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LA MIRADA FEMENINA SE EXPANDE EN EL AMBITO ACADÉMICO NACIONAL
Ellos no están solos en la universidad

Desde posgrados hasta institutos y programas permanentes, los estudios de género se ganaron un lugar dentro de las universidades y pelean por ampliarlo. Algunas especialistas proponen reformular las currículas.

Por Cecilia Sosa

t.gif (862 bytes) Un murmullo crece y agita los corazones machistas que perviven en la estructura universitaria.na23fo01.gif (17265 bytes) Son las voces de las mujeres que, desde distintos espacios académicos, apuestan a reformular la teoría bajo la perspectiva del género. En los últimos años, la oferta de seminarios, cursos, posgrados e institutos dedicados a las cuestiones femeninas se multiplicó en el mundo universitario. No obstante, dicen, todavía no alcanza. Incluso hay quienes aseguran que sólo una revisión completa de los planes de estudio puede garantizar la equidad entre los sexos. "La etapa de reivindicación de la igualdad formal ya pasó --anuncia Haydée Birgin, coordinadora de un programa feminista en la Facultad de Derecho (UBA)--. Ahora hay que cuestionar las bases mismas de la teoría", arremete. Aquí, académicas en pie de guerra, con las uñas más que afiladas.

"Cuando se habla de género se lo pone como sinónimo de mujer. Y géneros hay dos: los señores y las señoras --protesta la socióloga Silvia Chejter--. Investigar desde el lugar de la mujer no es investigar temas de mujeres, sino profundizar el análisis de una sociedad cruzada por la guerra de los sexos", diagnostica. Chejter coordina el área de género que en el '93 logró un espacio en el Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Y lucha por conservarlo, aun cuando dice que sigue siendo un grupo marginal en la facultad. "Las feministas sacaron a la luz la problemática de la mujer, pero estos estudios permiten abordar todo tipo de cuestiones de la vida social", asegura antes de implorar: "Que no nos vuelvan a meter dentro de un ghetto".

"Relatos de la vida sexual en los '90" es uno de los temas que cosechan pasiones entre las expertas del Gino Germani. "¿De qué hablan las mujeres cuando hablan de sexualidad; de lo mismo que los hombres o hablan de otro modo?" fue la pregunta que inspiró la investigación, centrada en el relato que las entrevistadas hacen sobre sus experiencias sexuales. "El discurso hegemónico construye un modelo androcéntrico y heterosexual organizado en torno a la monogamia y la reproducción. Nos interesa identificar otros discursos de la sexualidad, caracterizarlos en la vida cotidiana y amorosa. Y evaluar cómo contestan al discurso hegemónico", alega Chejter.

En Filosofía y Letras (UBA), el área de género alcanzó (después de cinco años de labor que incluyeron libros, ponencias y la revista Mora) el status de Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género. Sus cuarenta especialistas (formadas en diversas disciplinas) reciben consultas bibliográficas permanentes de alumnos de todas las carreras. "Ya casi no quedan profesores que puedan obviar estos temas", advierte la coordinadora Nora Domínguez. El enfoque interdisciplinario abarca desde subjetividad y violencia hasta la relación del género con la ciencia, la tecnología y los discursos literarios. "El género no es una categoría pura. Está atravesado por marcas de poder y de clase. No obstante, el hombre y la mujer ocupan distintas posiciones sociales que pueden ser diferenciadas, por ejemplo, en los textos literarios que produce cada época", justifica Domínguez. Y añade: "Cada vez hay más escritoras, pero también aparecen nuevas voces y estilos que antes estaban silenciados".

También sobre reductos científicos clásicos como el Conicet las investigadoras tienen algo que decir. Un estudio realizado por la Red del Género, Ciencia y Tecnología reveló que en las jerarquías superiores del organismo la presencia femenina brilla por su ausencia. "Sólo del cero al 5 por ciento de esos puestos están ocupados por mujeres --dice Diana Maffía, directora de la investigación--. Cuando la mujer pasa a tener una categoría independiente, se enfrenta con un techo de cristal que le impide seguir creciendo. Y, si lo logra, es a costa de un sufrimiento personal muy alto. Estos son patrones de exclusión sistemáticos. Y en un país que necesita investigadores es absurdo que se despilfarren recursos por prejuicios sexistas". Y agrega: "En la UBA ingresa un porcentaje mayor de mujeres, pero esto no se traduce en la cantidad y calidad de la inserción laboral".

