Boca tiene alma de portero
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Por Juan Sasturain Las formas idiomáticas definen idiosincrasias, el empleo de las palabras es sintomático de usos y costumbres. Incluso --con perdón-- de ideología. Nada más claro que el léxico para comprender de antemano cómo se vive y entiende el fútbol, cómo se lo concibe en distintas latitudes. Por ejemplo, en la referencia a la valla. Nosotros la nombramos arco. Los españoles no pueden entenderlo, aferrados al tomo rectangular de la Academia donde han registrado marco como denominación oficial, remiten la cuestión a un asunto de ángulos y geometría. Pero no pasa por ahí, claro. Porque la oposición no es de forma --lo recto y quebrado vs. lo curvo-- sino de sentido. El marco español es apenas la parte externa de una entidad mayor y vulgar, la puerta, la portería, con su consabido y burocrático portero, mientras nuestro arco nombra una totalidad celebratoria de triunfo y desfile que es a la vez el hueco y los límites que lo configuran. Son actitudes que el lenguaje revela: arco es algo hecho precisamente para ser atravesado, está enfrente, es el arco rival; la puerta, en cambio, está hecha para poder cerrarse y debe ser defendida, es la propia puerta.
Por imposición lingüística o por tradición estratégica, se puede afirmar que los equipos españoles se paran en la cancha "delante de la portería" propia. Por el contrario --al menos teóricamente-- los argentinos se colocan "frente al arco" rival. El arco es algo hacia lo que se va para pasar; la puerta es algo que se cuida para que nadie pase. Bien: toda esta introducción para describir con propiedad qué es lo que hace Boca, este mezquino y eficaz Boca de Bianchi, justo protocampeón. Cuáles son sus relaciones con la valla propia, cuáles con la valla rival. Piensa en ambas, no sólo en una. Por eso tiene un goleador, pero también hace cinco fechas que no le convierten. Lo que ha habido es una evolución imperceptible al principio, alevosa últimamente. Comenzó el campeonato pensando en arcos (el arco rival, el Arco del Triunfo, claro) e iba al frente con Serna aguantando en el medio, Cagna por derecha, Navas por izquierda, Riquelme de enganche y los dos de lujo arriba. Y ganaba pero le hacían goles, a veces demasiados para su paladar unioneuropeo. Por eso, precisamente desde que se afianzó --jugando así-- en la punta y tiene algo que perder, hace rato que ya no tiene arcos sino una portería en la cabeza. Con el fiel Basualdo vino el hombre de confianza capaz de organizarle la seguridad, el control de documentos, los turnos de los patovicas, Y se sabe cómo es la mentalidad portera: vigilancia las 24 horas, control riguroso de salidas y entradas, prioridad a la limpieza, obligación de circular rápido, considerar sospechoso al que se estaciona. En fin, lo principal es que no entre ninguna persona ajena. Ayer, Bianchi plantó a Boca --durante una penosa y larga hora-- delante de la portería de Córdoba. Con delanteros dotados y sutiles como los que tiene, descansa (sin frazada) en el altísimo porcentaje de eficacia en las llegadas: en todo el segundo tiempo llegó una vez y fue golazo. Pero (sin lechuceos) no siempre será así. EL CUADRO DE BIANCHI ANOTO 3 PUNTOS VITALES Los números cierran siempre Por Juan Jose Panno Cuento machista: Adán está en el cielo , medio embolado y Dios, al verlo tan triste, le propone: --¿No te interesaría una mujer? --¿Una mujer? ¿Qué es eso? --pregunta Adán. --Una persona inteligente, divertida, comprensiva, simpática, que te va a mimar, te va a cuidar, te va a hacer ricas comidas, se va a encargar de los chicos, cuando discutan te va a dar la razón... --Ya entendí, ya entendí, me interesa --se entusiasma Adán. --Está bien, pero todo tiene su precio --aclara Dios--, te va a costar un ojo de la cara, una pierna y un brazo. --¿Y por una costilla qué me das? --pregunta entonces Adán. Adaptación libre: el hincha de Boca anda medio tristón porque hace muchos años que no puede festejar un título. Llega Bianchi y propone: --¿Querés ir primero? ¿Querés sacarle 20 puntos a River? ¿Querés alcanzar el record de River en el '96, 31 puntos en las primeras 13 fechas? ¿Querés tener la delantera más goleadora? ¿Querés salir camp... (Por razones de cábala Bianchi no completa nunca la palabra) ¿Querés andar diciendo que tenés una mina de 90-60-90? --Y sí, claro, !cómo no voy a querer!. --Está bien, pero todo tiene su precio --aclara Bianchi--, te va a costar algunos ratos de fastidio, algunos ratos del peor aburrimiento. La mina tiene ojos verdes, pero le vamos a poner anteojos, la vamos a tapar con una frazada y le vamos a poner un cinturón de castidad, para que nadie te la coquetee. --Bueno, pero yo la voy a poder disfrutar. --Disfrutarla, lo que se dice disfrutarla en el sentido del gozo estético, poquito --aclara Bianchi-- más bien poquito. No se va a entusiasmar con vos. Pero, eso sí, cuando la veas allá arriba en la tabla de posiciones vas a poder decir que es tuya, sólo tuya. --¿Qué hay que hacer? --pregunta, ansioso, el hincha de Boca. --Alquilarle el alma al diablo de la especulación. --¿Venderle el alma al Diablo? --pregunta, con cierta inquietud, el hincha. --Nunca dije venderle, sino alquilarle, al-qui-lar-le. Un poco jugamos como Dios manda, un poco la pasamos fenómeno, pero como nada es gratuito, cuando vamos ganando les regalamos la pelota a los contrarios, no arriesgamos nada, lo sacamos a Riquelme, lo dejamos a Basualdo en la cancha, lo ponemos al pibe Guillermo cuando faltan 10 segundos y todas esas cosas. ¿Me entendés? Y el hincha de Boca, harto de frustraciones pasadas, de andar penando en las oscuridades de la tabla, podrido de Bilardos y Veiras, compra, clava los ojos en la tabla, compra y canta feliz: "Diablo, mi buen amigo, esta campaña volveremo a estar contigo...".
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