Por Verónica Abdala
Las cifras que
manejan los organizadores de las jornadas de difusión cultural y estímulo de la lectura
Buenos Aires a Libro Abierto 2 revelan una realidad previsible aunque dolorosa para el
sector: lograr que la gente compre mayor cantidad de libros es bastante más complicado de
lo que parece. Durante los diez días que duraron las jornadas organizadas por la
Dirección General de Bibliotecas del gobierno porteño, la Cámara Argentina del Libro y
la Cámara Argentina de Papelerías Libros y Afines las ventas de libros apenas
crecieron, mientras apenas unas 2 mil personas participaron de las cien actividades
abiertas y gratuitas (charlas, mesas redondas, encuentros con escritores, recitales de
poesía, lecturas de cuentos infantiles, maratones de lectura y exposiciones de plástica,
escultura, dibujo y pintura) realizadas en las veintiún bibliotecas porteñas. El año
pasado, las ventas de libros habían subido un poco durante la primera experiencia de este
tipo, que partió de la idea general de mover el ambiente más que de
concretar grandes negocios. Sin embargo, todos los responsables festejaron medianamente
haber llevado la idea adelante. Peor es nada, parece su consuelo.
Para Josefina Delgado, directora general de Bibliotecas del gobierno porteño, la
asistencia de esas dos mil personas a actos culturales es un dato positivo si se
tiene en cuenta que nos proponemos revertir las cifras estadísticas que dan cuenta de que
en la Argentina cada vez se lee menos, y que ese es un desafío complejo, y que dará sus
frutos a mediano o largo plazo, todo lo que se haga juega a favor, interpreta. Ana
María Cavanellas, presidenta de la Cámara Argentina del Libro, coincide en líneas
generales. La cifra de participantes en estas jornadas es para nosotros todo un
logro, sostiene. Creemos que nuestro objetivo está cumplido, por segunda vez
consecutiva, ya que logramos reunir a la gente con la cultura y con los libros tal como
nos habíamos propuesto.
Entre las actividades realizadas de las que participaron, entre otras personalidades
del espectáculo y la cultura, Eduardo Gudiño Kieffer, Nicolás Casullo, Ana Padovani,
Tomás Abraham, Federico Andahazi, Federico Jeanmarie, Noe Jitrik, Liliana Heker, Graciela
Cabal, Ingrid Pellicori y Horacio Peña los recitales de poesía y las lecturas a
cargo de escritores fueron las que convocaron mayor cantidad de público. Las
modificaciones que los organizadores prevén para el año que viene incluyen la
realización de maratones de lectura de anónimos. La idea es que el público
pueda acceder a escenarios y sitios equipados para leer cuentos, relatos cortos y poemas,
propios o ajenos, al resto de los presentes. Eso implica, en cierto sentido, emprender con
antelación un trabajo de difusión que apunte a la reeducación al menos parcial de la
población que, tal como reconocen las funcionarias consultadas, está acostumbrada
a tener una actitud pasiva frente a la cultura.
Otro de los objetivos para 1999 es promover con mayor énfasis la venta de libros en las
calles, de tal manera que el evento no sea meramente simbólico, como pareció este año.
Respecto de esta cuestión, los libreros consultados por Página/12 explicaron que, a
diferencia de lo que ocurrió el año pasado, la venta callejera sumó muy poco al
promedio diario habitual porque en muchos casos el público ni sabía cuál era el marco
de la salida a las veredas de las librerías. Eso no significa que no vayamos a
formar parte del proyecto el año que viene. Estamos dispuestos a apoyar
incondicionalmente esta iniciativa porque nos parece muy bueno que la gente que pasea o la
que va o viene de trabajar se tope con las novedades y las ofertas, pero sería bueno que
todo sea más orgánico, explicó Andrés, encargado de una de las sucursales
céntricas de Librerías Santa Fe. Este año, 200 librerías se sumaron a la propuesta y
mudaron algunas de sus góndolas a la vereda. Millones de transeúntes las vieron,
centenares de miles curiosearon, pero apenas unos centenares adquirieron ejemplares.
Mahárbiz no piensa irse El
director del Instituto Nacional de Cine, Julio Mahárbiz, afirmó que el boicot de todas
las organizaciones del cine nacional al XIV Festival Internacional de Mar del Plata no
influirá en su calidad y garantizó que no renunciará por esa presión. Las
entidades del cine no designan al director del Instituto, sino el presidente de la
Nación. Por lo tanto el doctor Menem es el único que puede pedirme la renuncia,
puntualizó. Para el funcionario, las películas son las que le van a dar
prestigio o no al festival, que se inaugura mañana. Embalado con su propio juicio,
agregó: Los titulares de las entidades cinematográficas no quieren apoyarlo ni
participar, en un boicot con el que nada tienen que ver los ciudadanos argentinos, que
saben que a este país le costó muchos años volver a recuperarlo. En declaraciones
en Mar del Plata a la agencia oficial de noticias Télam dijo que es difícil que el
festival vaya a ser un fracaso por los dichos de los cineastas, ya que lo fundamental en
un festival es la calidad y que la gente esté conforme con las películas que se
proyectan. Mahárbiz puntualizó que está convencido de que esta
edición contará con el respaldo del público argentino y de los
marplatenses. Las ocho entidades que nuclean a directores, productores,
camarógrafos y técnicos habían exigido su renuncia el viernes, considerándolo
generador y responsable del estado de semiparálisis en que está el cine
argentino. |
¿Gabo vuelve a entrevistar?
Dieciocho
años después de ganar el Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez parece
próximo a cumplir un sueño: volver al periodismo. El deseo del autor de Cien años de
soledad se cumpliría si, como parece casi seguro, asume el control accionario de la
revista Cambio, que se edita en Bogotá y que hasta hace algunos meses perteneció al
grupo español Cambio 16. La actual directora y mayor accionista, Patricia Lara, admitió
ayer la existencia de una negociación con García Márquez y otro grupo de periodistas,
pero se negó a revelar la cifra de la venta que se estimó en tres millones de dólares.
Según la prensa colombiana, el escritor quiere comprar la revista porque desea volver a
hacer entrevistas y a escribir reportajes.
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