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Por Maximiliano Montenegro El grupo Yoma no es el único gran clavo en la cartera de préstamos del Banco Nación. Ante la estrechez que origina la magra recaudación fiscal, Roque Fernández le está haciendo un pagadiós al banco oficial por nada menos que 1100 millones de dólares. Este es el pasivo oculto que, por una decisión política, dejaron al Banco Nación algunas privatizaciones, Yacyretá, el PAMI y hasta la provincia de La Rioja. El Tesoro se comprometió a pagar, pero en los últimos dos años ni siquiera abonó los intereses. La deuda amenaza la solvencia del Banco, ya que representa más del 10 por ciento de su cartera de créditos. Y Fernández la dejaría como un obsequio para el próximo gobierno. Como informó este diario, el Ministerio de Economía multiplicó en los últimos dos meses el pedido de fondos al Banco Nación para cerrar las cuentas fiscales acordadas con el FMI. Pero no es ese el mayor peligro para las finanzas de la entidad oficial. Según pudo saber Página/12, el Tesoro viene incumpliendo en todos los términos una deuda que, capitalizados los intereses impagos, asciende a más de 1100 millones de dólares. Aunque la cifra se manejó hasta ahora con la máxima reserva, esto es lo que le costó al Estado nacional privatizaciones de los últimos dos años como las del Ministerio de Defensa y la Caja Nacional de Ahorro y Seguros, y otras operaciones anteriores como el cierre del Banade y de los astilleros estatales. También hay una cuenta por 60 millones de dólares de Yacyretá, 40 millones para cubrir los déficit del PAMI y una factura por casi 8 millones de pesos de la provincia natal del Presidente (ver cuadro). Por una decisión política, el Banco Nación afrontó esas deudas con créditos propios, lo que también sirvió para mantener en secreto estas cuentas. Y el Tesoro otorgó un aval contra esos préstamos, comprometiéndose luego a reintegrarlos a la entidad bancaria. Pero lo cierto es que, urgido para cumplir con el FMI, Roque Fernández dejó caer todos los vencimientos de capital de los préstamos y ni siquiera pagó los intereses. Esta es una cartera en serias dificultades, porque Economía se comporta peor que una pyme, no paga nada, dicen en la entidad que comanda Roque Macarrone. Esta deuda es de lejos el mayor problema en la cartera de créditos de la entidad, ya que representa más del 10 por ciento del total de préstamos. Esa cartera podrida inhibe al Nación de aumentar los préstamos a personas, empresas y establecimientos agropecuarios. Me temo que esto va a quedar como un peligroso residual para el próximo gobierno, agregó la fuente. El hecho no sólo revela, de un día para el otro, que los argentinos deben 1100 millones más, que hasta hoy se mantenían ocultos. Además demuestra que, más allá de su discurso privatista, el equipo económico de Roque Fernández no se sonroja a la hora de utilizar al Banco Nación para enjugar el déficit fiscal, aún poniendo en riesgo la operatividad de la entidad. El manejo del Banco Nación para estas cosas ha sido siempre un problema de la Argentina, no vamos a hacer un escándalo por esto hoy, le dijo a este diario un funcionario de la Secretaría de Hacienda. Es absurdo que le paguemos, si somos los accionistas del Nación. Es como sacar de un bolsillo y poner en otro, agregó. Paradójicamente, Roque Fernández no se cansó de presionar en los últimos años a las provincias para que privatizaran sus bancos oficiales, con el argumento de que, por esa vía, financiaban déficit ocultos del gobierno.
INQUIETANTE AFIRMACION DE ZANOLA, DE LA
BANCARIA
Esto no terminó con el Mayo, pero no queremos dar nombres (de bancos en problemas)
para no hacer terrorismo, gatilló ayer el titular de La Bancaria, Juan José
Zanola. La advertencia fue dirigida a Pedro Pou, el cuestionado presidente del Banco
Central, a quien calificó de fundamentalista por su visión de la banca de
capital nacional.
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