Anoche el canciller Guido Di Tella seguía sacando conclusiones positivas de la visita presidencial al Reino Unido, pero su cara descansada revelaba el efecto sedante extraído directamente de Oxford, donde había estado visitando a un hijo mientras Menem probaba los links de Saint Andrews y de Birmingham. Impecable en su saco de tweed de profesor universitario, Di Tella era el único funcionario argentino que lucía en la solapa izquierda de su saco una amapola roja. Recuerda a los caídos ingleses en todas las guerras y la llevan estos días miles de británicos. .
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