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DE LA RUA CERRO EL ACTO RADICAL SIN ALUSIONES A LA INTERNA
“El fin de la pizza y el champagne”

Asistieron más de 25.000 personas. Los radicales conformes por haber hecho un acto en la calle, diferenciándose de sus socios.

Fernando de la Rúa cerró el acto, antes hablaron la diputada Elisa Carrió y Raúl Alfonsín.
“Asistimos a un sistema de exclusión donde lo único que despegó fue el avión con Menem y sus amigos.”

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Por Fernando Cibeira

t.gif (67 bytes) Fernando de la Rúa entró en el último mes de su campaña para las internas apelando a un clásico: atacó a la corrupción del menemismo y vaticinó el fin de la era de “la pizza y el champán”. Segundos antes se había abrazado con Raúl Alfonsín sobre el elevado escenario que cruzaba la avenida Corrientes de vereda a vereda, luego de que el ex presidente lo halagara y lo calificara como “el mejor candidato”. El radicalismo hizo ayer su acto multitudinario de campaña y reunió a más de 25 mil personas en el centro porteño. La consigna era celebrar los 15 años del histórico triunfo alfonsinista de 1983, pero a la UCR le interesaba marcar una diferencia con sus adversarios del Frepaso, que no cuentan con una estructura de peso que arrastre multitudes a la calle.
A las siete de la tarde comenzaron a llegar las primeras columnas. La mayor parte de los asistentes provenía de la Capital Federal. Cada delegación portaba su respectivo cartel, con el nombre del dirigente que los convocaba. Algunos más conocidos, como el delarruista Juan Octavio “Yuyo” Gauna, y otros más ignotos, como el legislador porteño Cristian Caram. La Juventud Radical logró colocar sus banderas frente al palco, junto a las clásicos estandartes de la Franja Morada, divididos según cada facultad. También llegaron columnas del conurbano bonaerense, bajo las banderas de los pesos fuertes del radicalismo de la provincia: Leopoldo Moreau, Federico Storani y Melchor Posse.
Como es folklore, la llegada de las columnas se retrasó más de lo esperado. Tanto, que a la lista de oradores preliminares, que comenzó con los jefes de la UCR porteña y bonaerense, Pedro Calvo y Enrique “Japonés” García, debió incluirse a último momento a la diputada chaqueña Elisa Carrió, para que no quedara un bache en el medio.
Luego, sí, llegó el turno de Alfonsín. De campera azul y camisa de jean, el ex presidente se emocionó mirando el video que transmitía, por pantalla gigante y con música de Charly García, las imágenes de su asunción, mientras esperaba que lo anunciaran en la escalera del escenario. “Lo que se viene es cada vez peor”, fue el apocalíptico panorama que trazó Alfonsín para el año próximo. Ante la acentuación del “capitalismo salvaje”, el ex presidente antepuso a “una coalición de gente progresista”. Alfonsín dedicó un buen tramo de su discurso a destacar la necesidad de preservar la Alianza e, inclusive, saludó a Graciela Fernández Meijide. Sobre el cierre, destacó la figura de De la Rúa: repasó paso a paso su trayectoria, desde que fue electo senador, hasta ahora que, según dijo, llegó a “candidato con la sensibilidad del progresismo”.
Una vez que el ex presidente terminó su discurso, los organizadores proyectaron el spot oficial de la campaña delarruista. Con “Vamos a andar” (la canción de Silvio Rodríguez) como cortina musical, el video compila imágenes del candidato radical en campaña: alzando bebés, saludando ancianos o tomando mate con la gente. De la Rúa subió al escenario y se unió a Alfonsín. Levantaron las manos y se abrazaron. Como si fuera una coreografía, en ese preciso instante estallaron las bombas de estruendo. El palco se llenó de papelitos de colores (celestes, blancos y rojos). Luego de recordar “el rol histórico que cumplió Alfonsín en la vuelta a la democracia”, De la Rúa criticó al Gobierno. “Asistimos a un sistema de exclusión donde lo único que despegó fue un avión con Menem y sus amigos. Mientras tanto, hay 35 millones de pobres argentinos que esperan abajo”. El candidato radical se permitió ironizar sobre las políticas económicas liberales. “Nos dijeron que el Estado era un elefante, que lo iban a convertir en un tigre. Al final, nos dejaron un gatito gordito y bobo”.
En el momento culminante del acto la gente llegaba a la altura de la calle Paraná. De ahí hasta Callao, grupos aislados se arremolinaban alrededor de los parlantes para escuchar con atención, porque el sonido llegaba con mucho eco. Tampoco era de buena calidad la imagen. La idea dela pantalla gigante que se distinguía a varias cuadras quedó un poco malograda por la luz brillante del Obelisco, que la volvía traslúcida. En la puerta del teatro Astral, la gente hacía una larga cola para ver el espectáculo de Moria Casán.

 


 

EL ACTO RADICAL VISTO DESDE DETRAS DEL ESCENARIO
La sorpresa de “Lilita” Carrió

Por José Natanson

t.gif (862 bytes) En la parte de atrás del escenario, en un perímetro vallado, los principales dirigentes de la UCR esperaron el comienzo del acto mezclados con algunos militantes y con los periodistas. La diputada Elisa “Lilita” Carrió dialogaba con un grupo de mujeres que habían llegado desde la provincia de Buenos Aires. “Estoy molida. Estuve todo el día recorriendo pueblos, fui a nueve localidades y recién me enteré de que tenía que hablar a las siete de la tarde. Creo que fue una orden de (Fernando) De la Rúa y de (Raúl) Alfonsín, pero la verdad es que no sé por qué se decidieron a último momento.”
Al senador Leopoldo Moreau se lo veía feliz, después de haber superado las negociaciones por la ingeniería institucional de la Alianza. “Qué suerte que no tenemos que volver a reunirnos por este tema”, decía a quien quisiera escucharlo. El senador explicaba, por enésima vez, su hazaña de la tarde. El episodio fue a las siete, cuando las columnas recién comenzaban a llegar. Uno de los técnicos de Telefé debía salir y entrar del vallado para colocar los cables de las cámaras. Cuando pretendía ingresar por tercera vez, fue interceptado por uno de los encargados de seguridad, que le dijo que no podía volver a entrar. El técnico insistió. Volaron algunas trompadas. Hasta que Moreau intercedió con una orden tajante: “El entra porque yo lo digo”.
Los voceros de Melchor Posse decían haber contribuido a la movilización con 250 micros. El precandidato a gobernador bonaerense aprovechaba la volada para acicatear al Frepaso. “Nosotros movemos gente; ellos hablan por la televisión”.
Una vez que comenzó a hablar Alfonsín, todos se movieron para quedar al frente del escenario. Desde adentro del vallado se escuchaba muy mal, por lo que algunos decidieron salir a la calle. Eran las nueve de la noche.

 

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