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Por Claudio Zlotnik  El financista
George Soros romperá hoy otro récord en la Argentina. Además de ser el mayor
terrateniente y el más grande operador de bienes raíces, el inversor de origen húngaro
tendrá a partir de esta tarde el shopping en funcionamiento más grande del país: el
Abasto. Se calcula que los 120.000 metros cuadrados del complejo recibirán la visita de
100 mil personas por día. El Abasto es el noveno centro comercial de Alto Palermo SA, la
sociedad controlada por Soros y los chilenos de Parque Arauco. Los dueños del nuevo
shopping prevén una facturación anual de 300 millones de dólares. Los nueve
establecimientos del grupo facturarán 1202 millones de dólares durante el ‘99.El Abasto insumió una inversión de 170 millones de dólares. Sus tres niveles comerciales albergarán 188 locales, 12 salas de cine con un total de 3400 butacas, un patio de comidas con capacidad para 1700 personas sentadas, un parque de diversiones, una plaza techada de 3 mil metros cuadrados y un “Museo de los niños” de 4 mil metros cuadrados. Ya están alquiladas el total de unidades disponibles. El 40 por ciento de la superficie del shopping se destinará al rubro entretenimiento. Habrá estacionamiento para 900 autos. Para marzo del ‘99 está prevista la apertura del hipermercado Coto, de 15 mil metros cuadrados, ubicado en una manzana lindante con el Abasto. La última vez que el Abasto abrió sus puertas fue hace catorce años, cuando un ejército de cuarenta inspectores municipales colocó fajas con la leyenda “clausurado”. El inmueble, construido hace más de cien años, funcionó desde 1934 como mercado concentrador de frutas y verduras. Pero junto con la desaparición de los changarines y los camiones cargueros -que se mudaron al Mercado Central–, el barrio cayó en el abandono y el desprestigio. Cerraron los bares, los hoteles y las casas de tango. Al lado del templo vacío se fueron sumando las viviendas tomadas. Varios intentos por reciclar el Abasto fracasaron: existieron proyectos para convertirlo en sede de la secretaría de Cultura o del Archivo General de la Nación. Tampoco se concretó la propuesta de la cooperativa El Hogar Obrero para transformarlo en un centro cultural. El actual edificio diseñado por el ingeniero José Luis Delpini, el mismo autor de la cancha de Boca, pasó a manos de IRSA, la empresa de bienes raíces de Soros en Argentina, en el ‘94. Tras varios remates que quedaron desiertos, El Hogar Obrero –que había entrado en convocatoria de acreedores– le vendió el 80 por ciento del Abasto por 47,5 millones de pesos. El 80 por ciento fue pagado por el rescate de bonos de deuda TipHogar –que estaban en poder de bancos y pequeños ahorristas– al 40 por ciento de su valor nominal. Y el 20 por ciento restante, 9,5 millones, IRSA los pagó en efectivo. El despliegue de Soros en el negocio de los shopping centers llegó de la mano de los nuevos hábitos de los consumidores argentinos. Los 36 centros comerciales que existen en el país reciben 18 millones de visitas por año. Y este año venderán por más de 2.000 millones de dólares. A su vez, los inquilinos le pagan a los operadores entre 25 y 50 dólares por cada metro cuadrado que ocupan. Alto Palermo SA regentea un total de 1.168 locales y una superficie alquilada de 165.759 metros cuadrados (ver cuadro). La inauguración del shopping Abasto se produce dos años después del anuncio oficial de su construcción. En aquella oportunidad, Soros se quedó sorprendido por la magnitud del complejo. Hoy a las 19, cuando Carlos Menem corte la cinta de inauguración, el popular financista no estará a su lado. “A partir de hoy le empezamos a cambiar la cara al barrio”, afirmó Gabriel Juejati, el presidente de Alto Palermo SA, en diálogo con Página/12. Se refería, además, a las seis torres de departamentos que IRSA comercializa en la zona. En total son 920 viviendas, de las cuales 600 ya están vendidas. El barrio del Abasto se reinventa. El monumento a CarlosGardel que también se inaugura frente al antiguo café Chanta Cuatro será testigo de la reconversión.
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