Las
declaraciones contradictorias de los ministros a días de que se presentara el sábado, en
sociedad y ante el FMI, el plan gubernamental para sacar a Rusia de la crisis son muestras
de forma flagrante de la incapacidad del equipo dirigente para ponerse de acuerdo. Al
menos, ésta era ayer la opinión de los analistas políticos y económicos. No es
un gobierno, es un conjunto disparatado de personas que tienen opiniones totalmente
opuestas, explica Thierry Malleret, economista jefe del banco Alfa capital, quien
añadió: Su programa es un inventario de ideas que nadie sabe ni siquiera cómo
serán financiadas.
Valentina Matvienko, viceprimer ministra encargada de cuestiones sociales, aseguró el
lunes que el Estado no estaba en condiciones de pagar todos los atrasos salariales antes
de final de año, en particular los de los médicos y los profesores. Ello significó
una bofetada, reconoció el jefe de gobierno Yevgueni Primakov, quien se
había comprometido públicamente a reembolsar de inmediato la deuda acumulada desde hace
años. Por su lado, el número dos del gobierno, Yuri Masliukov, afirmó que la emisión
monetaria que se convirtió en inevitable para cerrar el presupuesto del cuarto
trimestre ascendería a 12 millones de rublos. Su colega de Finanzas había
asegurado el día anterior que sería de 20 millones, pero dos días antes, Mijail
Zadornov en persona explicó que Rusia imprimiría 25 millones de rublos en una entrevista
al diario Izvestia.
Estas declaraciones contradictorias de todos los ministros, unos liberales y otros
comunistas, no tienen nada de nuevo. Pero siguen apareciendo después de la presentación
del programa económico de Primakov este sábado que prevé un fuerte aumento de los
gastos, al mismo tiempo que un descenso de los impuestos y muy bajos ingresos y
revelan hasta qué punto el gobierno, profundamente dividido, está a merced de la
corriente, según los expertos.
Según la persona que hable y a quién se dirija, el discurso del gobierno varía
enormemente. Zadornov (liberal) dice algo, Masliukov (comunista) otra cosa, luego Primakov
mete cuchara y dice lo que quiere..., estima Nicolai Petrov, de la Fundación
Carnegie de Moscú. De hecho, Primakov juega un juego político prometiendo todo a
todo el mundo, estima este experto, para quien el número uno del gobierno está
dejando pudrir la situación como en la época soviética para ganar tiempo y
ocultar que no tiene una idea precisa sobre lo que quiere hacer.
El gobierno sigue sin tener garantizado el desbloqueo del préstamo de 4300 millones de
dólares del FMI. Pero tarde o temprano, y más allá de las medidas de austeridad que
quiera fingir ante el Fondo, Rusia deberá elegir entre emitir dinero o no pagar la
colosal deuda social del Estado.
SIGUE LA AMENAZA DE USAR LA FUERZA CONTRA IRAK
Penúltima batalla para Saddam
Mientras
Irak se preparaba ayer para la última batalla, con el fin de obtener el
levantamiento del embargo en su contra, Estados Unidos consultaba a sus aliados para
decidir qué actitud tomar, para que Bagdad vuelva a cooperar inmediatamente con los
inspectores de las Naciones Unidas que revisan las instalaciones donde supuestamente se
fabrican armas ABC (atómicas, bacteriológicas y químicas). En Nueva York, el Consejo de
Seguridad de la ONU se reunió ayer para examinar las posibles respuestas a la decisión
tomada el sábado por Irak de dejar de cooperar.
Londres y Washington advirtieron que todas las opciones estaban abiertas, tras
esta decisión inaceptable de Irak. El presidente del Parlamento iraquí,
Saadun Hammadi, declaró a la prensa que su país estaba dispuesto a toda
eventualidad. Estados Unidos tiene intenciones hostiles (hacia Bagdad), pero
esto no ha impedido que Irak defienda sus intereses vitales, agregó. Las
autoridades iraquíes organizaron este martes un funeral colectivo para 50 niños,
muertos a causa del embargo impuesto a Irak desde hace ocho años, tras la
invasión de Kuwait por las tropas de Bagdad.
Irak anunció el sábado la ruptura de toda forma de cooperación con la comisión
especial de la ONU encargada de su desarme (UNSCOM), a la que acusa de estar compuesta por
varios espías norteamericanos e israelíes y de hacer todo lo posible para que no se
levante el embargo petrolero en su contra. El secretario de Defensa estadounidense,
William Cohen y su par británico, George Robertson, ratificaron ayer en Londres que
todas las opciones están abiertas frente a Irak.
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