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PROYECTO DE BERHONGARAY: DISOLVER LA SECRETARIA DE INTELIGENCIA
Soñar con un mundo sin Side

Cansado de los escándalos que rodean a la SIDE un sector de la Alianza propone cortar por lo sano. Presentaron un proyecto de ley que directamente suprime el organismo. Quejas de los espías.

El senador Berhongaray recoge una antigua aspiración opositora.
Su propuesta alternativa genera la discusión de los especialistas.

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Por Sergio Moreno

t.gif (67 bytes) La SIDE es una obsesión de la oposición. Y cerrarla, un viejo sueño. Ahora puede transformarse en realidad. Un proyecto de ley del senador radical Antonio Berhongaray lo propone sin eufemismos: en el artículo 60º del proyecto de Ley de Inteligencia dispone que “quedan disueltas la Secretaría de Inteligencia de Estado y la Central Nacional de Inteligencia” para crear otro sistema de seguridad e inteligencia. La iniciativa desató revuelo, preocupación y nerviosismo en el organismo, cuyos hombres, sotto voce como acostumbran (ver aparte), salieron a hablar pestes del texto.
El 18 de octubre del año pasado, Página/12 reveló el resultado de un seminario realizado por especialistas radicales, frepasistas y de las fuerzas armadas y de seguridad, donde se concluyó la necesidad de poner fin a la casa de los espías civiles, tal como se la conoce ahora. Lo mismo ocurre en la iniciativa de Berhongaray. En los fundamentos de la ley, desarrollados a lo largo de doce carillas, el pampeano sostiene que:
* “No puede hablarse de la existencia de conducción y control por parte del responsable primario de hacerlo: el Poder Ejecutivo.
* “La actual estructura de inteligencia, que continúa poseyendo las características, regulación jurídica, estructura, funciones y facultades propias de un país totalitario, dificulta en la práctica toda posibilidad de ejercicio de control.
Más adelante describe que el sistema de información e inteligencia existente está caracterizado por:
* “Dedicación de la gran mayoría de sus elementos a la seguridad interior, e incluso a la política interna del país, analizada esta última desde el punto de vista fundamentalmente ideológico.
* “Multiplicidad de organismos dotados de medios propios de obtención de información, generándose superposiciones, fricciones y, en definitiva, derroche de medios humanos y materiales.
* “Total falta de control político, parlamentario y judicial de las actividades de los organismos en cuestión.
La argumentación del proyecto no tiene piedad con el funcionamiento y las prácticas que llevan adelante los espías criollos, y carga contra la expansión invasiva del Poder Judicial a través del traspaso que hizo el Ejecutivo a la SIDE de la Dirección de Observaciones Judiciales (la famosa O.J. u “ojota”, que se encarga de las escuchas telefónicas), el incremento de los gastos reservados sin ninguna fiscalización y la falta de eficacia de la Central Nacional de Inteligencia (CNI).
El trabajo del senador pampeano no es el único que ha presentado o elaborado la UCR sobre seguridad e inteligencia nacional. Desde 1990 una serie de especialistas recaban información y abordan el tema para tratar de resolver la obsesión en que se ha transformado la SIDE para la oposición. Los redactores originales de los proyectos madre han sido José Manuel Ugarte, asesor de Berhongaray, y el especialista Eduardo Estévez. Otro radical que ha desarrollado proyectos en el área es Ricardo Natale, ex subsecretario de la SIDE durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Desde el Frepaso, también sus principales entendidos han dado a conocer sus deseos de cerrar la SIDE y reformular integralmente el accionar de los espías argentinos.
La propuesta
El proyecto de Berhongaray divide el sistema de inteligencia y le aplica un férreo control ministerial y parlamentario. Luego de definir qué es cada organismo y en qué constará su tarea, dispone en su artículo 4º crear un nuevo Sistema Nacional de Información e Inteligencia integrado por:–El gabinete de Política de Inteligencia, presidido por el Presidente de la Nación.
–La Secretaría de Coordinación de Información e Inteligencia, Secretaría de Estado creada en el ámbito de la Presidencia de la Nación.
–El Consejo de Coordinación de Inteligencia, que dependerá del secretario de Coordinación.
–Las subsecretarías de Inteligencia Interior, Inteligencia Exterior e Inteligencia para la Defensa, dependientes cada una de los ministerios que llevan el mismo nombre.
–Los organismos de inteligencia de las Fuerzas Armadas, de Seguridad y de la Policía Federal Argentina.
Lo que pretende el proyecto es dividir la inteligencia interior de la exterior y de la militar. Por ello ubica cada subsecretaría en dependencia de cada ministerio.
En cuanto a las garantías de los derechos individuales, el texto señala:
* “Ningún organismo u órgano de información y/o inteligencia estará facultado para la realización de tareas represivas, ni para el cumplimiento por sí de funciones policiales, ni poseerá facultades compulsivas” (Art. 27º).
* “Queda prohibida la obtención de información y/o la producción de inteligencia sobre los ciudadanos por el solo hecho de su raza, fe religiosa u opinión pública, o su adhesión a principios de movimientos sindicales, cooperativos, asistenciales, culturales... (Art. 28º)
* “No podrá ser funcionario o empleado de ningún organismo de inteligencia quien por su conducta y vida pública no proporcione adecuadas garantías de respeto a la Constitución Nacional y de adhesión a los principios democráticos que informan al Estado argentino” (Art. 29º).
* Crear la Dirección de Observaciones Judiciales (O.J.) bajo la dependencia de la Cámara Nacional de Apelaciones Federal en lo Criminal y Correccional. Los agentes que la conformen no podrán superar los 200. Toda la tarea de escuchas telefónicas dentro de la Argentina deberán contar con aprobación judicial.
* Todos los aparatos de intercepción de comunicaciones deberán ser registrados en el Registro Nacional de Armas (Renar).
* Se incorporará un Capítulo IV bis en el Código Penal de la Nación mediante el cual se castiga con penas de entre dos a quince años, según sean los casos, a los autores de diversas violaciones a la privacidad, sea interceptando líneas telefónicas, correspondencia, filmaciones, informáticas etc., y utilizare esa información. En caso de que quien realice estas violaciones sea un funcionario del Estado, las penas y las inhabilitaciones se duplican.

