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Por Pedro Lipcovich  En un clima
hondamente nacional, se anunció anoche la Primera Exposición de Sexo y Erotismo, que
funcionará en diciembre en el Centro de Exposiciones de la Ciudad: no ya body paint,
sino, sobre el cuerpo de una muchacha desnuda, “pintura como la que usaban los
aborígenes de nuestra tierra”. Y películas porno con imágenes de la porteñidad y,
sobre todo, “una exposición como las de Europa pero adaptada a nuestra sociedad:
mucho más light”. En Sexpo ‘98, se anunció, habrá desde sex-shops hasta
canales condicionados de cable y, prometen, “se promoverá la idea de sexo seguro
contra el sida”.Los pinceles de Fernando Palermo lamían la piel de la modelo Miriam Martínez. “Llamo a esto ‘pintura sobre el cuerpo’ y no ‘body paint’”, advirtió el artista, y anunció que los dibujos que empezaba a trazar con pintura de teatro “reproducirán los que se pintaban los aborígenes de nuestra tierra; quiero rescatar la tradición”. Miriam, mientras su cuerpo adquiría tal valor antropológico, se mantenía en silencio, la carita un poco aburrida, los pezones mustios. Sólo ante el brillo de los flashes fotográficos, se activó en ella una sonrisa oscura, y una turgencia. ¿Qué sentía Miriam mientras el pincel untaba de crema brillante su seno derecho? “No sé... –reveló a Página/12–, me sirve para mi carrera..., aunque todavía no me llamaron de ningún lado”. El pintor aprovechó para denunciar: “A menudo, en los desfiles le hacen pasar frío a la modelo: me mandan a pintarla al galpón del fondo...” La chica decoró la conferencia de prensa donde el periodista Rolando Hanglin y el director de cine porno Víctor Maitland anunciaron “Sexpo ‘98, la primera exposición de sexo y erotismo”. Será en el Centro de Exposiciones del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, del 4 al 7 de diciembre. Prohibida para menores de 18, contará con sex-shops, películas eróticas, lencería, perfumes, ropa de cuero sadomaso, canales condicionados de cable, revistas de swingers. Hanglin dará charlas sobre el tantra, “técnica que modifica la energía personal mediante la fuerza del sexo”. Roberto Cassolino, organizador de la Sexpo, explicó a este diario que “la idea surgió de la exposición de erotismo de Barcelona pero adaptada a nuestra sociedad: mucho más light: no va a haber sexo explícito como allá”. Habrá un stand de una agencia de escorts, “pero las chicas no van a estar”, decepcionó Cassolino. También se adaptarán a nuestra sociedad los restaurantes de comida erótica: “No van a tener comida erótica porque ya hay servicio de confitería concesionado”. La pornografía se presentará “en stands cerrados, no se verá desde los pasillos”. También previenen que “estará prohibido cualquier tipo de contacto sexual físico dentro de la muestra”. El cineasta Víctor Maitland reveló a este diario que su flamante film Dominación y sometimiento es “a la Argentina”, es decir, “leve”. La película, además de “mostrar imágenes de Congreso y relojes famosos de Buenos Aires”, aborda un problema nacional, la impuntualidad: “El protagonista llega tarde a su sesión de masoquismo y por eso lo castigan más”. También estará la Cámara de Propietarios de Albergues Transitorios, cuyo representante dijo a este diario que “queremos hacer conocer nuestra obra filantrópica”, consistente en “donaciones a entidades benéficas”. El apoderado –quien, con la proverbial discreción de su gremio, no reveló su nombre– hizo saber que “se nota un achique” en la demanda. Según los organizadores “los expositores deberán promocionar la idea de sexo seguro haciendo referencia a la lucha contra el sida”. Anuncian también charlas y debates sobre temas sexuales con profesionales especializados, pero ignoran todavía quiénes serán los especialistas. La Fundación Latinoamericana contra el Sida, que integra la organización, no es muy conocida entre las ONG del área VIH/sida.
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