A menos de
una semana del inicio del Festival Internacional de Mar del Plata, las ocho entidades que
reúnen a la totalidad de la industria cinematográfica argentina, pidieron ayer la
renuncia de Julio Mahárbiz como titular del Instituto Nacional de Cine y Artes
Audiovisuales (INCAA) y anunciaron, sin usar el término, un boicot a la muestra,
por la falta de solución a la grave crisis del sector. La dura toma de
posición es el corolario de un proceso iniciado hace dos meses, cuando las agrupaciones
que nuclean a los actores, directores, productores y técnicos del cine nacional se
declararon en estado de asamblea permanente. Desde entonces vienen denunciando la
profundidad de la crisis que afecta a la industria local, a raíz de las irregularidades
en la administración de los fondos del INCAA y de los recortes presupuestarios para
créditos y subsidios a la producción, que se agravarían en el ejercicio 1999,
reduciéndose en un 40 por ciento. Sin embargo, esta es la primera vez que le piden al
gobierno nacional la cabeza de Mahárbiz, cuyo Festival boicotearán.
Ya en un comunicado anterior, del 23 de octubre, las entidades habían repudiado en
todos y cada uno de sus términos una supuesta solución al problema económico
anunciado por Mahárbiz, que prometía compensar las deudas del Instituto con los
productores por subsidios impagos hipotecando los presupuestos del organismo de los
próximos años. Ayer, después de una reunión en la que se debatieron las distintas
alternativas a seguir, las entidades representativas de la totalidad de la ramas de la
industria local resolvieron finalmente oficializar su rechazo al festival y solicitar su
alejamiento como director nacional de cinematografía, por considerarlo generador y
responsable de esta crisis y el mayor obstáculo para encontrar soluciones a la
misma.
Fue una decisión consensuada de todos los sectores, afirmó Luis Puenzo a
Página/12. Siempre intentamos proceder con sensatez, pero fue imposible dialogar
con el Instituto. Nos pareció una medida muy dura, pero en este momento la única
posible. Para la productora y directora Lita Stantic, es absurdo participar de
una fiesta, como debe ser un festival de cine, cuando nuestro propio cine está en un coma
terminal, pero aclara que el pedido de renuncia de Mahárbiz coincide ahora con el
inicio de la muestra porque los tiempos se fueron dando de esta manera. No aparecen
soluciones a la vista y después del Festival termina el año y ya no va a haber ocasión
de seguir discutiendo el tema. De hecho, la preocupación de los cineastas también
se extiende a la decisión que tome el Congreso nacional cuando tenga que votar la Ley de
Presupuesto 1999, en la cual los fondos del Instituto pueden llegar a reducirse de 60
millones a 37, según el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo. Es por ello que el
comunicado de las entidades exhorta al Poder Legislativo nacional a ser consecuente
con la política de apoyo al cine argentino garantizando el efectivo cumplimiento de la
Ley de Fomento a esta actividad, votada unánimemente hace sólo cuatro años.
Para Puenzo, fue el mismo Poder Ejecutivo, en todos sus niveles, desde el presidente
Menem hasta Mahárbiz, el que precipitó esta decisión con su actitud. Paralizaron todo
el diálogo y las gestiones que veníamos llevando a cabo con los legisladores
oficialistas y hasta con la jefatura de gabinete. El palo en la rueda no es lo
único que motiva el pedido de renuncia de Mahárbiz, sino fundamentalmente su
sistemática negativa a cumplir con la Ley de Cine. Según el director de La historia
oficial, las deudas que tiene el Instituto de los ejercicios del año pasado y de
este año las transfiere hacia el futuro, comprometiendo los presupuestos de 1999 y del
año 2000 de manera ilegal, porque la Ley de Cine especifica claramente la necesidad de
trabajar con presupuestos cerrados año a año.
Según Roberto Miller, titular del Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina
(SICA), nada de esto hubiera sucedido si el director no hubiera confiado en su
amistad con el Presidente para resolver el problema con el presupuesto por medio de un
decreto. En 1997 se produjeron 36 películas y este año el número no superará las 20.
Tenemosun 30 por ciento de desocupación en el sector y una actividad en franco retroceso,
a punto de la paralización total. A esto, agrega Miller, se suma la falta de
democracia y consenso sectorial en el funcionamiento del Instituto, que llevaron a la
desarticulación del organismo de contralor, que según fija la ley es el Consejo
Asesor.
