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Por Alejandra Dandan Lucas se obsesiona con el estiércol. Es simple evita eufemismos: convierto la mierda en energía. Hace seis meses le hablaron de biomasa entre las energías alternativas. Lucas preguntó más. Supo que en Laferrère había una granja con cerdos. Juntó dos tachos, suficientes para la fermentación que derivaría en biogas. Lucas se convenció de que nada olía mal hasta que me puse a caminar para el colectivo y me di cuenta de que me seguían los perros. El inventor ya tenía en sus manos la clave del proceso que terminaría tres meses más tarde. Ahora los rastros del estiércol están convertidos en gas y dentro de cámaras, esperando la presentación que el lunes hará Lucas en la Feria Nacional de Ciencia y Tecnología. Su Autoalimentación Energética Hogareña competirá con más de 140 inventos de adolescentes y jóvenes de colegios todo el país. Presentarán controladores telefónicos de hogares, robots, ciudades manejadas por computación y hasta radares sonoros para ciegos. Los chicos niegan pertenecer al vapuleado clan de tragas escolares aunque algunos admiten que en sus agendas los inventos están mejor posicionados que la tevé. El tanque de estiércol quedó cerrado en un cuarto de la escuela EMET 17 de Floresta. Lucas Lirman destraba la entrada y ensaya mezclas con dos tubos de cobre. Así da cátedra se homogeniza el fermentado en los 150 kilos. El tambor lleva la materia prima que formará el gas capaz de abastecer de agua caliente, luz y gas una casa. Hay cables de goma en el suelo frente al tanque pedido en una estación de servicio, porque aclara hay que tratar de gastar poco por la cooperadora. La Feria está por iniciarse y las hipótesis sobre los interrogantes del jurado ponen en guardia a los inventores. Como buenos científicos no dejan sitio al azar. Por eso Lucas este fin de semana enmarca hojas impresas con gráficos y ensaya esas explicaciones que una vez él mismo buscó en el INTA, en libros y ante cada experimento parido. En su invento articula la biomasa con energía solar. Esto lo conoce todo el mundo señala ahora un panel solar, pero la combinación con el biogás creo que nunca se usó. Lucas se para ante una lata. Hay agua hirviendo dentro. Enciende un lamparón que emula el sol y por la noche apaga la luz se reemplaza esa energía por el biogás. Su idea tiene por destino una casa en medio del campo. A pocos kilómetros de su escuela, Pablo y Christian pensaron en cambio en una ciberciudad: usan la informática para controlar un barrio por computadora. Y todo por culpa de Steven Spielberg. En Jurasic Park dice Christian aparece una mina que maneja una puerta por computadora a través de una ciudad virtual. Pero eso es mentira. Molesto por el montaje inverosímil me colgué con esa puerta y me emperré hasta ver cómo se podía hacer para que funcione. Ese fue el primer paso. Del control sobre una puerta, pasó al ventilador y luces. Dispuesto a superar a Spielberg diseñó, junto a Pablo Petrocelli y otros cuatro amigos del Hogar Naval Stella Maris, un programa en Windows desde donde comanda el encendido y apagado de luminarias y cada semáforo de una ciudad minúscula: Con esto pueden evitarse congestionamientos porque el sistema dice el semáforo que está descompuesto y da la ubicación, explica Pablo y muestra un icono rojo que grafica la alarma. El invento está patentado y listo para un country, aseguran los seis chicos al mismo tiempo, previendo ganancias con anticipación. La voz de Juan está entrecortada. Tiene 13 y preparó un invento para ciegos. Es un sensor con forma de murciélago. Juan Paira y Federico Costa van a la Escuela número 9 Juan José Paso de Santa Fe, la misma ciudad en la que en marzo leyeron un informe de ciegos. Decían que se golpeaban con carteles o columnas, por eso pensamos en esto que emite un sonido para avisarles que se están por chocar. Porque se encarga de aclarar ellos tienen muy desarrollado el oído. El murciélago se cuelga al pecho. Lasondas del emisor crean un efecto envolvente cuando golpean con un obstáculo y vuelven al receptor. Juan repite ahora que lo del murciélago es nada más que la forma que eligió él y además que nunca se entrevistaron con ciegos para hacer el radar: Porque da cuenta de lo que le suena lógico no nos dejaron hablar con nadie. Como Pablo y Christian, César fue seducido por el control a distancia. Tiene 19 y el lunes traerá desde San Luis sus comandos telefónicos. En su invento una voz del otro lado del teléfono ofrece: Si desea verificar el equipo de música, digite uno; para verificar las llaves de luz, marque dos.... La técnica permitirá a despistados cerrar puertas, ventanas y apagar luces de casa vía teléfono desde sitios remotos. Decodificamos cada pulso y ocupamos cada tono con un código. César, del EPET número 1 Fray Luis Beltrán, se encarga de explicar cada paso del proceso y con la seguridad de un adulto indica que los teléfonos se convierten en alarmas de seguridad por sensores de temperatura. La idea se la dio Internet. Queríamos arrancar por decodificación un motor de auto y pensamos que se podrían hacer mil cosas. El invento fue presentado en la feria provincial y el equipo de jovencitos que lo ideó ya recibió ofertas de Telefónica. César llega a Buenos Aires el lunes, pero sabe que el trabajo no concluye hasta una semana después. El viernes tendrá el resultado de la Feria y el joven científico sabrá que puede volver al fútbol olvidado al menos en las últimas semanas: Es que tuvimos problemas con los módulos de voz que se disparaban solos.
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