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Palmeiras
Velloso; Arce, Junior Bahiano, Cléber, Junior; Rogerio, Galeano; Alex, Zinho;
Almir, Paulo Nunes.
DT: L. Scolari. |
1 |
Boca
Abbondancieri; Ibarra, Traverso, Samuel, Matellán, Gustavo B. Schelotto,
Battaglia, Pereda, Navas; C. Giménez, Rey.
DT: Carlos Bianchi. |
Goles: 28m Almir (P). En el
segundo tiempo, 46m Arilson (P); 48m Gustavo B. Schelotto (B) de penal; 90m Magrao (P)
Cambios: 45m, Arilson por Zinho (P); 64m Magrao por Almir (P); 75m Basualdo por Giménez
(B); 83m Darci por Alex (P); 89m Lucas Gatti por Gustavo B. Schelotto (B).
Cancha: Parque Antarctica, de San Pablo. Arbitro: Mario Sánchez, de Chile. |
La última imagen fue
desoladora: Boca, que había aguantado bien después que consiguió achicar el
2-0 de Palmeiras en el arranque del segundo tiempo, se comió el tercer gol en el último
corner. Pareció una injusticia. No lo fue. Diez minutos antes, la entrada de
Basualdo por Giménez estando Guillermo en el banco señaló el grado de la
dimensión especulativa boquense. Se conformaba con perder por uno. Así le fue.
Bianchi especuló desde el banco: ni siquiera llevó la cantidad de suplentes
reglamentarios. Después especuló en el medio, al poner dos volantes centrales (Battaglia
y Pereda) en una segunda línea de cuatro bastante rígida, con salida potencial por
Gustavo a la derecha sólo lo hizo en los primeros y promisorios minutos y
efectiva por el otro lado, a través de Navas, que subió con fuerza y criterio. En ese
esquema de Bianchi estaba previsto un La Paglia lesionado. No pudo ser. Estaba previsto
que Giménez y Rey las corrieran todas arriba y ganaran a veces. Lo hicieron. Lo que no
estaba previsto es que alguien acompañara; y así pasó. Estaba previsto que los del
fondo estuvieran firmes: lo estuvieron menos una vez, cuando después de un par de
madrugadas al tándem GustavoIbarra, se fue Junior y la puso para el toque preciso de
Almir. Recién en los últimos quince del primero Boca controló algo la pelota y llegó
asociadamente.
A todo esto, Palmeiras había sido más: bien Alex, la manija; experiente el viejo Zinho;
hábiles los dos de arriba y dúctiles los laterales, sobre todo Junior, factótum de
varias llegadas y del desborde del gol. Atrás, pesados los centrales, frágiles ante el
toque; pero no los apuraron.
El segundo empezó para desastre boquense, porque se equivocó Matellán y el recién
ingresado Arilson resolvió con calidad brasileña. Cuando se venía la noche, una
corajeada de Rey, de muy buen partido aunque resolvió mal dos veces frente al arco,
permitió que Gustavo convirtiera y achicara el pánico. Desde ahí, todo el segundo
tiempo, Palmeiras fue y no pudo demasiado mientras Boca en el que fracasaron los dos
volantes centrales: Battaglia y Pereda se afirmaba en el fondo, Abbondancieri
alternaba buenas en la línea con torpezas de salida, y los heroicos de arriba estaban
cada vez más cansados. Y así llegó el final. Una lástima, claro. Boca estaba jugando
para perder por menos.
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