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La Corte Suprema de Justicia, en fallo dividido, revocó una sentencia que había declarado prescripta una causa iniciada hace seis años por el actual ministro del Interior, Carlos Corach, contra el columnista de Página/12, Horacio Verbitsky, por supuestas injurias aparecidas en el libro Robo para la Corona. Hay un mecanismo perverso por el cual Corach mantiene el juicio abierto sin haber aportado una sola prueba y, por lo tanto, sin permitirme la defensa porque sabe que, de hacerlo, le voy a ganar el juicio como a todos los demás funcionarios, explicó Verbitsky y repudió la espada de Damocles que se mantiene con causas abiertas contra el periodismo. El columnista calificó, además, como insólito el argumento de la Corte que consideró que con cada reedición del libro se actualiza el presunto delito: Los ministros están actuando como abogados defensores de Corach. Parece que además inventaron la teoría del movimiento continuo, ironizó. El motivo de la querella es el relato de Verbitsky que cuenta cómo Corach presionó a la Cámara Federal de San Martín para que postergara la citación a declaración indagatoria de Santiago Riveros, ex jefe del campo de concentración de Campo de Mayo. El objetivo era darle tiempo al presidente Carlos Menem para que firmara el indulto a los ex dictadores y evitar así la intranquilidad militar. La citación era para el 9 de setiembre y Menem firmó el indulto el 8 de octubre de 1989. Verbitsky detalló que la jueza Marta Herrera de la Cámara de San Martín dijo que no iban a subordinar una decisión judicial a la conveniencia política y, por lo tanto, la citación se mantenía. Corach le dijo que si no hacia lo que pedía le iba a promover juicio político. La jueza le respondió: Haga lo que quiera pero váyase ya mismo de este despacho. El periodista destacó que eso es lo que publiqué. Es absolutamente cierto y la jueza Herrera lo va a ratificar. Verbitsky comentó que los casi diez años transcurridos desde aquel episodio sirven para mostrar cómo se llevó a la práctica aquella amenaza. Herrera integra actualmente la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, y es uno de los 12 jueces del fuero a los que Corach les inició juicio político a través del diputado Miguel Angel Picheto por haber fallado en contra de los deseos del Gobierno en los casos de los decretos de privatización de aeropuertos y del rebalanceo telefónico. El derrotero de la causa iniciada por Corach es, por lo menos, llamativo. El actual ministro presentó la querella pero no aportó más pruebas. Como es una acción privada si el denunciante no actúa, la Justicia no tiene atribuciones para ordenar ningún procedimiento. Al cabo de dos años, el juez Carlos Daniel Liporaci declaró la prescripción. Corach apeló y la Cámara en lo Criminal y Correccional ratificó la decisión del juez y argumentó que la prescripción no puede atribuirse a ningún ardid malicioso por parte del denunciado sino a que el denunciante, Corach, no aportó ningún elemento a la investigación. Ante el nuevo fallo adverso, el ministro presentó un recurso extraordinario ante la Corte Suprema. Allí, los ministros proclives a satisfacer los deseos del Ejecutivo Julio Nazareno, Eduardo Moliné OConnor, Carlos Fayt, Antonio Boggiano, Guillermo López y Adolfo Vázquez, ordenaron la reapertura de la causa. Desestimaron la queja del querellante Augusto Belluscio, Gustavo Bossert y Enrique Petracchi. Pero, antes de llegar a la sentencia, los ministros de la Corte tuvieron un contratiempo: desaparecieron dos cuerpos de la causa. Verbitsky explicó que me enteré porque de la Corte llamaron a mis abogados para ver si podían aportar fotocopias porque habían desaparecido dos cuerpos del expediente. Mi abogada, Alicia Oliveira, fue a la Corte y le dijeron que no se preocupara que ya habían aparecido. Hicimos un escrito para que informaran qué había pasado, quién se los había llevado, dónde y cómo habían reaparecido y nos respondieron que el pedido era improcedente. Pareciera que es un secreto de Estado dónde estuvo el expediente. Por ahí se lo prestaron a Corach. La cadena de sorpresas se alargó con la interpretación según la cual cada reedición de Robo para la Corona actualiza el supuesto delito. Si esto fuera así, Corach tendría que iniciar una nueva causa y el tema debería encuadrarse en el nuevo Código de Procedimientos, es decir que iría a juicio oral y público y eso es lo que no quieren. Su apuesta es no abrir la prueba y mantenerme indefinidamente con una espada de Damocles. Verbitsky recordó que el actual senador Eduardo Bauzá y María Julia Alsogaray también habían iniciado causas judiciales en su contra y desistieron al momento de la prueba. La única que sigue todavía indefinida es la impulsada por el ex ministro del Interior, José Luis Manzano, el autor de la frase que dio origen al nombre del libro quien, sin embargo, aceptó en un programa de televisión que varios diputados habían comentado que él había dicho esa frase.
Magistratura en debate Desde hoy
y hasta el viernes se realizarán las Primeras Jornadas Internacionales sobre el Consejo
de la Magistratura. Durante esos días se podrán escuchar ocho conferencias a cargo de
expertos y se desarrollarán cinco paneles, de los que participarán integrantes
designados del Consejo de la Magistratura.
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