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PARA LOS OBISPOS EXISTE UN “RECORTE EN LA LIBERTAD DE ENSEÑANZA”
Esa vieja obsesión por la educación

La asamblea episcopal discutió sobre
la ley que impulsa el Gobierno. También sobre la comitiva que viajará al Vaticano.

Los obispos siguen reunidos en San Miguel. Ayer criticaron la Ley Federal de Educación.
También decidieron conformar una delegación oficial que viaje al Vaticano junto con Menem.

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Por Washington Uranga

t.gif (67 bytes) El obispo Mario Maulión, presidente de la Comisión Episcopal de Educación, sostuvo que “no es feliz la implementación” de la transformación educativa por parte del Ministerio de Educación de la Nación aunque reconoció que “la voluntad de transformación educativa es clara” y agregó que “aunque no sea declarado, existe o es real el recorte de la libertad de enseñanza en algunas jurisdicciones”. El obispo actuó ayer como vocero de sus colegas reunidos en asamblea plenaria en la localidad bonaerense de San Miguel. Por otra parte el obispo de Mar del Plata, José María Arancedo, informó sobre la decisión de integrar “una delegación oficial del Episcopado” para viajar a Roma el próximo 13 de noviembre a una misa celebrada por el Papa (ver aparte).
La situación de la educación y los cambios que se están produciendo en el sector ocuparon toda la jornada de ayer de la asamblea episcopal y los miembros de la jerarquía católica continuarán con el mismo tema durante toda la jornada de hoy. Con este debate sobre educación los obispos intentan cambiar el estilo de sus asambleas, dedicando la mayor parte del tiempo a un tema central.
Si bien el propio Maulión se ocupó ayer de aclarar que entre los obispos no existe una sola posición sobre la manera como se desarrolla la reforma educativa, entre otras razones porque la implementación de las transformaciones es distinta en las diferentes jurisdicciones, sí existe consenso en cuanto a la necesidad de garantizar “la libertad de enseñanza” y en que “la educación no debería prescindir del sentido religioso del hombre”. Maulión dijo también que “a veces hay una ideología emergente en la transformación educativa que no está presente en el espíritu de la ley (Federal de Educación)”. Agregó que en la provincia de Buenos Aires, “si bien hay deseos de cambiar, la reforma educativa no parece convenientemente proyectada, los docentes no están suficientemente integrados y les falta más desarrollo a los procesos educativos”.
Para la jerarquía católica la libertad de enseñanza se asegura, entre otros temas, a través de un presupuesto estatal que contemple subsidios a la “educación pública de gestión privada, confesional y no confesional”. Al respecto Maulión afirmó que “en algunos casos, la libertad de enseñanza puede estar en riesgo porque falta suficiente presupuesto para atender a la enseñanza privada”. Aunque sin suscribir de manera directa la solicitud realizada la semana anterior por la arquidiócesis de Buenos Aires, porque “se trata de un tema específico de la ciudad de Buenos Aires”, Maulión dijo sin embargo que “la educación no debería prescindir del sentido religioso del hombre”, reafirmando el “sentido trascendente y espiritual de la educación”.
Respecto del pedido de la arquidiócesis católica porteña, el pastor Juan Pedro Schaad, presidente de la Iglesia Evangélica del Río de La Plata (IERP), se manifestó partidario de la enseñanza laica y sostuvo, según informó la agencia Prensa Ecuménica, que “las iglesias y las distintas expresiones religiosas” son directamente responsables de la enseñanza religiosa y “deben hacerla en sus instalaciones o donde decidan efectuarla”. En declaraciones a la misma agencia, el obispo metodista Aldo Etchegoyen expresó su respaldo a la “educación pública, obligatoria, laica y gratuita” y su oposición “a la enseñanza religiosa confesional, sin por ello negar el significado trascendente de toda persona”, sino como parte del “respeto al pluralismo religioso del pueblo”.

 

“Oficial, no del Gobierno”

Una delegación oficial de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), presidida por su titular, el arzobispo Estanislao Karlic, y de la que formará parte también el cardenal Raúl Primatesta, asistirá el próximo 13 de noviembre a la misa que presidirá Juan Pablo II en el templo de la Iglesia Argentina en Roma y la que también estará presente Carlos Menem.
La información fue proporcionada ayer por el obispo de Mar del Plata, José María Arancedo, y todo indica que ésta es la forma que encontraron los obispos para retomar la iniciativa en el caso de la visita del Papa a la Iglesia Argentina en Roma, tratando de evitar de este modo la manipulación política del hecho realizada por el embajador argentino ante la Santa Sede, Esteban Caselli.
La Secretaría de Culto había ofrecido costear los gastos de viaje de todos los obispos que quisieran viajar a Roma para el acto. Este hecho generó malestar en parte del Episcopado y tanto Primatesta, titular de la Iglesia Argentina en Roma, como Karlic anunciaron que se pagarían sus pasajes. La constitución de la “delegación oficial del Episcopado, no del Gobierno”, como aclaró Arancedo, apunta a cerrar el tema de manera pública, aunque la discusión continúa entre los miembros de la jerarquía. La delegación episcopal estaría integrada por una decena de obispos, según lo dijo el obispo de Mar del Plata.

 

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