamente. Seguramente no quiso que su gira por Israel se arruine justo antes de encontrarse con el ex premier Shimon Peres programada para hoy, poco antes de emprender el camino a España.

EL DUHALDISMO APOYARA LA DESIGNACION DE ORTEGA
Palito más cerca del Senado

Por F.A.

Finalmente Eduardo Duhalde le levantó el pulgar a Ramón Ortega, gracias a lo cual podrá ser designado senador nacional por Tucumán. Si bien el anuncio formal se hará recién la semana próxima, lo cierto es que el duhaldismo, después de bloquear su ingreso a la Cámara alta, ahora le dará luz verde a Ortega para ahorrarle el tremendo desgaste político que significaría ser rechazado por el propio bloque justicialista, y conservar así su imagen. El gobernador no descarta la posibilidad de convocarlo como compañero de fórmula en las próximas elecciones presidenciales.

Hace quince días la designación de Ortega como senador nacional originó fuertes disputas en el seno de la bancada oficialista, cuando los legisladores del duhaldismo se negaron a votar a favor de su ingreso al cuerpo. El gesto, en realidad, buscó enviar señales políticas hacia la Casa Rosada más que ponerle palos en la rueda al secretario de Desarrollo Social. Fue la oportunidad que necesitaba el duhaldismo para demostrar su nuevo predominio en la Cámara alta, donde ya controla a la mayoría de los integrantes del bloque justicialista.

"El gobernador no quiere someter a Ortega a semejante desgaste político, porque respeta su condición de precandidato presidencial del justicialismo, y no descarta contar con él para integrar la fórmula presidencial en el '99", le aseguró a Página/12 un senador ahora alineado con las estrategias políticas de La Plata.

Duhalde, a instancias de su hombre en el Senado, Jorge Villaverde, ya había anticipado la semana pasada que "Ortega es quien tiene los mejores pliegos para ocupar la banca", desestimando así las pretensiones de la otra aspirante a ocupar el sillón en el recinto, Olijela del Valle Rivas, a quien ahora le buscarían un cargo seguro en el gobierno a cambio de la resignación de sus pretensiones.

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