Las
elecciones regionales realizadas el domingo pasado en el País Vasco ya comenzaron a dar
resultados políticos. El diario vasco El Correo de Bilbao afirmó en su edición de ayer
que la organización separatista ETA anunciará próximamente el abandono definitivo de la
lucha armada, luego de su declaración de tregua indefinida lanzada el 16 de setiembre.
Según la publicación, esto sería una respuesta al reclamo de compromisos claros y
concretos sobre el proceso de paz que el gobierno central hizo a la ETA. Pero no
todas son rosas para Madrid. El Partido Nacionalista Vasco (PNV), triunfador en los
comicios, rompió su alianza parlamentaria con el gobernante Partido Popular (PP) por
considerar que el Poder Ejecutivo no ha cumplido con su promesa de desarrollar el estatuto
de autonomía del País Vasco acelerando la transferencia de competencias.
Según el diario, fue el crecimiento electoral del independentista Euskal Herritarrok (EH,
el nombre bajo el cual se presentó el Herri Batasuna, brazo político de la ETA) el que
aceleró entre los etarras una decisión que no estaba prevista hasta
diciembre. En las últimas semanas se realizaron varias especulaciones sobre una
asamblea de la ETA algo que no ocurría desde hace más de 20 años que
contaría con la presencia de dirigentes históricos de la organización, como Belén
González Peñalva y Angel Iturbe, deportados en la República Dominicana desde 1989 y con
paradero desconocido en la actualidad.
De todos modos, la información fue recibida con prudencia por el gobierno español y con
escepticismo por los independentistas vascos. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja,
expresó su deseo de que esta información sea veraz y añadió que
sería una buena noticia y un paso más en el proceso de paz, pero aclaró que
no dispone de ningún indicio que pueda confirmar las intenciones de ETA. El gobierno dijo
que actuaría con prudencia y no se va a precipitar sin saber si hay verdaderas
razones para creer que haya una nueva posición de la organización armada,
afirmó en declaraciones a la prensa. Esperamos que ETA confirme sus
intenciones y en ese caso veremos cuáles son las medidas a adoptar,
insistió. Tanto los socialistas como el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, se
manifestó en términos muy parecidos a los de Mayor Oreja. Espero que ETA pase
definitivamente la página, dijo Anasagasti.
No otorgamos ninguna credibilidad a esta información, aseguró un portavoz de
HB. Es una manipulación urdida por los conservadores del Partido Popular (PP,
en el poder en Madrid), subrayó. ETA explicó suficientemente cuál es su
posición en su comunicado del 16 de setiembre y en declaraciones el sábado a la
BBC, en las que reafirmó que su alto el fuego era firme y serio, continúo.
El Partido Popular, al que corresponde administrar la nueva situación en el
País Vasco intenta ganar tiempo. Pero al PP le corresponde hacer ahora un
gesto y no a ETA, insistió el portavoz de HB. En medios independentistas se estima
que sería difícil que ETA anuncie un abandono definitivo de la lucha armada antes de la
firma de un acuerdo sobre el proceso de paz.
El único que se declaró optimista fue el líder de la Izquierda Unida (IU), Julio
Anguita. Creo que esto va en serio, porque ETA, al dar la tregua, colocaba en lo
alto de la mesa el problema político, que hasta ahora había sido tapado por la
sangre, dijo el dirigente izquierdista.
En el caso en que la organización armada renunciara definitivamente a la violencia, el
gobierno continuaría acercando a presos de ETA al País Vasco, tradicional
reivindicación de los independentistas, sostiene El Correo. Tras el anuncio de la tregua
etarra, el ejecutivo había hecho un primer gesto, trasladando a cuatro presos
etarras a centros penitenciarios del País Vasco y otorgándole un régimen de
semilibertad a un quinto.
ISRAEL DEMORA SU OBEDIENCIA AL ACUERDO DE PAZ
Retroceder nunca, rendirse jamás
El
acuerdo de paz de Wye Mills entre israelíes y palestinos ya está en peligro desde que el
primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se negó a cumplir con el plazo previsto
para la implementación en su país de los compromisos acordados en Wye Plantation con la
Autoridad Palestina. El compromiso específico es el repliegue del 13 por ciento de
Cisjordania. Pero Netanyahu anunció ayer formalmente que sólo presentará el acuerdo a
su gabinete cuando los palestinos presenten el plan antiterrorista que acordaron
desarrollar para prevenir los ataques de extremistas islámicos. Este acto es el primer
precedente de desobediencia a lo estipulado en el tratado de paz. Estados Unidos, garante
del acuerdo, sostiene que no hay que exagerar los problemas que presentó
Israel.
La oposición israelí al acuerdo justifica los temores de Netanyahu por la estabilidad de
su gobierno. La intención de la ultraderecha y de la izquierda parlamentaria, unidas por
primera vez, es usar la firma del acuerdo para derrocar al gobierno. Netanyahu quedó en
una posición de total dependencia con respecto de su partido de derecha, el Likud. Fue
para cultivar su apoyo que el premier postergó el repliegue del 13 por ciento de
Cisjordania hasta que las autoridades estadounidenses reciban el plan antiterrorista
palestino. Además de recuperar algo de su imagen de duro ante la derecha,
esta acción le da a Netanyahu un margen vital para conseguir un apoyo de su partido al
acuerdo de Wye lo suficientemente fuerte como para que su presentación al gabinete no
provoque una deserción masiva que cause la caída de su gobierno.
Netanyahu también ha tenido que enfrentarse a las amenazas de muerte que emitieron contra
él los grupos religiosos extremistas y los colonos judíos en Cisjordania. No he
podido dormir desde que comencé a escuchar gritos de traidor dirigidos contra
el primer ministro, confesó su jefe de seguridad, quien ha reforzado la guardia
personal de Netanyahu y arrestado a los principales líderes de la derecha religiosa
judía para evitar que se repita un asesinato como el de Yitzhak Rabin.
A pesar de los problemas que enfrenta Netanyahu, Estados Unidos, garante del acuerdo, se
mostró píamente confiado en que el acuerdo entrará en vigor la semana
próxima. Además de minimizar las acciones israelíes, los estadounidenses sólo
pueden prometer compensar el costo de la retirada israelí a su gobierno. Pero
el coordinador norteamericano del Medio Oriente, Denis Ross, viajará muy
pronto hacia allí.
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