Según Puenzo, el presupuesto no solamente se reduciría en 1999 de 60 a 37 millones
de pesos, sino que de estos fondos el Instituto, vulnerando la ley, utiliza de gastos
operativos entre 16 y 17 millones, cuando antes de Mahárbiz funcionaba apenas con dos
millones. Entonces se da la situación absurda de que el Instituto, para administrar
subsidios que no van a superar los ocho millones de pesos, tiene gastos superiores al
doble de esa cifra. Mahárbiz no contestó ayer ninguna de las acusaciones. Pero
debe estar a la espera de la opinión de su jefe directo, el presidente Carlos Menem.
El texto de la ruptura Las
entidades del cine abajo firmantes han decidido:
1) No participar del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata por la falta de
solución a la grave crisis que soporta nuestra industria. La realización de este
festival no tiene en cuenta el principal factor que lo sustenta: la existencia de una
sólida industria cinematográfica. Las comisiones directivas de estas entidades, por este
medio, invitan a sus asociados a no concurrir.
2) Reiterar al Poder Ejecutivo Nacional la necesidad de implementar con toda urgencia las
medidas que prometiera el Sr. Presidente de la Nación instruyendo a sus colaboradores en
la reunión mantenida con estas entidades el 31 de agosto del corriente año.
3) Exhortar al Poder Legislativo Nacional a ser consecuente con la política de apoyo al
cine argentino garantizando el efectivo cumplimiento de la Ley de Fomento a esta
actividad, votada unánimemente hace sólo cuatro años en el Honorable Congreso de la
Nación y promulgada por este mismo gobierno.
4) Solicitar la renuncia del señor Julio Mahárbiz como Director Nacional de Cine y Artes
Audiovisuales, por considerarlo generador y responsable de esta crisis y el mayor
obstáculo para encontrar soluciones a la misma.
Firman:
*Asociación Argentina de Actores
*Asociación General de Productores Cinematográficos de la Argentina
* Asociación de Productores Independientes de Medios Audiovisuales
*Asociación de Realizadores y Productores de Artes Audiovisuales
*Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica
*Directores Argentinos Cinematográficos
*Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina
*Sociedad Argentina para la Promoción de las Artes Audiovisuales. |
Tres opiniones sobre el conflicto |
Marcelo Piñeyro
El festival no es el centro de la cuestión, el problema fundamental es la
situación terminal de la industria cinematográfica. El comunicado es un intento de
llamar la atención de las autoridades nacionales ante la crisis, porque el máximo
responsable de que se haya llegado a esta situación es Julio Mahárbiz. Por eso pedimos
su renuncia. Después de nuestros reclamos, Miguel Solé, en representación de la
Jefatura de Gabinete, planteó algunas posibles vías de solución. Sugirió incluso una
reunión con Mahárbiz, que las entidades aceptamos sin problemas, pero Mahárbiz no
asistió, con el argumento de que no tenía nada que discutir con nosotros. Nunca hubo
posibilidad de diálogo con él.
Lita Stantic
Durante toda su gestión Julio Mahárbiz no respetó nunca la Ley de Cine. Esto
provocó que ahora el Instituto de Cine esté en rojo y le deba dinero por recuperación
industrial tanto a películas de bajo presupuesto, como Pizza, birra y faso, cuanto a
grandes producciones como las de Adrián Suar. Además hubo muchas resoluciones que le
dieron un poder como director del Instituto que la ley no le otorga. Se sirvió del miedo
que tiene la gente de cine de caer en desgracia y de no poder volver a filmar. Dividió a
la industria y condicionó el accionar del Consejo Asesor y de la Asamblea Federal, que
debían funcionar como organismos de contralor y planificación y terminaron suscribiendo
sus decisiones, hasta llegar a esta ruina.
Luis Puenzo
El festival sigue siendo un tema menor. Aquí lo central es que la gestión de
Mahárbiz al frente del Instituto ha sido desastrosa y ahora la corona con esto que él
llama una solución y en realidad es un disparate, porque compromete seriamente el
presupuesto del organismo para los dos años venideros, proyectando las deudas con lo
productores al futuro. Si el cine argentino ya estaba en crisis cuando comenzamos a hacer
públicos nuestros reclamos, ahora está peor. Pero aquí también hay responsabilidades
compartidas. La Asamblea Federal, que refrendó acciones de Mahárbiz, va a tener que
hacerse cargo de lo que le hayan hecho firmar. También van a tener que rendir cuentas
aquellos cineastas que rodearon la gestión de Mahárbiz. |
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