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Por Luis Vivori  Alguna vez fue una
figura prestigiosa del teatro under, en que sacaba a relucir básicamente sus dotes de
humorista, pero pasaba hambre. Ahora, mientras aspira a mantener su perfil de actriz
dúctil, que puede hacer reír y a la vez encarar papeles serios, dramáticos, Ana Acosta
navega en las aguas siempre complicadas de la televisión. Además de su trabajo en el
inefable programa “Rompeportones”, Acosta parece la figura indicada para
reemplazar a Georgina Barbarossa, que se va inevitablemente de América, después de que
trascendiese que para el año que viene firmó un contrato para trabajar, producida por
Antonio Gasalla, en otro canal. Al menos, eso pensaban los directivos de América cuando
la convocaron durante el verano para que la supliese mientras estaba de vacaciones. Pero
Acosta no sabe, y no se anima a preguntar, porque se rumorea que Teté Coustarot podría
ocupar el sitio que quedará vacante al comenzar noviembre, y el canal, por varias
razones, está que arde. Mientras atraviesa este momento de incertidumbre –espera
respuesta a otros dos pilotos entregados– y siente que combate con sus armas desde
adentro al humor machista de “Rompeportones” Acosta dialogó con Página/12
sobre el estado de las cosas en un medio que parece cuanto menos afiebrado.–¿Intuye que va a reemplazar nuevamente a Georgina en “Movete”? –Hasta ahora no hay nada concreto. En julio me convocaron de América para saber si tenía algo preparado para el verano. Me preguntaron si me había sentido cómoda haciendo el anterior reemplazo de Georgina y les dije que sí. El balance fue bueno a pesar del sufrimiento del comienzo. Le tenía mucho miedo a las comparaciones, porque es un programa hecho a su medida. Les pregunté si era para hacer un nuevo reemplazo y me contestaron que podía ser para eso o para un nuevo programa. Desde ese momento hasta ahora no tuve novedades. Ahora también se dice que van a levantar toda la programación de la mañana. –¿Por qué cree que existe tanta confusión alrededor de estos temas? –Yo creo que hay un problema en América con Georgina y hasta que no lo resuelvan no van a hacer nada. A lo mejor, ya pasó y no me enteré. –¿Por el rating? –Tal vez sea así. Pero por ejemplo estoy al tanto de que los números de Viale son buenos y sin embargo van a sacar el programa. “Movete” bajó un poco, anda por los cuatro puntos. Igual me parece que algo debe tener que ver la preocupación del “me voy o no me voy”, o el “me terminan el contrato” y esas cosas que creo que están sucediendo. –¿Volvió a hablar con el canal? –Por este tema no. Sólo tuve contacto con el canal por intermedio de un compañero con el que armamos un piloto, en el que también haría la conducción, pero no hubo novedades. –¿Cuál es su relación con Barbarossa? –Tengo relación, pero no de amigotas. No nos vemos frecuentemente pero cuando nos cruzamos nos divertimos mucho, tenemos la misma onda. Es más, ella fue una de las que más insistió para que yo hiciera su reemplazo. Por otro lado, cuando acepté hacerlo, lo hice después de hablar con ella. Ahora es cierto que en el último tiempo no me llamó y siento que si la llamo ahora no la voy a ayudar nada, por el momento que debe estar pasando. –El ‘98 parece un año de muchas idas y vueltas en televisión. –Totalmente. Es un año nefasto para la televisión, por las incertidumbres, los cambios de dueños, los nuevos grupos de poder, los cruces. En mi vida vi empezar tantos programas y terminar en tan poco tiempo. Antes se aguantaban más las propuestas. Ahora, parecería que la lógica es que el producto debe tener en dos semanas diez puntos de rating o lo levantan. Así es en la mayoría de los canales. Se cayeron “Delicatessen”, el programa de Fernando Bravo, “Telesuerte”, etc. –¿Quiénes son los responsables? –Primero la excusa era el Mundial de Fútbol. Se empezaba a principio de año con cualquier programa pero todo iba hasta que se jugara el torneo de Francia. O si no, era todo para después. Creo que además los canales perdieron plata con el Mundial, o por lo menos eso dicen y tuvieron que bajar mucho los presupuestos. –¿Con “Rompeportones” cómo les va? –Nosotros estamos con cerca de diez puntos de promedio. La competencia del viernes es feroz porque es el día del humor, salvo las películas de Van Damme de Telefé que a veces les ganan a todos los programas. Ahora el tema no es sólo el rating sino también la publicidad. Con “Archivo negro” nos pasó que teníamos buenos números de rating pero nada de publicidad porque toda se había ido con Marcelo Tinelli. Por eso se levantó. –¿Cómo hace para acomodarse dentro de un humor pensado sólo para hombres? –Soy sincera: estoy en un programa que muestra a la mujer-objeto, algo que se hizo toda la vida y se repite porque mide bien. Pero necesito trabajar. El ejemplo de que este género le gusta a la gente es el eterno retorno de Olmedo, cuyos programas viejos se siguen viendo y discutiendo. Se hacen continuos refritos de lo mismo. Matar el género es como decirle a Gerardo Sofovich que deje de hacer “La noche del domingo”, cuando lo de él es eso: los perritos, los gatitos y el concurso. La televisión ahora está mucho más permisiva, como la sociedad, y entonces en estos programas se muestra más que antes y las mujeres parecen más perfectas. Yo siempre me opuse a este género pero ahora le agradezco a Hugo Sofovich que me haya llamado para ser parte del programa, porque me permite hacer varios personajes. Me dejan actuar, y esto es algo que en los programas de los capocómicos jamás le dejaron hacer a las mujeres.
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