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Otro senador que el peronismo sacó de la manga

Al cierre de esta edición, el oficialismo se aprestaba a birlar otra banca, la del senador por Corrientes, correspondiente al PAL.

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Por Fernando Cibeira
y José Natanson

t.gif (862 bytes) Al cierre de esta edición, el PJ se aprestaba a dar un nuevo paso para asegurarse la continuidad de su estratégica mayoría en el Senado hasta el año 2001 aprobando el pliego del senador justicialista por Corrientes, Rubén Pruyas, en reemplazo del liberal Juan Ramón Aguirre Lanari. Gracias a su particular interpretación de una cláusula de la Constitución, el peronismo redondeó la hazaña de contar con la representación que le corresponde a la mayoría en una provincia en la que no gana desde 1973 y en la que en la última elección sacó el 15 por ciento de los votos. La controvertida maniobra se suma a otra irregular realizada hace dos semanas para promover la llegada de un senador justicialista en el Chaco y provocó la airada reacción de la oposición que anticipó que recurrirá a tribunales nacionales e internacionales para revocar los dos mandatos. Tanta fue la indignación que hasta el habitualmente medido Fernando de la Rúa consideró la jugada como "un golpe de Estado senatorial".

El tema promete generar un conflicto institucional. En un enérgico y por momentos gritado discurso, el jefe de los bloques de senadores de la UCR, José Genoud, no sólo insistió en que apelarán las designaciones a la Corte Suprema, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y hasta a la Unión Interparlamentaria Mundial, sino que advirtió que su bancada considerará ilegales todos los proyectos que sean aprobados a partir del 10 de diciembre con el voto de los dos senadores cuestionados. "Esto no es democracia, es una autocracia disfrazada", disparó.

El ideólogo de las flamantes incorporaciones, el ultramenemista Jorge Yoma, le respondió más o menos en el mismo tono. "Desconocer los actos de este Senado es volver a la época golpista del radicalismo", contraatacó. Y aseguró que su bloque votaría el pliego de Pruyas "con la frente bien alta", antes de cerrar su discurso muy aplaudido por los peronistas presentes en el recinto.

En el trasfondo de la disputa lo que está en discusión es el manejo del Senado luego del '99. Con quórum propio, el PJ se asegura la llave de las leyes que quiera aprobar un hipotético futuro gobierno de la Alianza y la posibilidad de congelar iniciativas, por ejemplo, juicios políticos a jueces e investigaciones a funcionarios del menemato. Para ello, se aprovechó de las ambigüedades planteadas en la cláusula transitoria cuarta de la Constitución que establece la forma en que las legislaturas provinciales deben elegir a los senadores por la minoría hasta el 2001, una invención de Raúl Alfonsín en el Pacto de Olivos --la del tercer senador-- para que la UCR no perdiera legisladores en un momento de vacas flacas.

Más de una vez durante la sesión de ayer, los justicialistas señalaron que los radicales estaban probando de su propia medicina y remontaban el origen de la neblinosa cláusula a las discusiones por el núcleo de coincidencias básicas que precedió a la reforma constitucional.

"Cuando debatíamos el mecanismo para elegir a los senadores por la minoría nosotros planteamos que se debía proscribir al partido que ya tenía dos senadores y hacer una elección entre el resto", sostuvo Yoma. Y agregó: "Pero como en muchos lados los radicales habían sacado menos votos que el Frente Grande y por eso prefirieron este sistema". El alfonsinista Antonio Berhongaray lo desmintió sólo en parte. "Nosotros propusimos la caducidad del mandato de todos los senadores, pero los peronistas no quisieron. La cláusula no es embarazosa, lo que la ha hecho embarazosa son las interpretaciones que hacen ustedes", le respondió a Yoma.

Pese a la tensión que rodeó el tema, la sesión de ayer cobró temperatura sólo por momentos. Es que una vez que el oficialismo consiguió quórum con la ayuda de algunos partidos provinciales, sólo quedaba el ritual de los discursos y esperar el momento de la votación, que al cierre de esta edición no había ocurrido. Una vez cerrada la extensa lista de oradores, nunca hubo más de una veintena de senadores sentados en sus bancas.

Debido a la banca por el Chaco que le birlaron en la anterior sesión, el protagonismo ayer fue de los radicales que defendieron con uñas y dientes un escaño que, en rigor, le correspondería al Pacto Autonomista Liberal que orienta el senador José Antonio Romero Feris. El candidato designado por el PAL para ocupar la banca y que cuenta con el dictamen favorable de la Justicia electoral, Carlos Tomasella, tuvo la oportunidad de hablar en el recinto. Intentó explicar que no había forma de contar de otra manera: en la Legislatura correntina el Pacto tiene 13 legisladores y el PJ 12.

Su comprovinciano Angel Pardo le contestó con la interpretación oficial del peronismo. Que dos de los legisladores del Pacto fueron expulsados de su partido, que formaron un bloque aparte y que, por lo tanto, ahora la mayoría les corresponde. Dio para las humoradas. El radical catamarqueño Pedro Villarroel planteó un interrogante: dijo que si el peronismo tenía un senador electo por la minoría y ahora uno más por la mayoría, a quién representaba entonces Romero Feris.

El radicalismo manifestó su repudio por todos los medios a su alcance. "Es evidente que la intención del Gobierno es garantizar su impunidad, para lo cual no duda en violar la Constitución creando una mayoría artificial en el Senado", expresó el bloque de diputados radicales a través de un comunicado. De campaña en Tres de Febrero, De la Rúa ideó la figura del "golpe senatorial". "Es muy peligroso porque se manejan con el engaño y la mentira sólo comparable con la designación de los jueces en la Corte Suprema", añadió.

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Rubén Pruyás

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Carlos Tomasella


 

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