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VOTAN EN EE.UU. LA LEGALIZACION DEL CANNABIS

La elección de la marihuana

En cinco estados, incluido Washington, la gente decidirá en los comicios de hoy si autoriza el uso medicinal de la droga.

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Por M.F.C.
Desde Nueva York

Página/12

en EE.UU.

t.gif (67 bytes)  Un nuevo capítulo de la saga "uso medicinal de la marihuana" se escribirá hoy en las elecciones estadounidenses, cuando los estados de Alaska, Hawai, Nevada, Oregon, Washington y el distrito de Columbia voten iniciativas que podrían liberalizar drásticamente el acceso al consumo de la hierba. Como esta instancia se ha vuelto clave para una aceptación mucho más masiva de la legalización de la droga, el movimiento pro uso medicinal se ha encontrado con la decidida resistencia de un sector de la clase política, representado por tres ex presidentes de Estados Unidos y una ex primera dama. Y también con la oposición de influyentes asociaciones sanitarias como la American Cancer Society y la American Medical Association. Encuestas recientes en Alaska, Oregon y Washington indican que la mayoría de los votantes en esos estados apoyarán la propuesta.

En Nevada, en cambio, el margen entre los que están a favor y los que se oponen es estrecho. También interesante es el caso de Arizona, donde hay una iniciativa para que la heroína, el LSD, la marihuana y otras drogas sean autorizadas previamente por la Food and Drug Administration para su uso médico. Esta iniciativa aparentemente no gozaría de un consenso mayoritario.

En la elección de 1996, California y Arizona votaron la legalización de la hierba para uso médico. Se establecieron así centros donde enfermos con diversas dolencias, desde sida y cáncer hasta glaucoma, pudieron comprar el nuevo medicamento sin temor a ser arrestados. Estudios realizados por un científico de la Universidad de Harvard abogan en favor del uso de la marihuana en un espectro bastante amplio de enfermedades. Por ejemplo, se señala que interrumpe el estado nauseoso y abre el apetito de los enfermos de sida. Y también serviría como sedante.

Sin embargo, el campo médico está dividido. Las instituciones más tradicionales han expresado su disconformidad frente a esta legalización. Además de la American Cancer Association y la American Medical Association, el National Institute of Health ha investigado el tema y resolvió que la marihuana no representa un aporte al tratamiento de los enfermos. El estudio del NIH advierte contra los peligros del consumo y subraya que no está probado científicamente que la hierba posea ventajas sobre los medicamentos ya existentes.

El debate ha cobrado tanta intensidad que el bando que se opone, liderado por la administración Clinton, reclutó a los tres ex presidentes, George Bush, Jimmy Carter y Gerald Ford, para que manifiesten su rechazo a las propuestas. En una carta abierta dirigida a los "queridos ciudadanos", que fuera solicitada por Barry Mc Caffrey, el director para los programas de control de drogas de la Casa Blanca, los ex mandatarios puntualizan que "estas iniciativas no están basadas en la mejor ciencia obtenible". También dicen que las propuestas estaduales "recortan nuestro compromiso nacional de que la Food and Drug Administration confirme la seguridad y efectividad de las medicinas antes de que sean aprobadas para uso público".

Mc Caffrey ha dicho que las iniciativas se adelantan, "prejuzgan", con conclusiones a los estudios que se están realizando sobre los presuntos beneficios de la marihuana en los pacientes con sida. En una serie de avisos para la televisión y la radio, Barbara Bush, una ex primera dama muy apreciada por la opinión pública de este país, lamenta que "se envíe a la juventud el mensaje de que la marihuana es una 'medicina'. No lo es. Es una droga ilegal y peligrosa".

El argumento de Bush se basa en que en años recientes ha habido un incremento del consumo de marihuana entre adolescentes y niños. Sin embargo, de acuerdo con las medidas estaduales a votación, la marihuana se legalizaría solamente para pacientes incluidos en una lista corta de enfermedades; entre ellas, cáncer, sida, glaucoma, dolor crónico, convulsiones y espasmos musculares. Quienes abogan por la aprobación de estas propuestas confían en que este enfoque limitado del uso de la hierba apelará a la compasión de los votantes con imágenes de sufrimiento apaciguado, apetito recuperado y náuseas desaparecidas.

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