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LA ACTUALIDAD SEGUN OTROS IMPORTANTES DIARIOS DEL MUNDO

Crisis palestina

The Washington Post

Ya es evidente que el acuerdo de Wye Plantation abrió y profundizó divisiones internas entre los palestinos. Israel tiene sus propios problemas para controlar la violencia religiosa y la de los colonos. Pero como políticamente es más coherente, Israel está en una mejor posición para contener a sus marginales. Y las autoridades podrán hacerlo mejor ahora que los partidos que protegen a la derecha son vistos más claramente como obstáculos a la paz. Para Arafat las cosas son más difíciles. Es que tiene que enfrentarse con hombres que él mismo armó, y cuyo desafío a su autoridad hasta ahora había evadido.Crisis rusa

International Herald Tribune

Una teoría dice que los norteamericanos llevaron a cabo una política destinada a fragmentar a Rusia y llevarla a la bancarrota. Imagínense a Bill Clinton dedicando tiempo a esa trama secreta. Vamos, camaradas: la idea es ridícula. Pero es más verosímil si se piensa en las condiciones de los préstamos del FMI. Para complacer al FMI, el Banco Central no emitió, y los rusos se quedaron sin rublos. La consiguiente baja del consumo provocó la economía virtual de mercados financieros débiles y especulación financiada desde el extranjero que explotó este verano.Pinochet: la
extradición

Siguiendo las indicaciones del juez Baltasar Garzón, el gobierno español pidió la semana pasada la extradición de Augusto Pinochet, que espera en una clínica psiquiátrica el resultado de la apelación contra su inmunidad como jefe de estado. En expresión de “profundo malestar”, la Cancillería chilena llamó a su embajador en España para hacerle “consultas urgentes” y criticó la actitud de Madrid.

El Mundo

Alguien debería explicarles al gobierno chileno y a los partidos pinochetistas –quizás eso les ayudará a completar su particular transición a la democracia– en qué consiste la división de poderes. Sería bueno que se enteraran de que, en los estados de derecho dignos de ese nombre, los políticos no mandan sobre los jueces. El propio responsable de Exteriores chileno, el socialista José Miguel Insulza, ha incurrido en el mismo error, al preguntarse públicamente si la firma de Baltasar Garzón “vale más que la del Rey y la del presidente del gobierno” de España. Debería saber –él con más motivo– que no vale ni más ni menos: que cada cual ejerce su autoridad en el ámbito que le asigna la Constitución española.
(Editorial)

El País

No deja de ser curiosa la llamada a Santiago del embajador en Madrid, cuando hace bien pocos años, en 1993, el gobierno y los militares chilenos reaccionaban con dignidad herida porque el entonces gobierno socialista español también llamara a consultas al embajador por la actuación de los tribunales chilenos en el llamado caso Soria. La historia da muchas vueltas y hoy aquella llamada a la independencia judicial se vuelve en contra de las autoridades chilenas (...) Que España formalice la persecución de un dictador responsable de diversos crímenes realizados fuera de sus fronteras es un paso más hacia la universalización de la defensa de los derechos humanos.
(Editorial)

ABC

Lo que ahora debe asumir Chile, país perfectamente integrado en la comunidad internacional, es que esta universalidad no obedece a un inexistente prurito neocolonial hispano, sino a una nueva concepción de la defensa de los derechos humanos, más allá de toda frontera, compartida por la mayoría de las naciones avanzadas y desde luego por la Unión Europea. Pues aunque España tiene la obligación de indagar la suerte de sus ciudadanos, de lo que en verdad se trata es de que la Humanidad pida cuentas de los crímenes contra ella cometidos. No se busca juzgar, si tal cosa llega a ocurrir, el modo de superar el pasado de un pueblo, sino “tan sólo” de preguntar por 3196 vidas.
(Editorial)Pinochet: la
transición

La semana pasada legisladores socialistas y derechistas viajaron a Londres para presenciar y prestar declaración en las audiencias de la Cámara de los Lores, que decidirá si ratifica o no la inmunidad dada a Pinochet porla Alta Corte de Justicia británica. Este hecho se suma a la discusión sobre el carácter de la transición chilena a la democracia y a la legitimidad de la amnistía que favoreció a Pinochet.

