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CLINTON LANZO UNA OFENSIVA CONTRA LOS REPUBLICANOS
Bill se puso los pantalones

Luego del triunfo del martes, el presidente norteamericano le pidió al Congreso de mayoría republicana que acelere el proceso  de destitución para dedicarse a “los problemas del futuro”.

Los Clinton en la entrega de la Medalla Nacional de las Artes.
La pareja presidencial sonríe después de la victoria demócrata.

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t.gif (67 bytes)  A caballo del resultado electoral del martes, Bill Clinton tomó nuevamente las riendas de la Casa Blanca. El presidente norteamericano salió ayer a decirle a la mayoría republicana en el Congreso –que se mantiene pero con cuatro diputados menos– que el proceso de destitución iniciado por el caso Lewinsky sea “rápido”. Los republicanos acusaron impacto: el presidente del comité de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes, Henry Hyde, dijo que va a intentar terminar sus trabajos antes del último jueves de este mes y que para ello, en lugar de citar a una fila interminable de testigos para la investigación, sólo se convocará al fiscal independiente Kenneth Starr. En el Partido Republicano ya están pidiendo la cabeza de Newt Gingrich, el presidente de la Cámara de Representantes, considerado el padre de la derrota.

“Subestimé hasta qué punto la gente se puede hartar de una cobertura de televisión y radio de 24 horas, y hasta qué punto este escándalo se convirtió en desagradable por efecto de su repetición incesante”, dijo Gingrich. Pero esta tardía reflexión –tardía no sólo porque se produce después de los resultados, sino también porque las mismas encuestas antes de los comicios mostraban a un públi-
co indiferente al escándalo Lewinsky– es insuficiente para contener el enojo que ya se desató contra quien en 1994, a caballo de lo que se llamó la “revolución conservadora”, consiguió una mayoría republicana en el Congreso norteamericano. Luego de una campaña electoral que a dos semanas de las elecciones había bajado los decibeles sobre el caso Lewinsky, Gingrich fue el responsable de una ofensiva final cuya idea era la de plebiscitar la conducta sexual de Clinton. Los votos rechazaron este tipo de propuesta o, en todo caso, ese “plebiscito” aprueba lo que hizo el presidente en materia sexual.

“Va a haber grandes cambios en nuestro partido, todos los sectores lo quieren”, dijo ayer Christopher Shays, congresista por el estado de Connecticut. Su colega Joe Scarborough, de Florida, declaró: “Necesitamos tener algo más que varones blancos del sur liderando el Partido Republicano en Washington. Necesitamos también un programa y un calendario”. La “revolución conservadora” de Gingrich ha reducido la base republicana a los varones de derechas de la clase media. Asustados por su extremismo, las mujeres y las comunidades hispana y negra acudieron el martes en socorro de los demócratas. De hecho, los únicos republicanos que triunfaron fueron los hermanos George y Jeb Bush, caracterizados precisamente por la moderación y la apertura a las mujeres y las minorías étnicas y culturales.
Más allá del resultado de las rencillas internas de los republicanos, los ojos estarán puestos ahora en el Congreso, donde por primera vez en 64 años el partido del presidente en funciones logró aumentar su representación en elecciones de mitad de mandato (mid term). Además de Starr, Hyde declaró que se convocará en la Cámara de Representantes a un jurista neutral especializado en los temas de mentira bajo juramento. El diputado republicano afirmó que otros testigos potenciales, como Betty Currie (secretaria de la Casa Blanca), Vernon Jordan (amigo de Clinton) o la misma Monica Lewinsky, ya habían comparecido ante Starr, quien ahora se convertirá de acusador en acusado. Los demócratas del Comité Judicial de la Cámara baja no se privarán de someterle a un interrogatorio inquisitorial sobre sus motivos y sus métodos en el caso.
Pero la ofensiva de Clinton sobre el nuevo Congreso que asumirá en enero –que conservará una mayoría republicana reducida en cuatro asientos– no se limita a la rapidez con la que se archive el nombre de Monica Lewinsky. El presidente norteamericano anunció que impulsará varios proyectos de ley rechazados este año por el Congreso, como el rescate del sistema de pensiones (amenazado de quiebra en el 2020 por el crecimiento demográfico en Estados Unidos). Clinton también presentará un proyecto sobre losderechos de los enfermos frente a las empresas de asistencia médica administrada y para la construcción o restauración de 5000 escuelas.
“Los norteamericanos enviaron un mensaje más que claro a quien lo quiera escuchar”, dijo ayer Clinton para justificar este ataque de actividad. “Quieren que nos ocupemos de los problemas del futuro y eso es lo que estamos haciendo. Están hartos de ver que a Washington sólo le interesa la politiquería y los personalismos”, remató el presidente.

 

MIRADOR
RUSIA
Caída de la Casa Rusia

Ayer el deterioro del cuerpo político ruso llegó al daño físico cuando un jubilado atentó con un coche bomba contra una de las torres del Kremlin. Quería manifestarse ante la sede del gobierno en protesta porque no recibía su jubilación desde hace dos meses. Había traído consigo una bomba para suicidarse si la protesta fallaba. Cuando la policía lo bloqueó, el jubilado provocó con un disparo accidental un estallido que causó tres heridos y daños al edificio. “Motivos políticos y sociales”, fue la explicación del ministro del Interior Viktor Stepashin acerca del atentado. Razón no le falta. Actualmente, el partido gobernante Nuestra Casa Rusia enfrenta la perspectiva de una hambruna para el invierno, con cosechas que se predicen serán las peores en 40 años. Asimismo, el gobierno está en un momento delicado, ya que de nuevo se enfrenta a Gazprom, el mayor monopolio de gas natural del mundo y la fuente mayor de divisas rusas. Ya el año pasado el gobierno tuvo que retroceder en sus esfuerzos para que la empresa pague sus impuestos cuando ésta amenazó con un masivo corte del gas. Ahora el gobierno pretende nada menos que su privatización. Esta confrontación coincide con la debilidad del Poder Ejecutivo en manos del presidente Yelstin, en precario estado de salud. Y ayer la Duma le negó la reforma constitucional que le hubiera permitido presentarse para un tercer mandato.

 

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