Con los barrotes
limados y un subcomisario rehén
Cuatro detenidos en una comisaría de San Isidro
se fugaron y como escudo se llevaron puesto al subcomisario. Finalmente, el
policía fue liberado. Los delincuentes lograron escapar.
Por Horacio Cecchi
Como la figura de
Valeria Mazza o Dolores Barreiro entre las jóvenes, o el gel en los cabellos posmodernos,
la moda de los rehenes cunde entre los delincuentes. Ayer un nuevo caso se sumó a las
estadísticas, pero con ciertas particularidades: el hecho no ocurrió en un asalto sino
durante la fuga de cuatro detenidos de la Comisaría 1ª de San Isidro, el único rehén y
secuestrado durante un buen rato fue un subcomisario, y los prófugos, esta vez, tuvieron
éxito en su objetivo y prefirieron hacerle pito catalán al rating televisivo.
Ayer, a las 3.15, dos barrotes del pasillo que separa las celdas de la Comisaría 1ª,
ubicada en pleno centro de San Isidro, cedieron, después de un prolijo e intensivo
trabajo de limado. Luis Esteban Navarra, acusado de homicidio; Ariel Bustos Medina,
detenido por robo calificado, privación ilegal de la libertad y tenencia de arma de
guerra; Fabio David Bartolomé, por robo calificado, y Juan Marcelo Amarilla, por robo
calificado de automotores, ajustaron su abdomen, contuvieron el aire y pasaron a través
del hueco.
Del otro lado, los esperaba una pared que tampoco fue obstáculo. Utilizando elementos que
aún no fueron determinados por los investigadores, abrieron un boquete y también pasaron
por el hueco, entre los ladrillos. Todo esto sin que la guardia llegara a sospechar lo que
estaba ocurriendo ahí dentro, durante todo el tiempo que puede llevar agujerear algo tan
inconsistente como la pared de una comisaría.
Traspasado el segundo obstáculo, Navarra, Bustos Medina, Bartolomé y Amarilla se
encontraron en el locutorio de visitas donde, por cuestiones horarias, no había un alma.
Desde ahí, tan sólo unos pasos y el cuarteto irrumpió en el casino de suboficiales,
donde de ex detenidos y potenciales prófugos pasaron a la categoría de asaltantes,
porque tomaron por sorpresa a dos suboficiales al robarles sus armas reglamentarias.
A partir de entonces, el operativo sufrió un giro cualitativo: al cuarteto le resultó
muy simple encañonar al suboficial de servicio y al subcomisario Daniel Mansilla, quienes
se encontraban en el hall central de la comisaría. Dominada la situación, y previendo
alguna resistencia por parte de las autoridades, los cuatro ya prófugos se llevaron una
ametralladora UZI, cinco pistolas 9 milímetros, un chaleco antibalas, y un subcomisario
Mansilla, todos propiedad del Estado, que cargaron en una coupé Torino de uno de los
suboficiales tomados por sorpresa.
La reacción policial no se hizo esperar. El cuarteto, con Mansilla a bordo, fue
interceptado por policías del Comando Patrullas en la Ruta Panamericana, a la altura de
Villa Jardín, próxima al exclusivo barrio La Horqueta. Los perseguidos cubrieron su
retirada a los tiros y a poco estuvieron de ser obligados a convocar a las cámaras de
televisión, cuando el Torino embistió un árbol y fueron rodeados. Pero lograron eludir
el cerco, aunque uno de ellos habría sido herido, según fuentes policiales.
Finalmente, lograron escapar a pie, abandonando la coupé Torino agujereada, y al
maltrecho Mansilla, golpeado en la cabeza con alguna de las culatas sustraídas. Personal
de la Jefatura Departamental Zona Norte inició desde temprano un intenso rastrillaje en
la zona, aunque hasta anoche no había noticias del cuarteto. Sólo rescataron una de las
pistolas y el chaleco.
El caso recayó en el fiscal John Broyard, a cargo de la investigación de la fuga y la
búsqueda de los prófugos, quien caratuló la causa como fuga, abuso de armas,
resistencia a la autoridad y privación ilegal de la libertad. El juez de garantía
correspondiente es el doctor Juan Eduardo Makintach, de San Isidro. Las expectativas de
los investigadores están centradas en el prófugo herido y su más que probable atención
hospitalaria y en las pericias que durante todo el día realizaban arquitectos y otros
especialistas en la misma comisaría.
Detienen al chico alemán
Chris Monaco, el
adolescente alemán que hizo un viaje a la Argentina para rehabilitarse el pasado
setiembre, volvió a ser detenido en su ciudad, Darmstadt. Esta vez, el chico que lleva en
su espalda un record de 160 delitos imputados, irá a la cárcel, ya que durante el viaje
cumplió los 14 años, edad límite según la ley alemana.
Chris estuvo en el país junto a su tutor en una peculiar experiencia: se trataba de
rehabilitarlo para evitar que siguiera cometiendo delitos. Según su acompañante, la
experiencia en Argentina era buena, pero en el camino sufrió un tropiezo: los medios
supieron de su presencia y, si bien no hubo denuncias contra él, el gobierno terminó
reclamando al alemán su partida.
La agencia de prensa alemana DPA informó ayer que el chico ahora está sospechado de
haber robado una mochila a otro joven. La orden de arresto fue dictada por peligro
de reincidencia e implica para
Chris su primera experiencia carcelaria. Según la misma agencia, el viaje de
rehabilitación le costó al gobierno municipal 43.700 dólares.
|