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Por Raúl Kollmann Desde la cárcel
de Devoto, Carlos Alberto Telleldín le dijo a Página/12 que presentará pruebas
de que el juez Juan José Galeano le pagó 400.000 pesos por firmar una declaración en la
que confesó --falsamente-- haberle entregado a un grupo de policías bonaerenses la
Trafic que estalló frente a la AMIA. Telleldín dice que esa versión fue redactada por
Galeano y que él sólo puso la firma a cambio de dinero. Por el contrario, el armador de
autos truchos sostiene ahora su historia inicial: que le vendió la camioneta a una
persona de acento extranjero a la que no puede identificar salvo por su nombre falso:
Ramón Martínez. Telleldín va a exponer todo esto ante la Cámara Federal ya que ayer
presentó la apelación a su procesamiento como cómplice del atentado. "El pacto era el siguiente --señaló Telleldín a este diario--: yo firmaba el escrito imputando a los policías encabezados por Ribelli y él me daba la excarcelación en este mes de octubre que pasó. Además, me entregaron 400.000 pesos en dos cuotas de 200.000. Mientras cerrábamos el trato, Corach estaba en la habitación de al lado". --¿Y qué pruebas tiene? --insistió Página/12. --Tengo pruebas, incluso me pueden salir de testigos algunos de los detenidos por una operación de tráfico de drogas. Además está el famoso video en el que justamente estábamos negociando la plata y estoy seguro que él tiene videos de otras negociaciones. --¿Quiere decir que usted mintió a cambio de dinero en una causa en la que hubo 86 muertos? --Mire, estoy en la cárcel y quiero salir. Además, necesitaba el dinero. Lo hice por eso: por la excarcelación y por mejorar mi situación aquí. La realidad es que Telleldín fue imputado como cómplice del atentado por ser el último poseedor de la Trafic que se usó como coche bomba. Más allá de sus dichos, que fueron cambiando reiteradamente, el armador de autos truchos fue procesado por Galeano por algunas pruebas de peso: * El motor que apareció dentro de la AMIA estaba a su nombre y él lo tuvo hasta ocho días antes del atentado; * En la misma jornada del ataque hay varios testigos que sostienen que escucharon a Telleldín, a su esposa y a sus hijos decir que en el atentado se usó su camioneta. En ese momento, ni siquiera se sabía que los terroristas utilizaron un coche bomba. * Las distintas versiones --contradictorias entre sí-- de Telleldín sobre la forma en que entregó el vehículo le quitaron credibilidad. La deducción del magistrado es que si el armador de autos truchos miente es porque formaba parte de la banda y está encubriendo a sus cómplices. En principio, si Telleldín cumple con lo que adelanta, beneficiará al poderoso ex comisario Juan José Ribelli y a otros policías bonaerenses presos por el atentado. El juez Galeano sostiene que cuenta con pruebas contra ellos --llamadas telefónicas, dos testigos que dicen haber visto el momento en que se llevaron la camioneta desde lo de Telleldín y algunos viajes de Ribelli a la zona de la triple frontera--, pero perdería una prueba de gran valor que es la confesión del armador de autos truchos. La causa pasará a la Cámara Federal, que resolverá sobre la apelación de Telleldín y ante la cual el armador de autos truchos piensa presentar las evidencias del arreglo con Galeano. Paralelamente, los familiares agrupados en Memoria Activa, que pugnaron por el procesamiento de Telleldín por considerarlo la pieza clave del caso, piden que también se detenga a su esposa, Ana Boragni, a su hermano, Eduardo, y a un amigo de ambos, Hugo Pérez. Los familiares sostienen que todos ellos estuvieron cuando Telleldín hizo entrega de la camioneta y por lo tanto --dicen-- saben a quién se la dio. "Son el segundo o tercer eslabón del atentado y los están protegiendo", dijeron ayer los integrantes de Memoria Activa en la tradicional concentración de los lunes.
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