El presidente
Carlos Menem firmó ayer un decreto que desbloqueará la importación de naftas a partir
del 1º de enero de 1999. La resolución oficial permitirá, a quienes ingresen
combustibles líquidos del exterior, pagar los impuestos en forma escalonada, como ocurre
con las operaciones realizadas en el mercado interno. La demorada decisión apunta a bajar
el precio de las naftas que han reflejado sólo en mínima medida el derrumbe del precio
internacional del petróleo. Así, el oligopolio petrolero local logra embolsarse
según adelantó en su momento Página/12 la friolera de más de 1000 millones
de pesos anuales adicionales.
La resolución dispone, al mismo tiempo, que la Secretaría de Energía adopte todas
las medidas tendientes a desarrollar un mercado mayorista de combustibles. Según
aseguró Menem, el próximo martes estaría firmada la reglamentación que lo
pondrá en vigencia inmediatamente.
Les habíamos advertido varias veces a las empresas petroleras sobre la posibilidad
de tomar esta decisión, señaló el mandatario en conferencia de prensa. En
un país que se autoabastece, no es posible que haya precios más elevados que en otras
partes del mundo y agregó que inclusive en lugares donde llega petróleo
argentino la nafta está más barata que aquí.
La norma reconoce que el sistema tributario no funcionaba en forma neutral, afectando
el desarrollo competitivo del sector. De este modo, alude a la asimetría,
reiteradamente denunciada por diversos sectores, que favorece a las grandes petroleras y
refinadoras locales.
El Gobierno estima que el régimen especial de pago a cuenta, previsto para comienzos del
año próximo, puede tener un impacto importante sobre las condiciones de
competencia del mercado. Sin embargo, los estacioneros agrupados en la Federación
de Empresarios de Combustibles (Fecra) aseguraron ayer, por boca de su titular, Carlos
Calabró, que el impacto sobre los precios de las naftas en el corto plazo puede aparejar
una reducción de entre el 2 y el 3 por ciento. La razón estriba en que se
reducirán los costos financieros que implica inmovilizar un capital equivalente al total
de los impuestos antes de la comercialización del producto. Los mismos trepan a más del
60 por ciento del precio del combustible desembarcado.
Además, Calabró, quien consideró al decreto como un paso importante para la
competitividad de este mercado, aclaró que la mejora quedará restringida a las
estaciones de servicio de bandera blanca. Estas son apenas un 10 por ciento de las 6000
que existen en el país, el grueso controladas por YPF, EG3, Shell y Esso. Al respecto,
Jorge Lapeña, presidente del Instituto General Mosconi, señaló a este diario que la
verdadera medida de fondo es introducir la competencia en la
comercialización, refiriéndose al hecho de que con el actual oligopolio es
muy fácil tener acuerdos de precios.
En la misma línea se manifestaron los diputados Emilio Martínez Garbino y Mario Cafiero
del PJ. El primero dijo que el anuncio es auspicioso pero no va a resolver el
problema de la diferencia entre el precio internacional del crudo y el precio final de los
combustibles.
Tarifas para abajo Las
distribuidoras de energía eléctrica se beneficiarán durante el próximo quinquenio con
una rebaja del 8 por ciento en las tarifas que pagan por el transporte de líneas de alta
tensión. En audiencia pública, Transener, la transportista a la que alcanza la
resolución adoptada ayer por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (Enre), había
solicitado un aumento. Además de desestimarlo, y de disponer la rebaja, el órgano de
control fijó nuevas normas que buscan mejorar la calidad de su servicio. La caída del 8
por ciento es para los próximos cinco años, pero entró en vigencia en forma retroactiva
desde el 17 de julio pasado. Transener participa con el 2,4 por ciento de las ventas de
energía eléctrica a las distribuidoras. |
BRASIL NO ENTIENDE QUEJAS ARGENTINAS
Diálogo de sordos
Las
autoridades brasileñas siguen calificando de malentendido lo que sus pares de
Argentina interpretan como un conflicto comercial. El ministro de Industria del país
vecino, José Botafogo Gonçalvez, insistió ayer en que la solicitud de licencias previas
de importación no traba el comercio, sino que es una simple herramienta para un
mayor control sanitario de las mercaderías que ingresan.
En cambio, uno de los negociadores por la parte argentina, el secretario de Relaciones
Internacionales Jorge Campbell, aseguró que ese requerimiento complica nuestras
exportaciones a Brasil. Hasta el momento las negociaciones se asemejan a un diálogo
de sordos, dijeron fuentes de la Cancillería a Página/12. Ellos dicen que las
medidas no nos afectan y, en todo caso, nos piden que demostremos lo contrario,
explicaron. Además, el gobierno brasileño plantea que este diferendo debe formar parte
de una negociación global, en la que se incluyan otros dos temas conflictivos: las trabas
argentinas para las exportaciones brasileñas de azúcar y el nuevo régimen automotor.
Quieren mezclar papas con cebollas, porque así extienden la discusión,
interpretó en diálogo con este diario Rosario Solari, directora de la Cámara Argentina
de Exportadores.
Los cancilleres de ambos países volvieron a encontrarse ayer, al participar en Montevideo
de la cumbre de Aladi, pero no lograron avances. Lo único que ratificaron fue que las
negociaciones continuarán dentro de quince días, con una reunión en Uruguayana. La
novedad saliente del cónclave en Montevideo fue que los países miembros de Aladi
aceptaron la solicitud de Cuba de incorporarse a ese cuerpo. El objetivo de ese país es
afianzar su integración comercial con la región, y se especula con que podría ser un
paso previo a un convenio con el Mercosur.
En cuanto al conflicto con Brasil, existen diferencias internas entre los negociadores
argentinos. El secretario de Industria, Alieto Guadagni, presionado por la UIA y los
exportadores, mantiene una posición más dura, mientras que la Cancillería prefiere
seguir el diálogo, antes de recurrir a un tribunal arbitral.
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