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DEUDAS OCULTAS POR 1100 MILLONES
Más cuentas secretas

El Ministerio de Economía mantiene una deuda de 1100 millones  de pesos con el Banco Nación. Para cumplir con el FMI, no paga  ni los intereses y compromete la solvencia del banco oficial.

Roque Macarrone, presidente del Banco Nación.
Quiere que el otro Roque pague la deuda con la entidad.

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Por Maximiliano Montenegro

t.gif (67 bytes) El grupo Yoma no es el único gran clavo en la cartera de préstamos del Banco Nación. Ante la estrechez que origina la magra recaudación fiscal, Roque Fernández le está haciendo un “pagadiós” al banco oficial por nada menos que 1100 millones de dólares. Este es el pasivo oculto que, por una decisión política, dejaron al Banco Nación algunas privatizaciones, Yacyretá, el PAMI y hasta la provincia de La Rioja. El Tesoro se comprometió a pagar, pero en los últimos dos años ni siquiera abonó los intereses. La deuda amenaza la solvencia del Banco, ya que representa más del 10 por ciento de su cartera de créditos. Y Fernández la dejaría como un obsequio para el próximo gobierno.
Como informó este diario, el Ministerio de Economía multiplicó en los últimos dos meses el pedido de fondos al Banco Nación para cerrar las cuentas fiscales acordadas con el FMI. Pero no es ese el mayor peligro para las finanzas de la entidad oficial. Según pudo saber Página/12, el Tesoro viene incumpliendo en todos los términos una deuda que, capitalizados los intereses impagos, asciende a más de 1100 millones de dólares.
Aunque la cifra se manejó hasta ahora con la máxima reserva, esto es lo que le costó al Estado nacional privatizaciones de los últimos dos años como las del Ministerio de Defensa y la Caja Nacional de Ahorro y Seguros, y otras operaciones anteriores como el cierre del Banade y de los astilleros estatales. También hay una cuenta por 60 millones de dólares de Yacyretá, 40 millones para cubrir los déficit del PAMI y una factura por casi 8 millones de pesos de la provincia natal del Presidente (ver cuadro).
Por una decisión política, el Banco Nación afrontó esas deudas con créditos propios, lo que también sirvió para mantener en secreto estas cuentas. Y el Tesoro otorgó un aval contra esos préstamos, comprometiéndose luego a reintegrarlos a la entidad bancaria. Pero lo cierto es que, urgido para cumplir con el FMI, Roque Fernández dejó caer todos los vencimientos de capital de los préstamos y ni siquiera pagó los intereses.
“Esta es una cartera en serias dificultades, porque Economía se comporta peor que una pyme, no paga nada”, dicen en la entidad que comanda Roque Macarrone. Esta deuda es de lejos el mayor problema en la cartera de créditos de la entidad, ya que representa más del 10 por ciento del total de préstamos. Esa “cartera podrida” inhibe al Nación de aumentar los préstamos a personas, empresas y establecimientos agropecuarios. “Me temo que esto va a quedar como un peligroso residual para el próximo gobierno”, agregó la fuente.
El hecho no sólo revela, de un día para el otro, que los argentinos deben 1100 millones más, que hasta hoy se mantenían ocultos. Además demuestra que, más allá de su discurso privatista, el equipo económico de Roque Fernández no se sonroja a la hora de utilizar al Banco Nación para enjugar el déficit fiscal, aún poniendo en riesgo la operatividad de la entidad.
El manejo del Banco Nación para estas cosas “ha sido siempre un problema de la Argentina, no vamos a hacer un escándalo por esto hoy”, le dijo a este diario un funcionario de la Secretaría de Hacienda. “Es absurdo que le paguemos, si somos los accionistas del Nación. Es como sacar de un bolsillo y poner en otro”, agregó. Paradójicamente, Roque Fernández no se cansó de presionar en los últimos años a las provincias para que privatizaran sus bancos oficiales, con el argumento de que, por esa vía, financiaban déficit ocultos del gobierno.

 


 

INQUIETANTE AFIRMACION DE ZANOLA, DE LA BANCARIA
“Sé de bancos con problemas”

t.gif (862 bytes) “Esto no terminó con el Mayo, pero no queremos dar nombres (de bancos en problemas) para no hacer terrorismo”, gatilló ayer el titular de La Bancaria, Juan José Zanola. La advertencia fue dirigida a Pedro Pou, el cuestionado presidente del Banco Central, a quien calificó de “fundamentalista” por su visión de la banca de capital nacional.
El dirigente gremial recalcó que “el acuerdo del Central con el Citibank implica dejar mucha gente en la calle”, estimando que perderán su trabajo 1000 de los 1800 trabajadores de la fallida entidad, cuya transferencia quedaría hoy materializada.
En una conferencia de prensa, Zanola mostró también su indignación porque Pou subestimó las ofertas de los bancos Provincia y Nación, que pujaron por sucursales del Mayo. En su opinión, “Pou parte del prejuicio de que todo lo oficial está mal administrado”. Incluso señaló que no le sorprendería que el funcionario “llegue a decir que tampoco le gusta el Banco de Galicia”. Es más, al retomar el tema de nuevos bancos que estarían enfrentando inconvenientes, enfatizó “sé de bancos con problemas pero me temo que una acción del Central terminaría agudizándolos”.
Por otra parte, el cacique del gremio bancario informó que el sindicato presentó ayer un recurso ante la justicia laboral por violación de la conciliación obligatoria cuya vigencia concluye hoy. La medida se basó en que el acuerdo de venta al Citibank implicara que el BC consultara previamente a los trabajadores.
Además, Zanola destacó que el banco estadounidense garantizó alrededor de 1500 “puestos de trabajo”, lo que implica que podría quedar en la calle la totalidad de los empleados del Mayo. Al respecto fuentes del Central dijeron a este diario que la entidad que preside Carlos Fedrigotti comenzaría el próximo lunes –a través de una consultora privada– a seleccionar el personal que quedaría.
“Creo que hay posibilidades de dejar abiertas más sucursales”, dijo el secretario general de La Bancaria. Precisamente éste fue el eje de la reunión que mantuvo en la tarde de ayer con el ex presidente Raúl Alfonsín, técnicos de la Alianza y delegados del personal del Mayo. El ex mandatario anunció que crearán una comisión para “estudiar el proceso de extranjerización de la banca” y la situación laboral en el banco intervenido.

 

Avance de los extranjeros

“Creo que un país necesita un sistema financiero que tenga mucho más basamento vinculado a los intereses locales”, dijo ayer Carlos Heller, gerente general del Banco Credicoop. Además, el ejecutivo consideró –en una entrevista radial– que al presidente del Banco Central, Pedro Pou, “le gustan los grandes bancos y tiene una idea favorable a la presencia de la banca internacional”.
En la misma línea argumental, Heller admitió que “tengo severos cuestionamientos a la política de concentración y extranjerización”. Al respecto recordó que la participación de la banca extranjera que “hace unos cinco o seis años era del 15 por ciento ahora trepó al 43,4”. Para el banquero esos fenómenos exceden incluso al Central porque se dan en todos los campos de la economía. No obstante, reconoció que no ha visualizado ninguna actitud de discriminación negativa desde el Central respecto de su entidad. En relación con las responsabilidades del Central en la caída del Patricios y del Mayo, Heller justificó sus medidas porque lograron que “los depositantes no pierdan sus ahorros”.

 

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