 


 

LAS CRITICAS AL PROYECTO
Los espías no se entregan

Por S.M.

t.gif (862 bytes) Los más preocupados con la iniciativa son los espías, con Hugo Anzorreguy a la cabeza. Nadie en la calle 25 de Mayo al 100 cree que el proyecto de Berhongaray se transforme en ley, al menos en lo que resta del mandato de Carlos Menem. Pero el empeño demostrado por la oposición en cerrar la SIDE y reformular el sistema de inteligencia, sea en diversos proyectos presentados en el pasado (uno de los cuales, contó con la firma de radicales y frepasistas –Carlos “Chacho” Alvarez entre éstos– y llegó a obtener una media sanción en el Congreso), sea en seminarios y definiciones públicas, quita el sueño a funcionarios políticos y de carrera dentro de la secretaría.
“Todos sabemos que las cosas, así como están ahí adentro, no van más. Pero esta insistencia es demasiado”, confió a Página/12 un espía profesional de alto rango que, obviamente, prefiere el anonimato.
Los espías analizaron minuciosamente el proyecto. Y sus conclusiones no son benévolas con el texto de Berhongaray. Un agente operativo, que calificó como “ensalada” al proyecto, detalló las principales críticas que le hacen en la SIDE:
* “Hay una excesiva carga burocrática en la creación de organismos nuevos de inteligencia.
* “El proyecto genera relaciones de mando y subordinación cruzados que van a dificultar el funcionamiento.
* “Otorgar funciones de inteligencia a los ministerios es demencial. Por ejemplo con la Cancillería. En un artículo se establece que, además de los agentes específicos en la Cancillería, los diplomáticos también van a aportar información. Con eso estamos transformando a todos los diplomáticos en agentes, y ¿qué país te va a entregar el placet a un diplomático sospechado de espía?
* “Las facultades del Congreso (de monitoreo y control) son excesivas”.
El nerviosismo de los servicios civiles se enanca en la insistencia opositora en barajar y dar de nuevo en lo referente a la inteligencia nacional, y se expresa en el minucioso seguimiento que hacen de cada movimiento aliancista en ese sentido. para los espías, la posibilidad de que el Gobierno cambie de manos en 1999 va adoptando la forma de un mal sueño.