El Mercurio

El testimonio de la profunda división que se vive en el plano interno se ha trasladado en estos días al exterior, donde los parlamentarios del ala izquierda oficialista dedican sus mayores energías a frustrar la aspiración de su propio gobierno de hacer respetar los fueros de la diplomacia y la Justicia chilenos (...) En el plano de la opinión pública interna es ostensible el respaldo mayoritario que recibe la postura del presidente frente a este delicado problema (...) El caso Pinochet ha puesto a prueba, pues, los esquemas de alianza que se sustentaban en la necesidad de vencer a un adversario político común y en conveniencias partidistas o electorales.
(Editorial)

La Tercera

Cualquier sea el epílogo de este episodio, las relaciones políticas en nuestro medio serán distintas de las de hace poco más de dos semanas. Y ese cambio no constituirá precisamente un aliciente para quienes desean dejar atrás el pasado, pues ha quedado demostrado que éste continúa vigente, más allá de lo presupuestado por muchos. En consecuencia, surge para el conjunto de la sociedad chilena el deber ineludible de abordarlo sin más verdades a medias ni medias mentiras y, sobre todo, con el propósito de reparar los agravios que de él derivaron para múltiples personas. Esto último, sin distinción de bandos ni con criterios sectarios que sólo advierten ofendidos en uno y ofensores en otro.
(Editorial)

Qué pasa

Dos miembros de la Comisión de Verdad y Reconciliación, creada por el ex presidente Aylwin precisamente para investigar la muerte y desaparición de personas en el régimen militar, los juristas Raúl Rettig y Gonzalo Vial han manifestado públicamente que no conocen hechos que permitan culpar al ex presidente Pinochet de los delitos que se cometieron durante su gobierno. Sin embargo, la propaganda dice a gritos que es un asesino (...) El drama de nuestro país y de Pinochet es que somos una nación sin peso internacional suficiente, que ha tenido la audacia de desafiar a la extrema izquierda, que ha triunfado sobre ella y que ha establecido un modelo de sociedad y economía libres con pleno éxito.
(De una columna de Arturo Fontaine)Elecciones
norteamericanas

En las elecciones de renovación legislativa del martes, los republicanos conservaron la mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado. Pero no obtuvieron una victoria avasalladora. Contaban con poder capitalizar en su favor el escándalo sexual de Monica Lewinsky. Ahora el presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich renunció, y el impeachment está un poco más lejos.

The New York Times

La derecha tiene que aprender algunas lecciones de los resultados del 3 de noviembre. La primera es que no toda política es local. Esta elecciónestuvo nacionalizada por la cuestión del impeachment. Los votantes estuvieron motivados por el temor o la esperanza de que Clinton perdiera el puesto. La segunda es que muchos americanos –de los que se preocupan por ir a votar– no creen que mentir bajo juramento sobre cuestiones sexuales justifique por sí solo quitarle el puesto a Clinton. La tercera es que, para seguir adelante con el impeachment, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes tiene que aportar pruebas que vayan más allá del caso Lewinsky.
(William Safire)

Libération

Como un boomerang, la Starrmania que amenazaba al presidente golpeó a la derecha republicana, que en Estados Unidos tiende a confundirse con la “derecha religiosa” (la expresión que se usa para evitar hablar de fundamentalismo). ¿Victoria de la influencia latino-europea sobre el puritanismo protestante? ¿Rechazo de ver a un Starr hipócrita convertirse en un gran inquisidor? ¿Voluntad de no comprometer un ciclo económico que es benéfico para la mayoría? Un poco de todo esto hubo en las elecciones. Pero los demócratas no hicieron una gran elección. Y el Congreso quedó en manos republicanas, que no le van a hacer las cosas más fáciles a un presidente que entregará el poder en dos años.

Le Monde

Va a resultarles cada vez más difícil a los republicanos escapar a las acusaciones de caza de brujas. Esto podría incitarlos a aceptar un compromiso –por ejemplo, limitarse a un voto de censura– con el jefe de la Casa Blanca. Las especulaciones se concentran ahora en las elecciones presidenciales del año 2000. El vicepresidente Al Gore, que parece ser el delfín designado por Bill Clinton, podría enfrentarse a George W. Bush, el hijo del último presidente republicano, que en estas últimas elecciones fue reelegido triunfalmente como gobernador de Texas. El joven Bush hizo su campaña buscando el consenso, y supo mantenerse lo más lejos posible de las posiciones extremistas de la derecha de su partido. El perfil centrista tiene la ventaja de gustar a los dos extremos.

 

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