Entre las feministas hay posturas más radicales que apuntan aún contra los mismos institutos y posgrados de género. "El problema central es cómo incluir la diferencia sexual en toda las currículas universitarias", subraya Haydée Birgin, coordinadora del programa permanente "Identidad y Derecho: la discriminación de la mujer como espacio de conflicto" (ver aparte) de la Facultad de Derecho (UBA). "La etapa de reivindicación de la igualdad formal ya pasó, ahora hay que cuestionar las bases mismas de la teoría, desde el derecho, el psicoanálisis y la economía", propone. De hecho, en el '87 una resolución del Consejo Superior de la UBA creó una comisión de profesores para empezar a revisar los planes de estudios bajo esta perspectiva. "Pero se diluyó cuando llegó la vorágine de los posgrados y los institutos. Que en general son unos feudos", asegura Birgin. Tampoco en el rectorado de la UBA faltan voces femeninas dispuestas a hacerse oír. "En la elección de las carreras hay fuertes sesgos de género. Y ésos son estereotipos que hay que quebrar", alegó la secretaria académica Alicia Camilloni.


Tras la revisión teórica

t.gif (862 bytes) "No es cuestión de crear un Estado para la mujer, sino de lograr que la dimensión del género se incluya en las políticas públicas, educacionales y macroeconómicas", asegura la abogada Haydée Birgin que, junto con la jueza Alicia Ruiz, coordina el programa "Identidad y Derecho: la discriminación de la mujer como espacio de conflicto" en la Facultad de Derecho de la UBA. El segundo y el cuarto miércoles de cada mes, las butacas del aula 100 se pueblan de mujeres (pero no sólo) que buscan argumentos teóricos para esgrimir en su lucha. "Logramos insertar este seminario para cuestionar las bases de la filosofía jurídica", explica Birgin. Y agrega: "Hay miles de mujeres en el mundo que reivindican el derecho al trabajo, la maternidad y el salario. Pero sin una revisión teórica no vamos a avanzar más". Hoy, a las 19, la filósofa española Celia Amoros dará la conferencia "Elogio de la vindicación", organizada en conjunto con la Facultad de Filosofía y Letras. Mañana, a la misma hora, Graciela Musacchio intentará responder "¿Por qué el sujeto del psicoanálisis es el sujeto del derecho y no al revés?". Y, el miércoles 25, Martín Bohemer disertará sobre "El lenguaje del Derecho: la violación". Todas las actividades son abiertas y gratuitas.

 


En el interior también

t.gif (862 bytes) La huella femenina signa las universidades de todo el país. En la Universidad de Córdoba, por ejemplo, se desarrolla el Programa de Investigación sobre Género, que coordina la pedagoga María Burnichón y que aglutina estudios sobre la presencia femenina en la producción plástica, en el derecho y el sindicalismo. El Grupo de Investigación sobre violencia familiar de la Universidad del Litoral organizó el pasado fin de semana las jornadas "Violencia contra las mujeres: una violación a los Derechos Humanos", al que asistieron altos funcionarios del Poder Judicial de Santa Fe. Y, para el próximo, la Universidad del Centro auspicia un encuentro que se realizará en Tandil: "Los Derechos Humanos de las Humanas", en el que se reflexionará sobre acoso sexual, aborto, salud reproductiva y otros temas.


DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES

Se vienen los doctores

t.gif (862 bytes) "Los graduados en Sociología, Ciencia Política y Ciencias de la Comunicación, entre otras carreras, ya no tendrán que viajar al exterior para hacer su doctorado. Ahora lo van a poder hacer en la Universidad de Buenos Aires", aseguró el vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales, Norberto Alayón.

El primer Doctorado en Ciencias Sociales de la Argentina comenzará a dictarse el próximo año en esa unidad académica. La inscripción, que comenzó ayer, se extenderá hasta el 15 de febrero del '99 y está abierta a todos los egresados universitarios.

"La creación de este curso era una antigua necesidad académica, una asignatura pendiente que tenía la universidad con sus graduados", dijo Alayón, integrante de la "Comisión de Doctorado" que se encargará de diseñar el proyecto y la evaluación de los postulantes. Además del vicedecano, el equipo de planificación está integrado por el decano de Ciencias Sociales, Fortunato Mallimaci, y reconocidos profesores de la facultad como Nicolás Casullo, Horacio González, Margarita Graziano, Héctor Schmucler, Enrique Oteiza, Emilio de Ipola, Gregorio Kaminsky, Enrique Marí, Arturo Fernández, Hilda Herzer, Héctor Cordone y otros.

El curso contempla la realización de una tesis, que deberá ser entregada antes de los tres años. Una vez seleccionado, cada postulante tendrá que elegir un consejero de estudio y un director de tesis, de acuerdo con la temática que quiera desarrollar. Según Alayón, el perfil de los interesados va a ser muy variado: "De aquí a febrero, la demanda va a ser múltiple y muy diversa. Se van a presentar desde personas con una larga tradición en las ciencias sociales que no han tenido oportunidad de hacer un doctorado, hasta jóvenes recién graduados".

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