 

Cuando la designación de los senadores tiene olor a impunidad

Fernández Meijide dijo que Jorge Yoma acordó entregar su banca a Menem para garantizarle cobertura legal más allá del ‘99. “Que se calle la boca porque cada vez que habla mete la pata”, le contestó el legislador.

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Graciela Fernández Meijide, diputada del Frepaso.
“Menem asumirá en el Senado en lugar de Yoma.”

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Jorge Yoma, senador del justicialismo.
“¿Quién mejor representa a La Rioja que Menem?”

Por José Natanson

t.gif (862 bytes) Graciela Fernández Meijide se sumó ayer a la polémica por la designación de los dos senadores justicialistas. La diputada señaló que el menemismo está construyendo en la Cámara alta una “cueva de protección” y agregó que “Carlos Menem tiene arreglado con (Jorge) Yoma que renuncie a su banca para asumir como senador”. Según la candidata del Frepaso, esta maniobra le permitiría al Presidente garantizarse impunidad a partir de 1999. Si bien sostuvo que todavía no conversó sobre el tema con Menem, Yoma dijo ayer a Página/12 que estaría dispuesto a cederle su lugar en la Cámara alta. Y añadió: “Si los senadores representan a las provincias, ¿quién mejor para representar a La Rioja que el propio Carlos Menem?”.
La polémica en el Senado comenzó hace tres semanas, cuando el PJ designó al peronista Hugo Sager como representante del Chaco, aunque esa banca le correspondía a la Alianza, que cuenta con mayoría en la Legislatura provincial. La segunda nominación se concretó el miércoles pasado. El oficialismo utilizó sus 37 votos para imponer a Rubén Pruyas como senador de la mayoría por Corrientes, a pesar de que el Pacto Autonomista Liberal es el partido con mayor número de legisladores en esa provincia y a pesar de que existe un fallo en contra de la Justicia. Con estas dos maniobras, el oficialismo se aseguró quórum propio hasta el 2001 en un lugar clave: el control de la Cámara alta le permitiría condicionar a un futuro gobierno –aliancista o duhaldista– y obligaría a la oposición a tener que consensuar políticas con el menemismo.
Ayer, Fernández Meijide sumó un elemento nuevo. La diputada recordó que el senador Jorge Yoma –el responsable de fundamentar jurídicamente las dos designaciones– había confesado públicamente la posibilidad de cederle a Menem la banca de senador por La Rioja y justificó esta maniobra en la presunta necesidad del Presidente de no ser investigado una vez que abandone el poder. “El menemismo está trabajando activamente para que el próximo gobierno se comprometa a no perseguir a Menem. No tengo dudas de que es el propio Presidente el que está dando instrucciones para apropiarse de bancas a cualquier precio”, señaló la diputada.
Fernández Meijide añadió que “el oficialismo está construyendo en el Senado una cueva de protección, porque va a ser el único recurso que le quede al Presidente y a todo el sector delincuencial que está con él”. En diálogo con este diario, Yoma admitió que estaría dispuesto a renunciar a su banca para que asuma Menem. Pero explicó que todavía “no hubo un pedido del Presidente en este sentido”.
Como otros dirigentes opositores, Meijide dijo que “las leyes que salgan votadas por los senadores truchos no se reconocerán” en un futuro gobierno de la Alianza. “Lo que pretende hacer la oposición con este tipo de declaraciones –dijo Yoma– es abonar el terreno para tomar el control del Senado de manera ilegítima. Ojalá la oposición no vuelva a lo más negro de su larga historia golpista”. A continuación, el senador le recomendó a la candidata del Frepaso “que se calle la boca, porque cada vez que habla mete la pata”.
El contrapunto entre Fernández Meijide y Yoma se suma a una catarata de declaraciones que surgieron desde ambos bandos. Algunos opositores, como el senador radical Antonio Berhongaray, llegaron a plantear la posibilidad de reformar la Constitución para derogar la cláusula transitoria 4ª. Esto implicaría que todos los senadores deberán abandonar sus bancas y que sus reemplazantes se elegirán por voto directo. Desde el oficialismo, el único en cuestionar la maniobra fue Carlos Ruckauf. El vicepresidente consideró “de una inmensa gravedad institucional” la designación del senador por Corrientes, aunque no explicó por qué comenzó presidiendo la sesión en la que se concretó la nominación.
Más allá de las declaraciones, lo cierto es que el gobierno del Chaco interpondrá el miércoles un recurso ante la Corte Suprema de Justicia. En el caso de Corrientes, el bloque radical en el Senado se presentará antela Corte Interamericana de Derechos Humanos y ante la Unión Interparlamentaria Mundial.

