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Por Raúl Dellatorre El valor de las
exportaciones volvió a caer en setiembre pasado, al igual que en agosto, en un siete por
ciento con respecto al año anterior. Pese a que también comenzaron a declinar las
importaciones, el déficit comercial se sigue ampliando: en los últimos doce meses,
según los cómputos oficiales, alcanzó a 5810 millones de dólares. Los 20.144 millones de dólares exportados en los primeros nueve meses del año resultaron apenas superiores en un uno por ciento a los casi 20 mil millones vendidos en igual período de 1997. En cambio, las importaciones aumentaron en un 9 por ciento, habiendo alcanzado este año a 24.100 millones de dólares hasta setiembre. El valor de las importaciones descendió en setiembre un tres por ciento con respecto al mismo mes del año anterior. Es la primera vez en más de dos años que las estadísticas registran un descenso interanual en las compras al exterior. El efecto de la crisis asiática sobre las ventas argentinas al exterior se evidenció en una caída del 24 por ciento en el valor de los envíos a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, Corea, China y Japón. Las exportaciones a dichos países orientales totalizaron 1544 millones, en tanto que las importaciones que tuvieron a los mismos países como su origen aumentaron a 3055 millones de dólares. Las compras a Japón (1139 millones) crecieron en un 38 por ciento con respecto al año pasado, siendo el país de origen que más aumentó su participación en las importaciones argentinas entre ambos períodos. Mientras que entre las exportaciones al Asia predominaron las manufacturas de origen agropecuario (dentro de las cuales el aceite es el rubro principal), entre las importaciones se destacaron las de bienes de capital. Argentina también pagó tributo a la crisis a través del deterioro de sus términos de intercambio. Esto es, el efecto de la deflación sobre los precios de los productos que compra y que vende el país en el exterior. Mientras el precio de sus exportaciones se deterioraron en un 10 por ciento en los primeros nueve meses del año en relación a 1997, mientras que el beneficio que recibió por el abaratamiento de sus compras fue tan sólo del 4 por ciento. Exclusivamente por el efecto precios, Argentina dejó de recibir entre enero y setiembre 2189 millones de dólares por los volúmenes exportados. En cambio, sólo se ahorró 908 millones de dólares por el menor precio de los productos importados. El efecto neto negativo alcanzó a los 1281 millones de dólares, como resultado de la especialización argentina en productos de baja elaboración. Esta diferenciación en el valor agregado que el país exporta e importa se reflejó también en el saldo comercial con distintos bloques de naciones. Con el Mercosur, Argentina mantiene un comercio superavitario, mientras exhibe déficit en el intercambio con el NAFTA (América del Norte) y con la Unión Europea. Los productos primarios, los combustibles y las manufacturas de origen agropecuario representan, en conjunto, el 67 por ciento de las exportaciones argentinas. De las manufacturas de origen industrial, que constituyen el resto de las ventas externas, casi las dos terceras partes (4127 millones de dólares) fueron colocadas en los tres países socios del Mercosur. Y entre ellas, el rubro principal es el automotor, cuyas ventas van en más de un 95 por ciento a Brasil por convenios intraempresa de las terminales multinacionales que dominan en este sector.
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