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 La visita de
Estado del presidente colombiano Andrés Pastrana a Estados Unidos y la que realizará la
próxima semana a Venezuela marcan el fin del aislamiento internacional en que dejó
sumido al país el ex presidente Ernesto Samper. El presidente norteamericano Bill Clinton
prometió ayer a Pastrana un paquete de ayuda económica de 280 millones de dólares en
asistencia a Colombia, destinado a respaldar los esfuerzos por la paz con la guerrilla y
los paramilitares y para erradicar el narcotráfico. Es el programa de asistencia más
importante de Estados Unidos en el hemisferio, y expresa la confianza de Washington para
el plan de paz que llevó a la presidencia a Pastrana. Estados Unidos y Venezuela son los dos países a los que Colombia históricamente ha concedido mayor importancia en sus relaciones internacionales, y sus principales socios comerciales. A esa circunstancia responden los dos viajes del mandatario conservador a menos de tres meses de haber asumido el gobierno, precisamente con el compromiso en el ámbito internacional de recuperar la "dignidad del país", como lo expresó tras ganar la elección presidencial en junio. Pastrana recibió el pasado 7 de agosto un país sumido en el ostracismo internacional por el escándalo en que se vio envuelto Samper, por haber financiado su elección presidencial con dinero del narcotráfico. Durante el gobierno del ex mandatario liberal no sólo las relaciones con Washington cayeron a su nivel más bajo, caracterizadas por una permanente tensión y fricción, sino que el Departamento de Estado le canceló la visa de ingreso a Estados Unidos. Con ese estigma a cuestas, las ocasiones en que Samper viajó a ese país para asistir en Nueva York a las asambleas de las Naciones Unidas debió hacerlo en forma restringida. También, para mantener alguna presencia en el concierto internacional, Samper debió apelar a su condición de presidente del Grupo de Países No Alineados (NOAL), cargo que luego entregó, en setiembre pasado, al mandatario sudafricano, Nelson Mandela. Pastrana, ya no sólo había sido recibido por Clinton cuando aún no había asumido la presidencia de Colombia, sino que ahora se encuentra en Washington atendiendo una invitación directa de éste en calidad de visita de Estado. Para la prensa colombiana y los analistas, la invitación de Clinton es un elocuente mensaje de doble vía del mandatario estadounidense: la época de las relaciones con Samper quedó atrás y ahora se inicia una nueva era en las relaciones bilaterales. La cálida bienvenida que el miércoles Clinton dio a Pastrana, a quien dijo en su discurso de recibimiento que "trabajaremos juntos", dejó en claro que evidentemente comenzó esa nueva etapa en las relaciones entre Washington-Bogotá. "La visita a Washington del presidente Pastrana, mandatario que goza del aprecio y la confianza de ese país (Estados Unidos), debe producir un efectivo fortalecimiento de las relaciones bilaterales, editorializó el miércoles el influyente diario El Tiempo de Bogotá al comentar el viaje. Por su parte, el otro importante diario bogotano, El Espectador, escribió que "sin duda alguna son otros aires que se respiran en Washington cuando se habla de Colombia".
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