OPINION
Por Eugenio Zaffaroni

¡Así no, que se rompe!

Por primera vez un integrante de la Alianza plantea la posibilidad de disolver el Senado y reemplazar a sus integrantes a través de elecciones directas.

El Senado está incurriendo en una serie de disparates constitucionales, pero, como si eso fuera poco, merece una seria advertencia política: ¡Muchachos, así no que se rompe!
El Senado era una institución obsoleta y sin origen democrático directo. Cada provincia y la ciudad de Buenos Aires tenían dos senadores, escogidos por las mayorías de las Legislaturas y que, en virtud de un mandato insólito (9 años), permanecían en funciones cuando éstas ya habían cambiado, es decir, terminaban representándose a sí mismos.
La reforma de 1994 fue racional: acortó el mandato a seis años y dispuso la elección directa y la representación de la minoría. Pero eso recién sucedería en el 2001, porque los senadores con mandato hasta el 2001 pusieron esa condición. Por eso no tenemos un Senado integrado por elección directa y con mandatos de duración racional.
Además de este vicio de origen, ahora el Senado: a) nombra senadores que no proponen las legislaturas; b) aprueba los diplomas según criterios anárquicos, que cambian en cada caso conforme a lo que convenga para nombrar a los del partido oficial; y c) se sospecha que en algún caso puede motivarse en la preservación de alguna persona de un proceso penal.
Desde lo constitucional, habrá senadores con diplomas nulos, junto a otros que permanecen sólo porque torcieron el brazo del constituyente de 1994, postergando la voluntad directa del pueblo hasta el 2001.
Esta política es inconmensurablemente irresponsable. Cualquiera sea el candidato que triunfe en 1999, tendrá en sus manos y en bandeja de plata y oro, todos los argumentos legitimantes de un anti-fujimorazo, en caso de resultarle molesto el Senado. Ante la formidable falta de legitimidad producida por estas aberraciones, cuando quiera podrá invocar un estado de necesidad pública y optar por clausurarlo, adelantando la aplicación del sistema constitucional de elección directa, convocada en treinta o cuarenta días.
No se necesitan más que dos o tres nuevos escándalos para que, en el futuro, una eventual medida tan extrema cuente con amplísimo apoyo de la opinión pública: desde lo político nadie podría criticar a quien decide reemplazar un cuerpo integrado irregularmente con personas que el pueblo no votó, por otro conforme a la Constitución y votado directamente por el pueblo.
Quizá como nunca sea necesario recomendar que el oficialismo pare la mano, antes de que sea demasiado tarde. Ahora sí que es cierto: así se rompe.
* Presidente del Bloque Frepaso, Legislatura de la Ciudad.

 


 

Las dudas de Alfonsín

t.gif (862 bytes) La iniciativa de Berhongaray, por la dureza de sus críticas, preocupó a Raúl Alfonsín, que trata de mantener buenas relaciones con Hugo Anzorreguy.
El alfonsinismo considera que el actual jefe de los espías está lejos de ser el funcionario ideal, pero rescatan “su condición democrática” y temen que el Gobierno lo reemplace por algún hombre de Alberto Kohan o de Carlos Corach. Cuando circuló el nombre del juez federal de San Isidro, Roberto Marquevich, como posible reemplazante de Anzorreguy, la reflexión de uno de los hombres de confianza de Alfonsín fue: “¡Dios nos libre!”. Esta semana circuló el nombre de César Arias. “La verdad es que se superan: imaginarse a Arias sentado en la SIDE hace que uno empiece a ver con buenos ojos a Marquevich”, ironizó.
No bien comenzó a circular el proyecto Berhongaray los gestos de preocupación se instalaron en los rostros de varios dirigentes alfonsinistas. “Si esto cobra estado público –le dijo uno de ellos a este diario–, se va a armar quilombo.”

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