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Por David Cufré Los candidatos a ministros de Economía por la Alianza, José Luis Machinea y Ricardo López Murphy, coincidieron ayer en que 1999 será un año complicado. Aumentará el desempleo, caerán las exportaciones, se frenará la construcción y el consumo se mantendrá estancado. La economía, en suma, crecerá mínimamente o incluso retrocederá respecto de este año. Los pronósticos fueron presentados en un seminario organizado por la sociedad de Bolsa Capital Markets, que tuvo entre los asistentes a banqueros, inversores y economistas. El interés por escuchar a los probables jefes del Palacio de Hacienda en caso de un triunfo de la Alianza desbordó el auditorio adonde se realizó la reunión, de la que también participaron el jefe del gabinete de asesores de Roque Fernández, Miguel Kiguel, y el politólogo Manuel Mora y Araujo. A la hora de las preguntas, el interés estuvo centrado en cómo creen que evolucionará la crisis financiera en los próximos meses. Al respecto, tanto Machinea como López Murphy dijeron que, si bien el pánico se está disipando, todavía existen factores perturbadores. Si las tasas de interés de Brasil no se desploman en el verano, bajando a la mitad del nivel actual, al gobierno le costará resolver el problema que lo llevó a esta situación: el del enorme peso de su deuda interna, ejemplificó Machinea, quien advirtió que no está claro que ello vaya a ocurrir. Además, el ex presidente del Banco Central sostuvo que otro elemento que puede hacer reflotar la crisis es que Japón no consiga estabilizar su sistema bancario. Hasta ahora dio algunos pasos en la dirección correcta, pero aún falta mucho para que pueda controlar sus problemas, puntualizó, al tiempo que afirmó que si el yen se desvaloriza hasta un nivel de 140 unidades por dólar, frente a los 120 actuales, reaparecerán los peligros de una devaluación en China. Para López Murphy, en tanto, el crecimiento de la economía en el próximo año depende de la facilidad para acceder a los mercados de capitales para conseguir financiamiento. En un escenario optimista, el Producto Bruto Interno crecerá 1,8 por ciento, con lo cual el desempleo aumentará hasta el 13,7 por ciento (frente al 13,2 actual), señaló. Pero si las cosas se complican, el PBI caerá 2 por ciento y la desocupación saltará a 14,7 puntos, añadió. Según sostuvo, la primera hipótesis es la que considera más probable. De todos modos, el economista jefe de FIEL dijo que en ese caso la economía tendrá otras dificultades. La producción agrícola descendería un 4 por ciento, de acuerdo a cómo van las cosechas, y la actividad industrial aumentará un escaso 1,8 por ciento, ejemplificó. También dijo que la construcción se expandirá a lo sumo un 2 por ciento, mientras que el consumo aumentaría 2,1 puntos. Además, afirmó que el déficit fiscal trepará a 3400 millones de dólares, por lo que se incumplirá la meta pactada con el FMI de un máximo de 2650 millones. Por su parte, Machinea le asignó una probabilidad del 50 por ciento a que la economía crezca un 1 por ciento en el 99, mientras que a la hipótesis de una suba del 3 por ciento le fijó una chance del 30 por ciento, y a una caída de 4 puntos, el 20 por ciento restante. Los economistas se cuidaron de no confrontar en sus opiniones, y prefirieron calificar las proyecciones de Kiguel como ultraoptimistas.
EL FLUJO DE CAPITALES A LATINOAMERICA SIGUE EN
ALZA La
inversión extranjera directa (IED) viene creciendo en el mundo desde 1995 y este año no
será una excepción, aseguró Pedro Roffe, consejero principal de la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (Unctad). El funcionario chileno,
que presentó ayer el octavo Informe sobre las Inversiones en el Mundo de ese organismo
internacional, destacó que la crisis internacional no está afectando el flujo de esos
capitales, que este año superarán los 430 mil millones de dólares.
NO SE VACUNARA MAS AL GANADO DESDE ABRIL DE
1999 El
presidente Carlos Menem adoptó la decisión oficial de suspender la vacunación del
ganado contra la fiebre aftosa a partir del 30 de abril de 1999, una audaz medida que
mereció críticas, por los riesgos que implica, como elogios por quienes la consideran
revolucionaria. El Gobierno se juega a mejorar el status sanitario de las
carnes argentinas en el comercio mundial, una vez que el paso dado sea reconocido como
válido por la Organización Internacional de Epizootias (OIE), cuya evaluación no
tendrá lugar antes de mayo de 1999.
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